Este 2025 Casa de hojas, uno de los libros más importantes de la literatura posmoderna y de la literatura ergódica, cumple 25 años. Por suerte (para nosotros, lectores), Duomo Editorial lo trae de vuelta a nuestras librerías. Cuenta el propio Mark Z. Danielewski que la novela se construyó a lo largo de 10 años de trabajo. Su origen data de 1990, cuando Mark escribió una historia después de descubrir que su propio padre, director de la Escuela de Teatro de la USC, se enfrentaba a una enfermedad terminal. Durante tres días y tres noches sin dormir escribió un texto de más de 100 páginas titulado Redwood (título, por cierto, de la 5ª entrega de The Familiar). Y aunque su padre rechazó el regalo de la historia, diciéndole a su propio hijo que buscara otro trabajo, sería la hermana de Mark (Poe) quién rescataría el texto triturado y se lo devolvería (re)construido con cinta adhesiva. Más tarde, Mark Z. Danielewski (MDZ) reelaboró y amplió esta narrativa inicial hasta convertirla en la compleja historia de múltiples capas que hoy conocemos como Casa de hojas.
Treinta y dos editoriales rechazaron el libro, antes de que Edward Kastenmeier, de Pantheon, decidiera encargarse del proyecto. El libro se pudo leer inicialmente por entregas en internet antes de su publicación oficial, con fragmentos circulando en línea antes del lanzamiento de la primera edición que eran documentos ya refinados de los que circularon en los años 90 dentro del círculo de amigos y familiares de Danielewski. Sin embargo, para esa publicación, quedaría un arduo trabajo que hacer. Mark viajó a Nueva York, se instaló en las oficinas de Pantheon y compuso personalmente el libro con QuarkXPress (un software de autoedición) a fin de garantizar que los efectos tipográficos fueran exactamente como los deseaba. Y, ya ves, 25 años después, Casa de hojas es una de las obras de culto más importantes del s.XXI y está traducida en decenas de idiomas.
Cubierta de la nueva edición de Duomo
Un poco de sinopsis
Por si no sabéis nada de Casa de hojas, quizá lo mejor para empezar sea un poco plantear su sinopsis. O al menos, intentarlo. En 1963 se publica un documental que lleva por título El expediente Navidson. Grabado y montado por el famoso fotoperiodista Will Navidson, es la crónica de una casa que parece ser más grande por dentro que por fuera. Una casa que alberga pasillos oscuros, salas interminables y escalinatas infinitas. Dicho documental es analizado en un pormenorizado y detallado estudio académico por un misterioso anciano llamado Zampanò. Y dicho ensayo, es encontrado, rescatado y transcrito, tras una aciaga noche, por un tatuador de Los Ángeles llamado Johnny Truant. Sin embargo, a su vez, este texto es anotado y presentado (a nosotros) por unos editores anónimos.
De esta forma, Casa de hojas se confecciona como un dispositivo narrativo compuesto de dos voces principales: la académica y erudita de Zampanò, que relatan lo ocurrido en la casa Navidson, frente a las peripecias y divagaciones de Truant. Ambas se balancean y equilibran —aunque no siempre del todo— mientras intercambian los roles tradicionales de la narración. Sin embargo, no están solos. Son complementados de forma esporádica por esos editores anónimos, una mano más que trastoca los códigos habituales de la edición y la narración. Y aunque la historia de Navidson es mucho más interesante que la de Truant, ambas se necesitan, se complementan y a la vez, pueden leerse por separado.
Por si no sabéis nada de Casa de hojas, quizá lo mejor para empezar sea un poco plantear su sinopsis. O al menos, intentarlo. En 1963 se publica un documental que lleva por título El expediente Navidson. Grabado y montado por el famoso fotoperiodista Will Navidson, es la crónica de una casa que parece ser más grande por dentro que por fuera. Una casa que alberga pasillos oscuros, salas interminables y escalinatas infinitas. Dicho documental es analizado en un pormenorizado y detallado estudio académico por un misterioso anciano llamado Zampanò. Y dicho ensayo, es encontrado, rescatado y transcrito, tras una aciaga noche, por un tatuador de Los Ángeles llamado Johnny Truant. Sin embargo, a su vez, este texto es anotado y presentado (a nosotros) por unos editores anónimos.
De esta forma, Casa de hojas se confecciona como un dispositivo narrativo compuesto de dos voces principales: la académica y erudita de Zampanò, que relatan lo ocurrido en la casa Navidson, frente a las peripecias y divagaciones de Truant. Ambas se balancean y equilibran —aunque no siempre del todo— mientras intercambian los roles tradicionales de la narración. Sin embargo, no están solos. Son complementados de forma esporádica por esos editores anónimos, una mano más que trastoca los códigos habituales de la edición y la narración. Y aunque la historia de Navidson es mucho más interesante que la de Truant, ambas se necesitan, se complementan y a la vez, pueden leerse por separado.
Destripando los orígenes
Tanto Mark como su hermana Poe han contando la anécdota sobre el rescate de la historia original (conocida como Redwood) de la basura y como su padre le dijo que mejor se fuera a pedir trabajo a la oficina de correos. Y esto, de alguna forma, es una capa complementaria de Casa de hojas a tener en cuenta. Johnny Truant vendría a ser un trasunto de su hermana Poe, que se llevó a casa las tiras tras encontrar la historia triturada y lo volvió a pegar con cinta adhesiva. Es bastante fácil ver cómo, además de mostrar que Casa de hojas se basa en cierta medida en la crianza de Mark y Poe (probablemente en las partes de Tom y Navy), toda la novela evidencia que la muerte de su padre impactó enormemente el trabajo de ambos. En el caso de Poe, es aún más obvio. Su álbum Haunted, íntimamente ligado a Casa de hojas, está construido con varias cintas de audio y grabaciones de su padre, que se encontraron de una manera que sin duda recuerda al hallazgo de El expediente Navidson por parte de Johnny. Casa de hojas (y Haunted, como contraparte) es en cierta manera una carta de amor al padre de los Danielewski o una manifestación física de un trauma complejo. Un texto que está escrito, en realidad, solo para una persona: Tad Danielewski. Y eso (podría) explicar la primera línea del libro: Esto no es para ti, si no para su padre.
Cambiando las reglas del juego
Veinticinco años después de su publicación (en papel), uno puede rastrear lo que ha supuesto (y supone) Casa de hojas en la cultura popular. Un fenómeno que ya nació mucho antes de su publicación —en los foros de internet de los años 90— cuando Mark lanzó en su blog personal alguna serie de capítulos incompletos. Casa de hojas aborda diferentes tipos de terror a la vez, desde el terror simplemente arquitectónico hasta el omnipresente monstruo que persigue a sus exploradores en un laberinto de anatomía no euclidiana, todo ello envuelto en una especie de locura lovecraftiana que rodea a cada personaje y cuestiona la realidad (y veracidad) a cada paso que dan.
Ahora, veinticinco años después, podemos encontrar unas cuantas series, películas y videojuegos que abarcan arquitecturas imposibles, de espacios enormes que se contraen y expanden a voluntad donde la estructura en sí misma es la fuente del horror. Por ejemplo, Naboer (Next Door) nos muestra un extraño juego de seducción, donde guían a una persona por un laberíntico piso, llevándolo a un mundo donde se vuelve difícil diferenciar la realidad de la ilusión. La miniserie The lost room, narra las investigaciones de un detective en una misteriosa habitación de un hotel, que aparentemente es un portal a una dimensión o universo paralelo. Y por supuesto, no puede faltar Channel Zero: La casa sin fin, donde Margot Sleator visita una enigmática casa de los horrores que consiste en una serie de habitaciones que van rotando y cambian su realidad para siempre. Sin embargo, será Skinamarink en particular el gran ejemplo de cómo convertir lo cotidiano del hogar en una pesadilla interminable, con varios momentos que evocan tanto el "pasillo de cinco minutos y medio" del libro.
Después de todo, El expediente Navidson es básicamente una descripción literaria de una película de metraje encontrado, por lo que tiene sentido que esta parte de la novela terminará inspirando elementos de películas reales como YellowBricRoad, o algunos de los creepypastas más conocidos, como nuestro querido Slender. Incluso los videojuegos han tomado algunos elementos de la novela, como por ejemplo, Alan Wake, donde ficción y realidad se funden en un mismo espacio, o Control (del mismo estudio), que juega con la idea de espacios interiores que se expanden infinitamente. Tampoco se puede dejar pasar de mencionar el mítico mod MyHouse.wad del Doom II, que gira en torno a una casa que cambia constantemente y de forma incómoda, haciendo uso frecuente del espacio no euclidiano; o la cantidad de juegos indie como estos cinco que hay en itch.io.
Veinticinco años después de su publicación (en papel), uno puede rastrear lo que ha supuesto (y supone) Casa de hojas en la cultura popular. Un fenómeno que ya nació mucho antes de su publicación —en los foros de internet de los años 90— cuando Mark lanzó en su blog personal alguna serie de capítulos incompletos. Casa de hojas aborda diferentes tipos de terror a la vez, desde el terror simplemente arquitectónico hasta el omnipresente monstruo que persigue a sus exploradores en un laberinto de anatomía no euclidiana, todo ello envuelto en una especie de locura lovecraftiana que rodea a cada personaje y cuestiona la realidad (y veracidad) a cada paso que dan.
Ahora, veinticinco años después, podemos encontrar unas cuantas series, películas y videojuegos que abarcan arquitecturas imposibles, de espacios enormes que se contraen y expanden a voluntad donde la estructura en sí misma es la fuente del horror. Por ejemplo, Naboer (Next Door) nos muestra un extraño juego de seducción, donde guían a una persona por un laberíntico piso, llevándolo a un mundo donde se vuelve difícil diferenciar la realidad de la ilusión. La miniserie The lost room, narra las investigaciones de un detective en una misteriosa habitación de un hotel, que aparentemente es un portal a una dimensión o universo paralelo. Y por supuesto, no puede faltar Channel Zero: La casa sin fin, donde Margot Sleator visita una enigmática casa de los horrores que consiste en una serie de habitaciones que van rotando y cambian su realidad para siempre. Sin embargo, será Skinamarink en particular el gran ejemplo de cómo convertir lo cotidiano del hogar en una pesadilla interminable, con varios momentos que evocan tanto el "pasillo de cinco minutos y medio" del libro.
Después de todo, El expediente Navidson es básicamente una descripción literaria de una película de metraje encontrado, por lo que tiene sentido que esta parte de la novela terminará inspirando elementos de películas reales como YellowBricRoad, o algunos de los creepypastas más conocidos, como nuestro querido Slender. Incluso los videojuegos han tomado algunos elementos de la novela, como por ejemplo, Alan Wake, donde ficción y realidad se funden en un mismo espacio, o Control (del mismo estudio), que juega con la idea de espacios interiores que se expanden infinitamente. Tampoco se puede dejar pasar de mencionar el mítico mod MyHouse.wad del Doom II, que gira en torno a una casa que cambia constantemente y de forma incómoda, haciendo uso frecuente del espacio no euclidiano; o la cantidad de juegos indie como estos cinco que hay en itch.io.
Una (curiosa) página interior
Ambigüedad e incertidumbre
La interpretación es una parte fundamental de Casa de hojas. Es posible que no encuentres respuestas definitivas a todas tus preguntas, y hay que asumir que eso está bien. Es posible que algunos patrones sean intencionales por parte de Danielewski (y pasaré a intentar explicarlos después), mientras que otros pueden ser producto de la interpretación del lector al buscar significado en un texto tan complejo. Esta sensación de ambigüedad e incertidumbre es una de las principales características (y encanto) del libro, y hay que tenerlo en cuenta a la hora de enfrentarlo. Escrita como una obra de ficción epistolar y metaficción centrada en un documental de ficción titulado El expediente Navidson, la narrativa toma caminos múltiples en sus perspectivas de forma continuada. Las notas a pie de página de Truant relatan sus esfuerzos por transcribir el manuscrito, que a su vez revelan la supuesta narrativa de El expediente Navidson mediante transcripciones y análisis "académicos" que describen la historia de una familia que descubre un laberinto oculto en su casa.
Sin embargo, a su vez, tenemos interjecciones del narrador y notas de los editores a quienes supuestamente envió la obra, la transcripción del informe de Zampano, para su publicación. Todo ello mezclado en una maquetación un tanto enrevesada, con tipografías diferentes, con algunas páginas que contienen solo unas pocas palabras o líneas de texto, dispuestas para reflejar las percepciones de los acontecimientos de la historia. Un efecto que aumenta la sensación de incertidumbre que quiere transmitir el libro, causando en el lector ciertos efectos agorafóbicos y claustrofóbicos. O, como el capítulo XXI, donde varias versiones de la misma historia que no hacen más que generar mayor ambigüedad en todo lo leído. Y, también, como esta continua búsqueda de sentido podría ser, en cierta manera, una burla a los lectores por intentar encontrar una significación profunda en Casa de hojas.
Esta ambigüedad e incertidumbre en constante crecimiento son un efecto directo de las diferentes capas narrativas que pueblan el libro, donde la veracidad o exactitud desaparecen por su ausencia. Ninguno de los personajes podríamos considerarlos fiables. La película de Navidson se supone que es inexistente, completamente ficticia, pero Zampanò, una persona ciega, dice haber visto la película, algo para lo que es físicamente incapaz. Ya no hablemos del propio Truant, drogadicto y confesor de que altera versos de forma intencional dentro del texto de Zampanò. Su estado mental, además, tampoco ayuda. Y, si seguimos profundizando, tenemos a unos editores académicos que permanecen en el anonimato. Todas las historias de los diferentes narradores potenciales no están estrictamente separadas como pueda parecer, pero ninguna de ellas es confiable.
La interpretación es una parte fundamental de Casa de hojas. Es posible que no encuentres respuestas definitivas a todas tus preguntas, y hay que asumir que eso está bien. Es posible que algunos patrones sean intencionales por parte de Danielewski (y pasaré a intentar explicarlos después), mientras que otros pueden ser producto de la interpretación del lector al buscar significado en un texto tan complejo. Esta sensación de ambigüedad e incertidumbre es una de las principales características (y encanto) del libro, y hay que tenerlo en cuenta a la hora de enfrentarlo. Escrita como una obra de ficción epistolar y metaficción centrada en un documental de ficción titulado El expediente Navidson, la narrativa toma caminos múltiples en sus perspectivas de forma continuada. Las notas a pie de página de Truant relatan sus esfuerzos por transcribir el manuscrito, que a su vez revelan la supuesta narrativa de El expediente Navidson mediante transcripciones y análisis "académicos" que describen la historia de una familia que descubre un laberinto oculto en su casa.
Sin embargo, a su vez, tenemos interjecciones del narrador y notas de los editores a quienes supuestamente envió la obra, la transcripción del informe de Zampano, para su publicación. Todo ello mezclado en una maquetación un tanto enrevesada, con tipografías diferentes, con algunas páginas que contienen solo unas pocas palabras o líneas de texto, dispuestas para reflejar las percepciones de los acontecimientos de la historia. Un efecto que aumenta la sensación de incertidumbre que quiere transmitir el libro, causando en el lector ciertos efectos agorafóbicos y claustrofóbicos. O, como el capítulo XXI, donde varias versiones de la misma historia que no hacen más que generar mayor ambigüedad en todo lo leído. Y, también, como esta continua búsqueda de sentido podría ser, en cierta manera, una burla a los lectores por intentar encontrar una significación profunda en Casa de hojas.
Esta ambigüedad e incertidumbre en constante crecimiento son un efecto directo de las diferentes capas narrativas que pueblan el libro, donde la veracidad o exactitud desaparecen por su ausencia. Ninguno de los personajes podríamos considerarlos fiables. La película de Navidson se supone que es inexistente, completamente ficticia, pero Zampanò, una persona ciega, dice haber visto la película, algo para lo que es físicamente incapaz. Ya no hablemos del propio Truant, drogadicto y confesor de que altera versos de forma intencional dentro del texto de Zampanò. Su estado mental, además, tampoco ayuda. Y, si seguimos profundizando, tenemos a unos editores académicos que permanecen en el anonimato. Todas las historias de los diferentes narradores potenciales no están estrictamente separadas como pueda parecer, pero ninguna de ellas es confiable.
Mark Z. Danielewski usa varios colores a la largo de la narración con significado potencial e intencionalidad absoluta. Y aunque Danielewski nunca lo explica y su significado permanece oblicuo para nosotros, si que hay varios patrones distintivos que se repiten. Una de las más conocidas, ya que se ve en la cubierta, es que la palabra "casa" está coloreada en azul (gris en las ediciones sin color del libro y gris claro en las ediciones en rojo). En muchos lugares del libro, se distingue del resto del texto en diferentes direcciones y momentos. Los equivalentes de "casa" en otros idiomas , como el alemán "haus" y el francés "maison", también son azules. Estas coloraciones se extienden incluso a la información editorial de Random House en su versión original de la página de derechos de autor y la contraportada del libro. Y también se extienden a otros libros del autor, donde siempre aparece en azul. Un color que suele asociarse con seguridad y calma, pero que podría ser el de la pantalla vacía que los cineastas usan para luego editar los efectos especiales. Otras teorías aluden a ser un hipervínculo que interrelaciona todas las cosas extrañas del libro. Sin duda, uno de los enfoques que permite a Casa de hojas redefinir la estructura y analizar lo que realmente es una novela.
Otro de los habituales es que en todas las ediciones en color, la palabra minotauro y todos los pasajes asociados que están tachados o coloreados en rojo. Este rojo suele aparecer en momentos de tensión extrema o grandes revelaciones, y se dice que representa el trauma y la incomodidad de Zampanò. Hay cierto carácter bíblico en ello, dado que en la Biblia de letras rojas cuando Jesús habla está escrito en un texto rojo para reconocerlo, como si Zampanò fuera el creador y Johnny su hijo sacrificado al minotauro. Estos tonos rojo y azul aparecen de forma más intensa en los apéndices de varias copias, pero con este libro, nunca se sabe si es algo intencionado o un simple error de imprenta.
La última de las claves en color es el violeta (amarilla, en algunas ediciones por fallos de imprenta), la extraña suma del azul y el rojo. Las referencias a Pelafina y la línea tachada del Capítulo XXI son púrpuras, así como “Una novela” y “Primera edición” (o la que sea), lo que podría significar más de lo que parece. Lo que podemos notar con el color violeta cuando sabemos que pertenece a Pelafina es que si vuelves a leer las partes de Johnny te das cuenta de que cada vez que está cerca de algo morado es cuando tiene sus ataques de pánico. Hay varias correlaciones entre ese violeta y la ruptura de la realidad de Johnny. Ese tono violáceo sirve como detonante, pero también nos hace cuestionar la autoría del texto. El color elude el lenguaje y la cultura; no se puede describir la experiencia del color. Podríamos tomarlo como un medidor de veracidad, de realidad significativa, dado que es también el color que Zampanò utiliza para ocultar cualquier mención al Minotauro. Incluso ese tachado de la “Primera edición”, nos habla de que esta impresión del libro es la primera edición real, verdadera, la primera versión impresa de la novela, pero que existe otra(s) anterior(es).
Fragmento de la tarjeta del cassette de Haunted
A lo largo de toda la Casa de hojas hay varios números y códigos que están sutilmente ligados entre sí. Los números y códigos están sutilmente entretejidos en las páginas, especialmente en las primeras secciones del libro. Por ejemplo, al principio del libro, tenemos una intensa secuencia de personajes que ocupa varias páginas. Es básicamente un código hexadecimal, que simplemente puedes buscar en Google y encontrar una grabación, obteniendo una fragmento de Poe cantando Angry Johnny, de su álbum Haunted. Justamente es interesante que si le damos un vistazo al álbum Haunted de Poe, la hermana de Mark, en su versión cassete, la tarjeta interior hace una referencia explícita a Casa de hojas y además, vincula las canciones del álbum con números de página concretos.
Resulta curioso que en algunos pie de página, en lugar del número habitual, hay un símbolo que parece aleatorio, como el último marcador de la página 122 o la página 338. Estos son los códigos de emergencia tierra-aire (véase el Apéndice II: C, N1), que a menudo presentan paralelismos con lo que sucede en el texto. Otros símbolos aparecen en las notas a pie de página con los símbolos astrológicos o esotéricos del Capítulo 5, que se vinculan con el texto principal de ése capítulo, dada su naturaleza mitológica. Y luego están los juegos dentro del propio libro, como el Capítulo XIII que justamente imita la cinta Holloway descrita anteriormente en la página 333 (3 partes con un marco para “primero”, “2-12” y luego “último”). Unir estos significados adyacentes a lo que se cuenta en el libro aporta una capa de profundidad y comprensión imposible de otra manera en el texto.
Codigos tierra-aire del apéndice C
Tipografía al ataque
Una de las claves y guías para seguir Casa de hojas es estar al tanto de los diversos cambios tipográficos a lo largo del libro, ya que este permite al lector interpretar rápidamente cuál de los múltiples narradores está leyendo en cada determinado momento. En el libro, los cuatro narradores utilizan cuatro tipografías diferentes: Times New Roman (Zampanò), Courier (Johnny), Bookman (los editores, que también firman) y Kennerley o Dante (la madre de Johnny). Sin embargo, se utilizan cambios tipográficos adicionales, como la Janson para los títulos de las películas, la Book Antiqua para una carta escrita por Navidson, o Karen, que usa Helvetica Neue.
Una de las claves y guías para seguir Casa de hojas es estar al tanto de los diversos cambios tipográficos a lo largo del libro, ya que este permite al lector interpretar rápidamente cuál de los múltiples narradores está leyendo en cada determinado momento. En el libro, los cuatro narradores utilizan cuatro tipografías diferentes: Times New Roman (Zampanò), Courier (Johnny), Bookman (los editores, que también firman) y Kennerley o Dante (la madre de Johnny). Sin embargo, se utilizan cambios tipográficos adicionales, como la Janson para los títulos de las películas, la Book Antiqua para una carta escrita por Navidson, o Karen, que usa Helvetica Neue.
Es increíble escuchar a Mark hablar sobre como lo hizo. Os dejo un párrafo de una entrevista: ¡Lo escribí todo a lápiz! [...] ¡Se puede hacer cualquier cosa con un lápiz! Incluso usé un lápiz para el guión gráfico de la sección del laberinto de la novela, que fue, sin duda, lo más complicado de escribir desde el punto de vista del diseño. Las últimas etapas de la preparación de Casa de hojas para la producción implicaron tanto trabajo que Pantheon empezó a dudar si podrían publicarla como yo quería. Así que terminé teniendo que encargarme de la composición tipográfica yo mismo. Los experimentos visuales de Casa de Hojas se basan principalmente en la gramática cinematográfica y en la sólida base teórica establecida durante el último siglo. Y, más allá de todo, podemos encontrar elementos tipográficos como el código morse, que puebla todo el capítulo VIII y donde los caracteres del código morse se utilizan para separar los segmentos de texto largos y cortos e indicar el inicio y el fin de una letra. También la nota al pie 117 de Jhonny, con un sonoro fuck repetido. Si queréis profundizar en ello, este post os interesa.
Las (importantes) notas a pie de página
Uno de los grandes melones y quebraderos de cabeza en Casa de hojas son las notas a pie de página. Se entrelazan hacia delante y hacia atrás, creando caminos casi laberínticos y sin salida que nos obliga a volver sobre nuestros pasos y tomar nuevas direcciones. Por ejemplo, la nota a pie de página 139 [14] es a su vez una nota a pie de página de la nota a pie de página 135 [15] , que a su vez es una nota a pie de página de la nota a pie de página 129 [16] . Mientras las notas avanzan, nosotros retrocedemos en el libro. Las notas funcionan como un sistema confuso de referencias circulares. Danielewski lanza citas que están literalmente relacionadas con el texto de Zampanò, pero al examinarlas más de cerca, están más relacionadas con el lector. Además, las citas en las notas a pie de página son una mezcla desigual de obras literarias auténticas y textos completamente inexistentes. Un juego, una vez más.
A veces los autores son auténticos y a veces no, pero una vez más busca crear una palpable sensación de desconfianza. Además, constituye una capa adicional que profundiza el efecto de espejo de novela de Danielewski; representa otra posible vía a través del laberinto: quienes siguen la búsqueda de estos libros hasta la biblioteca o la librería a veces tendrán éxito, y otras veces, se topan con un callejón sin salida. Sigue adelante como lo hizo Navidson, simplemente sigue yendo más adentro (o más afuera). He leído más de una vez alguna guía que recomienda omitir las notas al pie y las referencias más largas, por que muchas veces son puras digresiones con listas de ejemplos de arquitectura, nombres, películas y cosas. Claro, léelo como quieras, esa es una de las gracias de Casa de hojas.
Sin embargo, el libro pierde en ese sentido cierto efecto atmosférico. Las notas son un juego oculto, pistas sin revelar que cimientan varios niveles de metacomentarios del laberinto. Es más, algunas notas de página pueden afectar directamente a la forma en que ves y percibes la historia. Es verdad que priva al lector de una rápida lectura y dificulta muchas veces la sensación de avanzar en el libro, pero merecen la pena para enriquecer el texto y las percepciones sobre él. Experimentar la pérdida de lucidez de Johnny, la mente divagando de Zampanó y el descenso literal y figurado de Will Navidson al laberinto. Sin embargo, que quede claro, no hay normas, tu decides como salir (o no) de él.
Cubierta de The Whalestoe Letters
Las cartas del Instituto Three Attic Whalestoe
Las cartas del Instituto Three Attic Whalestoe merecen una mención aparte en este artículo, y verás su importancia en el apartado de interpretaciones e hipótesis de Casa de hojas. Estas cartas se encuentran en el apéndice E del libro y forman una novela epistolar que desarrolla con más profundidad la correspondencia entre Pelafina H. Lièvre y su hijo Johnny entre 1982 a 1989. Desde la segunda edición del libro, las cartas están incluidas y contribuyen a desarrollar con mayor profundidad el personaje de Pelafina, así como su relación con Johnny. Sin embargo, existe una versión autónoma a la venta, solo en inglés, que cuenta con un prólogo de Walden D. Wyhrta (cuidadora de Pelafina) y once cartas inéditas. Lo más importante a tener en cuenta aquí es que estas cartas (re)contextualizan el resto del libro y que es una buena idea hacer caso a los editores en el capítulo 5 y leerlas cuando te dicen. Estas contribuyen mucho a profundizar en la crianza de Johnny y a comprender su estado emocional actual.
Las cartas del Instituto Three Attic Whalestoe merecen una mención aparte en este artículo, y verás su importancia en el apartado de interpretaciones e hipótesis de Casa de hojas. Estas cartas se encuentran en el apéndice E del libro y forman una novela epistolar que desarrolla con más profundidad la correspondencia entre Pelafina H. Lièvre y su hijo Johnny entre 1982 a 1989. Desde la segunda edición del libro, las cartas están incluidas y contribuyen a desarrollar con mayor profundidad el personaje de Pelafina, así como su relación con Johnny. Sin embargo, existe una versión autónoma a la venta, solo en inglés, que cuenta con un prólogo de Walden D. Wyhrta (cuidadora de Pelafina) y once cartas inéditas. Lo más importante a tener en cuenta aquí es que estas cartas (re)contextualizan el resto del libro y que es una buena idea hacer caso a los editores en el capítulo 5 y leerlas cuando te dicen. Estas contribuyen mucho a profundizar en la crianza de Johnny y a comprender su estado emocional actual.
En palabras del propio Danielewski: Espero que al menos algunos lectores lean las Cartas de Whalestoe y luego decidan pasar a Casa de Hojas. Quienes lo hagan, probablemente sentirán más compasión y paciencia con Johnny porque comprenderán mejor su situación. Además, las cartas esconden algunos secretos, que podéis descubrir en este post de reddit. Hay un anagrama a resolver (aquí te hacen el trabajo) en una carta (la del 8 de mayo de 1987), donde debemos tomar solo la primera letra de cada palabra, separar esas letras en algo coherente y encontrar su verdadero mensaje (la carta en sí es un disparate). También unas mayúsculas a las que te recomiendo estar atento. Si esperas al final, cosa totalmente plausible, imagino que cambia parte de la experiencia del libro. Sin embargo, tratándose de Casa de hojas, la mejor respuesta suele ser (otra vez) cuando lo consideres apropiado.
Una de las cartas de Pelafina
El laberinto y el minotauro (spoilers)
Una de las cosas de las que más escucharás hablar de Casa de hojas, una vez leído, será sobre el minotauro y el laberinto. El minotauro es una figura dentro del libro fascinante, sobre todo por su misterio e inexistencia palpable. No es un monstruo convencional como tal, porque en última instancia es una criatura trágica. El minotauro lleva consigo asociada una carga mitológica de la que en ningún momento se puede desprender. En el mito griego, el minotauro es el hijastro de Minos (fruto de la unión de su esposa y un toro). Minos esconde al minotauro en el laberinto (palacio del hacha doble en griego clásico) porque es peligroso, pero también —argumenta Zampanò en el propio libro— porque se avergüenza del minotauro, como recordatorio del adulterio de su esposa, y de su monstruosidad.
El símbolo del minotauro se utiliza a menudo en la literatura como tema recurrente de las tensas relaciones paternofiliales. Sin embargo, en Casa de hojas, podemos interpretar tanto el monstruo literal en el laberinto, como un monstruo simbólico, como una alegoría de la vergüenza y el miedo que le tenemos a las cosas. En parte, ese minotauro, es lo que nos mantiene vivos. Son, de alguna manera, los miedos y demonios que las personas proyectan sobre la ausencia que enfrentan dentro de la casa. Algunas hipótesis aluden a que Johnny es el minotauro, escondido en el laberinto (el libro) por Minos (Zampano, o el autor). Tiene la cabeza deformada porque nació con un agujero en el cerebro y es hijo producto de un adulterio, como el minotauro (quizás Pelafina y Zampanò).
Sin embargo, todo lo que estoy interpretando aquí, podría ser (y probablemente sea) radicalmente falso. Somos como Holloway, necesitando que haya una razón detrás de todo, pero perdidos en callejones sin salida. Quizás el libro de MDZ sea la casa, absorbiendo a sus personajes, autores y lectores. El libro (y la casa) son un laberinto en si mismo del que entras y del que nunca sales. Te puede consumir. La geometría imposible de la casa conecta con los miedos humanos de perderse, de quedar atrapado en la prisión mental de uno mismo. Nuestros monstruos internos alimentando la obsesión por resolver algo irresoluble, donde uno puede interpretar ese minotauro en rojo también como un hilo de Ariadne, un dispositivo para navegar por ese laberinto y tratar, de alguna forma, de regresar. Un hilo que nos lleva al centro, al trauma, y nos permite volver diferentes.
El minotauro también puede representar aquello que reprimimos, aquello que intentamos ocultar. Es el pasado, los fantasmas que nos acechan. Y lo que da más miedo es que apenas has salido de ahí y ya estás planeando volver, para explorarlo otra una y otra vez. Hasta que, quizá como Navidson, sepamos que la única salida es destruirlo. El cuerpo físico del libro se correlaciona con las narrativas, y las interrupciones entre oraciones y el diseño fragmentado añaden suspenso a las historias. Pronto llegamos a la inquietante conclusión de que todo es un reflejo textual del laberinto caleidoscópico de la casa ficticia, que se mueve en el corazón mismo del libro. Casa de hojas es como una nueva versión de esta vieja historia, que busca convertir el libro en un laberinto, que nos plantea giros y caminos por los que ir o no ir. Si lo analizas demasiado, te conviertes en Zampanò. Si lo exploras demasiado, te conviertes en Navidson. Si te obsesionas con ello, eres Johnny. Y, para todos, puede ser o no un espacio físico que refleja el estado mental de las personas, o puede ser un monstruo que nos persigue.
Una de las cosas de las que más escucharás hablar de Casa de hojas, una vez leído, será sobre el minotauro y el laberinto. El minotauro es una figura dentro del libro fascinante, sobre todo por su misterio e inexistencia palpable. No es un monstruo convencional como tal, porque en última instancia es una criatura trágica. El minotauro lleva consigo asociada una carga mitológica de la que en ningún momento se puede desprender. En el mito griego, el minotauro es el hijastro de Minos (fruto de la unión de su esposa y un toro). Minos esconde al minotauro en el laberinto (palacio del hacha doble en griego clásico) porque es peligroso, pero también —argumenta Zampanò en el propio libro— porque se avergüenza del minotauro, como recordatorio del adulterio de su esposa, y de su monstruosidad.
El símbolo del minotauro se utiliza a menudo en la literatura como tema recurrente de las tensas relaciones paternofiliales. Sin embargo, en Casa de hojas, podemos interpretar tanto el monstruo literal en el laberinto, como un monstruo simbólico, como una alegoría de la vergüenza y el miedo que le tenemos a las cosas. En parte, ese minotauro, es lo que nos mantiene vivos. Son, de alguna manera, los miedos y demonios que las personas proyectan sobre la ausencia que enfrentan dentro de la casa. Algunas hipótesis aluden a que Johnny es el minotauro, escondido en el laberinto (el libro) por Minos (Zampano, o el autor). Tiene la cabeza deformada porque nació con un agujero en el cerebro y es hijo producto de un adulterio, como el minotauro (quizás Pelafina y Zampanò).
Sin embargo, todo lo que estoy interpretando aquí, podría ser (y probablemente sea) radicalmente falso. Somos como Holloway, necesitando que haya una razón detrás de todo, pero perdidos en callejones sin salida. Quizás el libro de MDZ sea la casa, absorbiendo a sus personajes, autores y lectores. El libro (y la casa) son un laberinto en si mismo del que entras y del que nunca sales. Te puede consumir. La geometría imposible de la casa conecta con los miedos humanos de perderse, de quedar atrapado en la prisión mental de uno mismo. Nuestros monstruos internos alimentando la obsesión por resolver algo irresoluble, donde uno puede interpretar ese minotauro en rojo también como un hilo de Ariadne, un dispositivo para navegar por ese laberinto y tratar, de alguna forma, de regresar. Un hilo que nos lleva al centro, al trauma, y nos permite volver diferentes.
El minotauro también puede representar aquello que reprimimos, aquello que intentamos ocultar. Es el pasado, los fantasmas que nos acechan. Y lo que da más miedo es que apenas has salido de ahí y ya estás planeando volver, para explorarlo otra una y otra vez. Hasta que, quizá como Navidson, sepamos que la única salida es destruirlo. El cuerpo físico del libro se correlaciona con las narrativas, y las interrupciones entre oraciones y el diseño fragmentado añaden suspenso a las historias. Pronto llegamos a la inquietante conclusión de que todo es un reflejo textual del laberinto caleidoscópico de la casa ficticia, que se mueve en el corazón mismo del libro. Casa de hojas es como una nueva versión de esta vieja historia, que busca convertir el libro en un laberinto, que nos plantea giros y caminos por los que ir o no ir. Si lo analizas demasiado, te conviertes en Zampanò. Si lo exploras demasiado, te conviertes en Navidson. Si te obsesionas con ello, eres Johnny. Y, para todos, puede ser o no un espacio físico que refleja el estado mental de las personas, o puede ser un monstruo que nos persigue.
La casa Navidson vista por Kristina Carroll
¿Cómo leo este libro?
Cómo leer Casa de hojas es probable la pregunta (más) solicitada y con la que nació parte de este artículo/ensayo/guía. Mi respuesta puede resultar algo decepcionante para algunos: es tu libro, tu lectura, y no hay una forma INCORRECTA de leerlo. Hagas lo que hagas, sigue haciéndolo. Vas por buen camino, dado que es tu sendero, máxima primera de la literatura ergódica. Lo que sí puedo hacer, es darte algunos consejos. El primero, es leer el libro de principio a fin en orden. Puede parecer una tontería, pero cuando entres a la lectura de Casa de hojas lo entenderás. Cuando encuentres un subíndice que haga referencia a una nota al pie, deja de leer inmediatamente (incluso si está a mitad de la oración) y lee la nota al pie. Si esa nota al pie te lleva a otra, sigue la cadena. Si se hace referencia a una nota al pie antigua que ya has leído, al menos vuelve atrás y vuelve a leer las primeras oraciones para recordar el contexto de la nota al pie. Y si en el texto se menciona un elemento del apéndice en una nota a pie de página, lee inmediatamente dicho elemento del apéndice, dado que suele dar contexto a todo lo que justamente estabas leyendo.
Algunos capítulos de Casa de hojas se basan en gran medida en las cadenas de notas al pie y en que tengas la información correcta en el momento adecuado, como el capítulo IX. Las cadenas de notas al pie son (casi siempre) confusas, cíclicas y requieren cierta intuición para navegarlas debido a su longitud, pero son un elemento necesario en uno u otro momento del libro. Y bueno, una libreta para anotar nombres, cosas, detalles o descifrar códigos (morse, anagramas,...etc), siempre viene bien y no le hace daño a nadie. O, como dije al principio, también puedes mandar todos estos consejos a paseo y leerlo como quieras. Una vez más, no hay una respuesta correcta ni satisfactoria.
Realidad, ficción y semiótica
Casa de hojas es mucho más complejo de lo que cualquier distinción entre ficción y no ficción pueda imaginar. Esta novela incorpora características multimodales y ergódicas que contribuyen a la creación de significado y atraen a los lectores física y mentalmente. Es un reto, es un juego, es una experiencia. Tanto los textos ergódicos como los multimodales permiten una amplia gama de modos e implican actividad, pidiendo a los lectores que inviertan esfuerzo activo en navegarlos. A ello se suma la singularidad de Casa de hojas, donde cada nueva lectura abre nuevos significados (incluso con los nombres de sus personajes). Es un desafío a las estructuras tradicionales, donde ya no se lee de izquierda a derecha y de arriba abajo, página tras página, siguiendo una narrativa con un inicio, un desarrollo y un final claros. El objetivo es centrar una relación entre el lector y el texto amplificada por su red posmoderna entretejida de narrativas solapadas.
Casa de Hojas es un recorrido de cientos de páginas por campos de juego léxicos que dejaría a muchos lectores entusiasmados, aunque finalmente perplejos. O otros, abandonados por el camino. Sus inusuales características formales funcionan en cierta manera para ampliar el poder representativo de la palabra impresa y resaltar nuestra naturaleza interpretativa como lectores. Es como una versión extremadamente trabajada y llena de esteroides de Pálido fuego, la conocida novela de Nabokov, donde las interpretaciones del anotador en la segunda parte del libro se imponen sobre lo que los lectores inicialmente suponen como el verdadero significado del poema. Sin embargo, en Casa de hojas, no hay “original” con el que comparar. La apropiación del discurso académico, tanto formal como conceptual, permite a Danielewski escribir una novela sobre la interpretación; su casa de hojas es una casa de interpretación que no existe a pesar de estas reivindicaciones competitivas de significado, sino gracias a ellas, dice Steven Belletto en su artículo Rescuing Interpretation with Mark Danielewski: The Genre of Scholarship in House of Leaves.
Casa de Hojas incorpora elementos de la literatura ergódica y la ficción electrónica para recordar al lector la importancia de la presencia del objeto físico en el espacio. Nos hace parte activa de la lectura (recordemos, a veces hay que girar el libro o usar espejos) y hacernos ver sus consiguientes capacidades y limitaciones. El laberinto planteado en la novela actúa como una metáfora del mismo acto de leer donde el lector se ve obligado a retroceder sobre sí mismo y seguir hilos narrativos separados de la narrativa principal. Casa de hojas, al igual que Borges (por ejemplo), se compromete en crear ficción que no se puede contener en términos de que es real y que es inventado. No es una dificultad, es una deconstrucción semiótica (con constantes juegos de palabras) donde contenido y forma buscan fusionarse de forma constante.
La novela es una de las primeras que interactúan estética y temáticamente con otros mundos virtuales, explorando así la frontera maleable que supuestamente separa lo digital de lo orgánico, además de registrar los espacios entre dichas binariedades. Sin embargo, es la primera en la que se requiere un esfuerzo significativo para que el lector pueda recorrer el texto, como diría Espen J. Aarseth en su definición de la literatura ergódica. Casa de hojas presenta diseños textuales extremadamente alienantes como medio para lograr ergodicidad, un cambio estético que provoca sensaciones en el lector más allá del simple esfuerzo por encontrar sentido. La capacidad del lector para explorar y navegar exhaustivamente por una red de túneles secretos se ve recompensada con contenido narrativo adicional. Con profundidad. Esto, por primera vez, nos eleva a los lectores con un rol propio de jugador en el libro. La interpretación corre de nuestra cuenta así como nuestra interacción física con él. Casa de hojas promueve la retroalimentación entre la copia impresa y el comentario digital continuo que la rodea. Y por eso quizás, veinticinco años después, seguimos hablando de ella.
Realidad, ficción y semiótica
Casa de hojas es mucho más complejo de lo que cualquier distinción entre ficción y no ficción pueda imaginar. Esta novela incorpora características multimodales y ergódicas que contribuyen a la creación de significado y atraen a los lectores física y mentalmente. Es un reto, es un juego, es una experiencia. Tanto los textos ergódicos como los multimodales permiten una amplia gama de modos e implican actividad, pidiendo a los lectores que inviertan esfuerzo activo en navegarlos. A ello se suma la singularidad de Casa de hojas, donde cada nueva lectura abre nuevos significados (incluso con los nombres de sus personajes). Es un desafío a las estructuras tradicionales, donde ya no se lee de izquierda a derecha y de arriba abajo, página tras página, siguiendo una narrativa con un inicio, un desarrollo y un final claros. El objetivo es centrar una relación entre el lector y el texto amplificada por su red posmoderna entretejida de narrativas solapadas.
Casa de Hojas es un recorrido de cientos de páginas por campos de juego léxicos que dejaría a muchos lectores entusiasmados, aunque finalmente perplejos. O otros, abandonados por el camino. Sus inusuales características formales funcionan en cierta manera para ampliar el poder representativo de la palabra impresa y resaltar nuestra naturaleza interpretativa como lectores. Es como una versión extremadamente trabajada y llena de esteroides de Pálido fuego, la conocida novela de Nabokov, donde las interpretaciones del anotador en la segunda parte del libro se imponen sobre lo que los lectores inicialmente suponen como el verdadero significado del poema. Sin embargo, en Casa de hojas, no hay “original” con el que comparar. La apropiación del discurso académico, tanto formal como conceptual, permite a Danielewski escribir una novela sobre la interpretación; su casa de hojas es una casa de interpretación que no existe a pesar de estas reivindicaciones competitivas de significado, sino gracias a ellas, dice Steven Belletto en su artículo Rescuing Interpretation with Mark Danielewski: The Genre of Scholarship in House of Leaves.
Casa de Hojas incorpora elementos de la literatura ergódica y la ficción electrónica para recordar al lector la importancia de la presencia del objeto físico en el espacio. Nos hace parte activa de la lectura (recordemos, a veces hay que girar el libro o usar espejos) y hacernos ver sus consiguientes capacidades y limitaciones. El laberinto planteado en la novela actúa como una metáfora del mismo acto de leer donde el lector se ve obligado a retroceder sobre sí mismo y seguir hilos narrativos separados de la narrativa principal. Casa de hojas, al igual que Borges (por ejemplo), se compromete en crear ficción que no se puede contener en términos de que es real y que es inventado. No es una dificultad, es una deconstrucción semiótica (con constantes juegos de palabras) donde contenido y forma buscan fusionarse de forma constante.
La novela es una de las primeras que interactúan estética y temáticamente con otros mundos virtuales, explorando así la frontera maleable que supuestamente separa lo digital de lo orgánico, además de registrar los espacios entre dichas binariedades. Sin embargo, es la primera en la que se requiere un esfuerzo significativo para que el lector pueda recorrer el texto, como diría Espen J. Aarseth en su definición de la literatura ergódica. Casa de hojas presenta diseños textuales extremadamente alienantes como medio para lograr ergodicidad, un cambio estético que provoca sensaciones en el lector más allá del simple esfuerzo por encontrar sentido. La capacidad del lector para explorar y navegar exhaustivamente por una red de túneles secretos se ve recompensada con contenido narrativo adicional. Con profundidad. Esto, por primera vez, nos eleva a los lectores con un rol propio de jugador en el libro. La interpretación corre de nuestra cuenta así como nuestra interacción física con él. Casa de hojas promueve la retroalimentación entre la copia impresa y el comentario digital continuo que la rodea. Y por eso quizás, veinticinco años después, seguimos hablando de ella.
Ilustración de Dan Schwer
Un vistazo filosófico
Casa de hojas no es solo una historia de terror. Tampoco solo una novela que trata de ser una película, ni simplemente una historia de redención y amor. Es, también, una profunda meditación filosófica sobre la naturaleza de la realidad, la condición humana y el lenguaje. Casa de hojas explora la naturaleza de la percepción, los límites de la realidad y el entendimiento humano con unos personajes que caen en la locura mientras intentan comprender un espacio imposible que nos desafía como lectores. Casa de hojas nos invita a cuestionar todo lo que nos rodea. De esta forma, Danielewski toma parte del pensamiento de Jacques Derrida y añade la deconstrucción como un método de análisis textual que busca exponer las contradicciones y alterar las jerarquías implícitas en el lenguaje. La casa borra la distinción entre adentro y fuera, o entre lo real e imaginario, de forma una constante, subvirtiendo razón y locura una y otra vez.
También podemos hablar de la casa como fenómeno, y no solo objeto físico, dado que la casa se experimenta de manera única y subjetiva por cada personaje. Entra aquí de cabeza la fenomenología con ecos de Heidegger, la cual intenta comprender cómo los fenómenos se presentan a la conciencia y cómo los sujetos los perciben y experimentan. El concepto de lo inquietante, el conocido unheimlich, y lo siniestro de Freud, es central en la exploración de la casa de Danielewski y su laberinto. En el libro, el concepto de casa se ve subvertido al completo, donde hogar ya no es un lugar seguro y conocido, si no un lugar extraño y perturbador. Un lugar que hace cuestionarlo todo y donde arraigan las ideas de ciertos pensadores existencialistas del siglo XX, sobre todo de Sartre. Lo siniestro como todo aquello que debería haber permanecido secreto y oculto, y que, sin embargo, ha salido a la luz.
El existencialismo y nihilismo rodea a toda la Casa de hojas. La naturaleza inexplicable e incognoscible de Ash Tree Lane, la búsqueda (y responsabilidad) de sentido en un mundo (lugar) sin sentido, y por supuesto, la sensación generalizada de miedo y ansiedad que viven los personajes en sus encuentros con lo desconocido, sobre todo Johnny Truant y Will Navidson. Entra aquí, en cierta manera, el absurdismo de Camus, una filosofía que reconoce la falta de sentido intrínseca de la existencia y la búsqueda humana de un propósito en un universo indiferente. Los mismos conceptos que en El mito de Sísifo residen en el libro, como un rechazo absoluto del racionalismo como forma de enfrentar la existencia. La casa, con sus lógica incomprensible y violación de la leyes físicas, representa lo absurdo de la existencia, y es la lucha por encontrarle sentido un reflejo de nuestra condición humana, aferrándose a propósitos subjetivos, como un manuscrito imposible.
Algunas interpretaciones de Casa de hojas (spoilers)
Ahora llega el momento en que nos volvemos locos. Lo genial —no para todos— de Casa de hojas es que admite cientos de interpretaciones diferentes, y ninguna tiene por que ser más correcta que otra. No hay una explicación verdadera, por así decirlo. Los niveles de verdad son una mezcla de lo físicamente presente en el texto y lo que como lectores aportamos al texto, como en cualquier arte, como en la definición del literatura ergódica. Mark pretende (y pretendía) que Casa de hojas fuera algo más duradero, que sobreviva y no simplemente se consuma. Que perdure. Interpretaciones contradictorias, narradores poco fiables y posverdad son los pilares del libro para erigirse como cúmulo de hipótesis. Como una fuente de la eterna juventud que le permite estar siempre presente. La búsqueda de significado es una motivación fundamental para el ser humano, no una mera racionalización de sus impulsos básicos, ya lo decía Viktor Frankl
Por empezar, una de las principales corrientes más defendidas y refutadas de Casa de hojas es que es una historia escrita por Pelafina en un intento por procesar el dolor y el trauma que experimenta tras la muerte de su hijo. Pelafina tiene la capacidad para ello, para crearlo todo. Esta corriente defiende que Johnny y su extraño mundo son inventados por ella, y también son una forma de afrontar la pérdida de su bebé a los pocos días de nacer. La hipótesis surgió por primera vez cuando se observó que su fuente, Dante, también se usa en los frontispicios. Cuando leemos sus cartas descubrimos que tiene un estilo similar al de Zampanò. También, parece muy culta y probablemente tenía algún tipo de formación académica, por lo que podría haber escrito El Expediente Navidson sin problema (aunque le resta importancia). Su color, el purpura, coincide con el de “Una novela”. Sin embargo, ¿cómo explicas las dos cartas del director de Whalestone a Johnny? Como dije antes, ninguna perspectiva responde satisfactoriamente a todas las preguntas. También se dice que Pelafina inventó o imagino a Jhonny como un hombre adulto y usa el ficticio Expediente Navidson como explicación de por qué Johnny no la visita. Se hablá también mucho en esta corriente de la autoría de Pelafina, en explicación a una marca de verificación en una de las páginas y por qué Pelafina sabe de Zampanò, cuando se supone que esta muerta.
Una de mis hipótesis (loca) favorita es que Zampanò es metafóricamente Dios, con sus dos hijos/creaciones siendo Navidson (como Jacob) y Johnny (como Esaú): uno para explorar al aire libre y otro para encontrar oculto dentro de la historia que se presenta como un laberinto. Otra nos dice que Pelafina probablemente ve a través de la cuarta pared cuando no toma sus medicamentos, Johnny vislumbra ese espacio de vez en cuando, y Zampanò ni siquiera parece tener una cuarta pared. Tenemos una triada de personajes ficticios que, al menos a veces, son conscientes de serlo, y todos afirman haberse inventado entre sí, o incluso el libro entero. Las cartas del director no son reales, el resto son falsas, Pelafina ni siquiera existió y todo el universo es una simulación proporcionada por un tal Mark Z. Danielewski. Algo que remarca (y respalda) en cierta manera los tres guiones de televisión publicados por Mark.

Resulta fascinante la hipótesis que habla sobre la relación antagónica en el lector y el libro. La primera página, la página de la dedicatoria, ya nos enfrenta: Esto no es para ti. Esta corriente habla sobre que el lector es, en realidad, el antagonista de la historia, como fuerza invisible que consume su significado y arrastra a los personajes a su perdición. Una ruptura total de la línea narrativa permitida por las peculiaridades del formato, que son una especie de trampas que nos tratan de mantener a raya. Los lectores saltamos de un lado a otro, con a veces interminables listas sin sentido historias que parecen no venir a cuento. Esto es una necesidad del libro y sus personajes, que saben que cuanto más te toma leer el libro, más tiempo tienen antes de ser consumidos. De esta forma podemos ver Casa de hojas como una presa, y nosotros, su depredador.
También existe una interpretación literal del texto, pero creo que le quita picante al asunto. Otra de las corrientes asume que Jhonny lo escribió todo. Más de una vez admite que se inventa o ha tergiversado cosas en el texto. Johnny escribió todo como una forma de afrontar la muerte de su madre, o como una carta a su madre, como lo demuestra la marca de verificación en la esquina en un momento dado. Replantea aspectos del libro, como cómo la casa y el Minotauro, pero resulta inconsistente como hipótesis. También se alude a que Zampanò es realmente el escritor de todo el libro. En el apéndice, Zampanò comenta que quiere tener un hijo, y la invención de Jhonny en el texto, podría ser una respuesta. Me gusta en esta rama pensar que Zampanò quizá escribió El expediente Navidson como una película, algo que si lees los guiones de Mark, no anda lejos.
¿Preparados para un dolor de cabeza? Una de las páginas más crípticas del libro es la que hace referencia Yggdrasil al final del libro. Si, el mítico árbol de la mitología nórdica que conecta mundos. Muchos aluden a que este Yggdrasil seria un conector de universos, espacios y realidades, una rama del árbol que creció hasta convertirse en un pequeño rincón del universo. Un punto de intersección que nuestros cerebros tetradimensionales probablemente no serían capaces de percibir por pertenecer a un espacio dimensional superior. Estar dentro del árbol puede incluso volver locos a los humanos y es posible que no podamos confiar ni entender todo lo que dicen. También se habla de la forma de clavo que tiene esta última página con Yggdrasil, y al último poema del Pelicano, que nos dice: Si había una pista a la que valiera la pena aferrarse era el clavo, el punto más fuerte que, al principio, fijó y recreó la casa. Para más respuesta, lean The Familiar.
Casa de hojas no es solo una historia de terror. Tampoco solo una novela que trata de ser una película, ni simplemente una historia de redención y amor. Es, también, una profunda meditación filosófica sobre la naturaleza de la realidad, la condición humana y el lenguaje. Casa de hojas explora la naturaleza de la percepción, los límites de la realidad y el entendimiento humano con unos personajes que caen en la locura mientras intentan comprender un espacio imposible que nos desafía como lectores. Casa de hojas nos invita a cuestionar todo lo que nos rodea. De esta forma, Danielewski toma parte del pensamiento de Jacques Derrida y añade la deconstrucción como un método de análisis textual que busca exponer las contradicciones y alterar las jerarquías implícitas en el lenguaje. La casa borra la distinción entre adentro y fuera, o entre lo real e imaginario, de forma una constante, subvirtiendo razón y locura una y otra vez.
También podemos hablar de la casa como fenómeno, y no solo objeto físico, dado que la casa se experimenta de manera única y subjetiva por cada personaje. Entra aquí de cabeza la fenomenología con ecos de Heidegger, la cual intenta comprender cómo los fenómenos se presentan a la conciencia y cómo los sujetos los perciben y experimentan. El concepto de lo inquietante, el conocido unheimlich, y lo siniestro de Freud, es central en la exploración de la casa de Danielewski y su laberinto. En el libro, el concepto de casa se ve subvertido al completo, donde hogar ya no es un lugar seguro y conocido, si no un lugar extraño y perturbador. Un lugar que hace cuestionarlo todo y donde arraigan las ideas de ciertos pensadores existencialistas del siglo XX, sobre todo de Sartre. Lo siniestro como todo aquello que debería haber permanecido secreto y oculto, y que, sin embargo, ha salido a la luz.
El existencialismo y nihilismo rodea a toda la Casa de hojas. La naturaleza inexplicable e incognoscible de Ash Tree Lane, la búsqueda (y responsabilidad) de sentido en un mundo (lugar) sin sentido, y por supuesto, la sensación generalizada de miedo y ansiedad que viven los personajes en sus encuentros con lo desconocido, sobre todo Johnny Truant y Will Navidson. Entra aquí, en cierta manera, el absurdismo de Camus, una filosofía que reconoce la falta de sentido intrínseca de la existencia y la búsqueda humana de un propósito en un universo indiferente. Los mismos conceptos que en El mito de Sísifo residen en el libro, como un rechazo absoluto del racionalismo como forma de enfrentar la existencia. La casa, con sus lógica incomprensible y violación de la leyes físicas, representa lo absurdo de la existencia, y es la lucha por encontrarle sentido un reflejo de nuestra condición humana, aferrándose a propósitos subjetivos, como un manuscrito imposible.
Algunas interpretaciones de Casa de hojas (spoilers)
Ahora llega el momento en que nos volvemos locos. Lo genial —no para todos— de Casa de hojas es que admite cientos de interpretaciones diferentes, y ninguna tiene por que ser más correcta que otra. No hay una explicación verdadera, por así decirlo. Los niveles de verdad son una mezcla de lo físicamente presente en el texto y lo que como lectores aportamos al texto, como en cualquier arte, como en la definición del literatura ergódica. Mark pretende (y pretendía) que Casa de hojas fuera algo más duradero, que sobreviva y no simplemente se consuma. Que perdure. Interpretaciones contradictorias, narradores poco fiables y posverdad son los pilares del libro para erigirse como cúmulo de hipótesis. Como una fuente de la eterna juventud que le permite estar siempre presente. La búsqueda de significado es una motivación fundamental para el ser humano, no una mera racionalización de sus impulsos básicos, ya lo decía Viktor Frankl
Por empezar, una de las principales corrientes más defendidas y refutadas de Casa de hojas es que es una historia escrita por Pelafina en un intento por procesar el dolor y el trauma que experimenta tras la muerte de su hijo. Pelafina tiene la capacidad para ello, para crearlo todo. Esta corriente defiende que Johnny y su extraño mundo son inventados por ella, y también son una forma de afrontar la pérdida de su bebé a los pocos días de nacer. La hipótesis surgió por primera vez cuando se observó que su fuente, Dante, también se usa en los frontispicios. Cuando leemos sus cartas descubrimos que tiene un estilo similar al de Zampanò. También, parece muy culta y probablemente tenía algún tipo de formación académica, por lo que podría haber escrito El Expediente Navidson sin problema (aunque le resta importancia). Su color, el purpura, coincide con el de “Una novela”. Sin embargo, ¿cómo explicas las dos cartas del director de Whalestone a Johnny? Como dije antes, ninguna perspectiva responde satisfactoriamente a todas las preguntas. También se dice que Pelafina inventó o imagino a Jhonny como un hombre adulto y usa el ficticio Expediente Navidson como explicación de por qué Johnny no la visita. Se hablá también mucho en esta corriente de la autoría de Pelafina, en explicación a una marca de verificación en una de las páginas y por qué Pelafina sabe de Zampanò, cuando se supone que esta muerta.
Una de mis hipótesis (loca) favorita es que Zampanò es metafóricamente Dios, con sus dos hijos/creaciones siendo Navidson (como Jacob) y Johnny (como Esaú): uno para explorar al aire libre y otro para encontrar oculto dentro de la historia que se presenta como un laberinto. Otra nos dice que Pelafina probablemente ve a través de la cuarta pared cuando no toma sus medicamentos, Johnny vislumbra ese espacio de vez en cuando, y Zampanò ni siquiera parece tener una cuarta pared. Tenemos una triada de personajes ficticios que, al menos a veces, son conscientes de serlo, y todos afirman haberse inventado entre sí, o incluso el libro entero. Las cartas del director no son reales, el resto son falsas, Pelafina ni siquiera existió y todo el universo es una simulación proporcionada por un tal Mark Z. Danielewski. Algo que remarca (y respalda) en cierta manera los tres guiones de televisión publicados por Mark.

Esquema de capas del libro del Prof. Croxall
Resulta fascinante la hipótesis que habla sobre la relación antagónica en el lector y el libro. La primera página, la página de la dedicatoria, ya nos enfrenta: Esto no es para ti. Esta corriente habla sobre que el lector es, en realidad, el antagonista de la historia, como fuerza invisible que consume su significado y arrastra a los personajes a su perdición. Una ruptura total de la línea narrativa permitida por las peculiaridades del formato, que son una especie de trampas que nos tratan de mantener a raya. Los lectores saltamos de un lado a otro, con a veces interminables listas sin sentido historias que parecen no venir a cuento. Esto es una necesidad del libro y sus personajes, que saben que cuanto más te toma leer el libro, más tiempo tienen antes de ser consumidos. De esta forma podemos ver Casa de hojas como una presa, y nosotros, su depredador.
También existe una interpretación literal del texto, pero creo que le quita picante al asunto. Otra de las corrientes asume que Jhonny lo escribió todo. Más de una vez admite que se inventa o ha tergiversado cosas en el texto. Johnny escribió todo como una forma de afrontar la muerte de su madre, o como una carta a su madre, como lo demuestra la marca de verificación en la esquina en un momento dado. Replantea aspectos del libro, como cómo la casa y el Minotauro, pero resulta inconsistente como hipótesis. También se alude a que Zampanò es realmente el escritor de todo el libro. En el apéndice, Zampanò comenta que quiere tener un hijo, y la invención de Jhonny en el texto, podría ser una respuesta. Me gusta en esta rama pensar que Zampanò quizá escribió El expediente Navidson como una película, algo que si lees los guiones de Mark, no anda lejos.
¿Preparados para un dolor de cabeza? Una de las páginas más crípticas del libro es la que hace referencia Yggdrasil al final del libro. Si, el mítico árbol de la mitología nórdica que conecta mundos. Muchos aluden a que este Yggdrasil seria un conector de universos, espacios y realidades, una rama del árbol que creció hasta convertirse en un pequeño rincón del universo. Un punto de intersección que nuestros cerebros tetradimensionales probablemente no serían capaces de percibir por pertenecer a un espacio dimensional superior. Estar dentro del árbol puede incluso volver locos a los humanos y es posible que no podamos confiar ni entender todo lo que dicen. También se habla de la forma de clavo que tiene esta última página con Yggdrasil, y al último poema del Pelicano, que nos dice: Si había una pista a la que valiera la pena aferrarse era el clavo, el punto más fuerte que, al principio, fijó y recreó la casa. Para más respuesta, lean The Familiar.
La hipótesis de la única voz autoral se acentúa por la imposibilidad que surgen con las partes finales de El expediente Navidson. Habría sido imposible para Navidson grabarse leyendo Casa de hojas antes de que Zampanò viera la película y de que Truant publicara el libro. Esto demuestra de alguna manera que no son tres historias independientes que suceden en diversos planos o niveles de conexión, si no que lo más probable es que sean una única obra de ficción escrita por otra voz. Pero, ¿quién es esa voz? Bien, si rescatamos el Yggdrasil de antes, una de las hipótesis más locas dicen que El expediente Navidson proviene de un universo alternativo, de otra rama del árbol. El laberinto o rama se convierte en la casa de Navidson, Zampano era un viajero que iba de rama en rama y visito el universo de Navidson, llevándose consigo esa película documental que nadie más ha visto nunca. Pelafina había seguido a Zampano desde otra rama e intentó establecerse cuando tuvo a Johnny, pero se volvió loca de tanto recorrer el laberinto. Otras dicen que Casa de hojas es como Johnny encontró el laberinto y recuperó tanto El expediente Navidson como su diario, de un universo donde vivía MZD. Y si ya nos vamos más allá, también podemos decir que MZD pertenece a una rama diferente y es él quien nos trajo la historia en forma de Casa de hojas.
Sin embargo, por culpa del propio Mark Z. Danielewski, volvemos a hablar de Pelafina como autora por esta cita: «El Expediente Navidson» es en realidad la voz de Zampanò. Luego está Johnny Truant, otro actor, y la madre de Johnny, que... está más presente en el libro de lo que la mayoría cree. Podría la versión escrita por Johnny de Pelafina ser a la vez un recurso para capturar la esencia de lo que su hijo podría haber sido si no hubiera muerto tras la desconexión de la máquina y también, un protector para ell, que se ve lentamente dañado por la necesidad de capturarlo todo. Pelafina sin duda tiene mucho peso en su posible reivindicación de autoría, y hay detalles que lo corroboran. Por ejemplo, aparecen por todo el libro algunas palabras sueltas y frases completas similares a las suyas en los poemas de Johnny, así como en algunos escritos de Zampanò. No obstante, una vez más, los apéndices refutan todo esto, no logrando otorgar la autoría por completo a Pelafina, como las fotos de cosas a las que de ninguna manera pudo acceder. ¿Es Pelafina MDZ? Quién sabe.
Complementos imprescindibles (spoilers)
Casa de hojas fue acompañada, en su momento de publicación, por una pieza complementaria (o viceversa), un álbum llamado Haunted (ya mencionado antes) grabado por la hermana de Danielewski, cuyo nombre artístico es Poe. Las dos obras funcionan de forma cruzada, inspirándose una a otra y vistas en paralelo, según Poe, son la misma historia. Temas como House of Leaves, Exploration B y 5&½ Minute Hallway, además de muchas referencias menos obvias, son más que claras entre ambos medios. Como comentaba antes, una tarjeta de la versión en cinta del disco relaciona canciones con páginas concretas del libro y es una experiencia evocadora.
Cubierta de los guiones de House of Leaves
Mucho más interesantes son los tres guiones (que se pueden comprar en su web) escritos por Mark Z. Danielewski para un proyecto de adaptación a serie de televisión que surgió en 2017 pero como podéis esperar, no llego a (buen) puerto. Es curioso como estos guiones dan una nueva perspectiva del libro y funciona a la vez como una adaptación televisiva de la historia original y una secuela directa. En ellos, dedican la mayor parte de su tiempo a contar la historia de Melisandre Avignon, una profesora universitaria de cine que trabaja con un equipo para realizar un documental sobre su vida, similar al de Navidson. Y, como en el caso de Navidson, el proceso se ve interrumpido por un suceso inusual: un estudiante le entrega una unidad de datos porque alguien le pagó 9000 dólares. Comienza a descargar los datos y descubre que la unidad contiene todo el material (e incluso más) que conocemos como El expediente Navidson. Y aquí es donde los lectores de Casa de hojas encontramos el primer gran giro: en el universo de la serie, El expediente Navidson resulta ser real. Casa de hojas, como libro, se considera una estafa, ya que no era ficción como afirmaba, sino un relato de hechos reales. Descubrimos que el baúl de Zampanò no contenía papel, sino un conjunto de cintas reales de Navidson. Pero, como el libro, el episodio piloto empieza con una frase inicial expulsiva: «Nada de esto es cierto». Esta extensión metaficcional es de lo más curiosa y amenaza muchos de los cimientos narrativos del libro, dado que la serie nos brindaría una perspectiva completamente nueva de los eventos, confirmar algunas cosas (que Zampanò tenía un hermano, por ejemplo) y todo sería aún más incierto lo que realmente sucedió.
Otro material complementario recomendable para el libro son otras obras de MZD. Su relato Clip 4 interesará a más de un lector de Casa de hojas, pero sin duda, será The Familiar lo que hará saltar todo por los aires. La primera referencia, es que ambos libros los publica un grupo llamado Circle Around the Stone, algo que nos puede hacer preguntarnos por quienes puede ser esos “editores” del libro. El asunto no se queda ahí. Es el momento de hablar de VEM. VEM no es ni autor, ni personaje ni escenario, sino una especie de motor (en el antiguo sentido de "medio" o "ingenio") al que se le atribuye, directa o indirectamente, el mérito de posibilitar estos textos o las actividades que se desarrollan en ellos. Un elemento que nos suma desde Clipv4 (de ahí su importancia) y sobre todo The Familiar, pero que también aparece en Only Revolutions, La espada de los cincuenta años y si, en Casa de hojas, mencionado por Zampanò. Para dar un poco de contexto, VEM es un elemento de los Orbes, una especie de pantallas de información sobre eventos que ocurren en el espacio y el tiempo. Dicta cómo se cuenta la historia real y establece las reglas que siguen las construcciones narrativas. No solo observa, si no que construye la historia formando una especie de marco de red fundamental para todo el multiverso de MDZ. VEM no solo forma parte de la historia, sino que también rige la metahistoria de Danielewski.
Otro material complementario recomendable para el libro son otras obras de MZD. Su relato Clip 4 interesará a más de un lector de Casa de hojas, pero sin duda, será The Familiar lo que hará saltar todo por los aires. La primera referencia, es que ambos libros los publica un grupo llamado Circle Around the Stone, algo que nos puede hacer preguntarnos por quienes puede ser esos “editores” del libro. El asunto no se queda ahí. Es el momento de hablar de VEM. VEM no es ni autor, ni personaje ni escenario, sino una especie de motor (en el antiguo sentido de "medio" o "ingenio") al que se le atribuye, directa o indirectamente, el mérito de posibilitar estos textos o las actividades que se desarrollan en ellos. Un elemento que nos suma desde Clipv4 (de ahí su importancia) y sobre todo The Familiar, pero que también aparece en Only Revolutions, La espada de los cincuenta años y si, en Casa de hojas, mencionado por Zampanò. Para dar un poco de contexto, VEM es un elemento de los Orbes, una especie de pantallas de información sobre eventos que ocurren en el espacio y el tiempo. Dicta cómo se cuenta la historia real y establece las reglas que siguen las construcciones narrativas. No solo observa, si no que construye la historia formando una especie de marco de red fundamental para todo el multiverso de MDZ. VEM no solo forma parte de la historia, sino que también rige la metahistoria de Danielewski.
Fragmento de The Familiar Vol. 1
Este recurso, y el de MDZ autor, le permiten producir cosas como All the Lights of Midnight (beca sobre un académico que no existe), Only Revolutions (un registro histórico filtrado a través de narcons), La espada de los cincuenta años (una historia compilada a partir del testimonio de un grupo de huérfanos sobre una historia y un asesinato imposible), y especialmente. Clip 4 (en el que se menciona el registro de Navidson en la ficción y también se insinúa una comunidad activa de académicos que investigan este tipo de material imposible). VEM es una entidad misteriosa que se menciona como parte del conocimiento omnisciente de los narcons (constructos narrativos sin límite formal) sobre los personajes dentro de la novela (The Familiar) que podemos atribuir a una estrategia metanarrativa en la que Danielewski incorpora diversos niveles de omnisciencia narrativa en las mismas estructuras de sus obras. Y quién sabe, quizá, algún día, volvamos a la casa de Ash Tree Lane.
Bibliografía
Barton, Simon (2006) Textual Space and Metafiction in Mark Z Danielewski' s House of Leaves
Zecker, Garret (2008) The House Difficult of Exit:Postmodern Defamiliarizationin Mark Z. Danielews ki’s House Of Leaves
Aarsethse, E.J. (1997) Cybertext: Perspectives on Ergodic Literature
McCaffrey, Larry & Gregory, Sinda (2010) Haunted House—An Interview with Mark Z. Danielewski
McDougall, Aislinn (2021) Infinite Horror: Endless Networks and Apparent Reality in Mark Z. Danielewski’s “Clip 4”
H. C. Luiz (2023) Liminal Scares: How ‘House of Leaves’ Has Redefined Modern Horror
Corrigan, Marianne & Ogden, Ash (2013) Explorations in the Ergodic
Murphy, Cat (2013) House of Leaves vs. Night Film
Reddit: r/houseofleaves
Muy buena guía. La guardo para cuando haga un relectura en profundidad. Y veré si consigo The Familiar. Gracias por compartir.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por leer(la). Espero que consigas The Familiar, por qué si te gusta Casa de hojas y Danielewski en general, vas a gozar muy fuerte :)
EliminarUna maravilla de post, menuda guia
ResponderEliminar¡Gracias, Tere! :)
Eliminar¡Qué pedazo de artículo nos regalas, Mangrii! Espero hacerme con este libro pronto y vendré a releerlo otra vez :-)
ResponderEliminar¡Un beso y gracias por la entrada!
¡Muchísimas gracias! Junto a la de Mitchellverse y Literatura ergódica, de las que más orgulloso me siento hasta el momento. Espero que le puedas sacar partido :)
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