Pequeños restos de magia, de Gabriella Campbell

Portada de pequeños restos de magia, con Ester, una adolescente entrando por una puerta. Los colores son verdes y rojos.
Pequeños restos de magia
Gabriella Campbell
Ediciones Lo Maravilloso
Rústica / digital | 300 páginas | 18,95€ / 4,50€



Uno de esos tropos de la fantasía que me suele atrapar es el de descubrir que la magia, o algo mágico, esta penetrando en nuestra propia realidad. Por algo el tema de las incursiones y las Secret Wars de Jonathan Hickman en Marvel son una de mis etapas predilectas. Ya si mencionas la palabra multiverso y criaturas fantásticas, tiene un 99,9% de posibilidades de sumarse a mi pila de lectura. Por eso, cuando uno desvía los ojos línea a línea devorando la sinopsis de Pequeños restos de magia, la primera novela que Gabriella Campbell escribe en solitario (aunque ya la hemos leído en multitud de relatos como Brunch, en la divertida Haberlas Haylas), ve perfectamente lo que se va a encontrar pero a la vez, no tiene ni la más remota idea de todos los giros que la autora tiene preparados para subvertir todos esos clichés de inicio dignos de Jóvenes y brujas.

Todos esta cambiando para Ester
Las cosas no van nada bien para Ester. Su adolescencia es casi una tortura. Su madre se marcho hace unos años, su mejor amigo de la infancia ni la saluda (y es un poco capullo, la verdad), internet va lento de narices y su vida social en el colegio es igual a cero. También se siente rara, por que en muchas ocasiones siente que las cosas cambian, aunque solo ella lo ve. Todo pinta horrible hasta que aparece una nueva alumna en el colegio: Orla. Ambas se entienden a la perfección y juntas, descubren nuevos caminos que las llevaran a otras dimensiones. También, que su gato habla, pero esa, ya es otra historia.

Un perro de Tindalos, una especie de lobo gigante con la piel desgarrada.
Perro de Tíndalos, por Antonio José Manzanedo

Una historia de autodescubrimiento
Todos podemos estar mas o menos de acuerdo en que el juvenil, una de las etiquetas que podríamos poner a Pequeños restos de magia, es el vehículo perfecto para volcar nuestras propias experiencias y elaborar historias de autodescubrimiento con las que identificarnos. Y es que, entre esta amalgama de fantasía oscura con toques weird, la intención de Gabriella es la de llevar al papel esa metamorfosis que a todos, tarde o temprano, nos llega. La confusión durante la adolescencia, la superación de la perdida y el hacerse mayor, sin ser consciente de ello. Sin embargo, no esta sola, por que más allá de esos mensajes sobre el autoestima, sublima una necesidad que tienen casi todos los personajes de la novela: ser comprendido. Una de las mayores ansiedades del ser humano en este siglo se vuelve, consciente de ello, en una de las claves y virtudes de Pequeños restos de magia.

Multiverso, criaturas y realidades
Una de las mayores bazas de Pequeños restos de magia es que puede funcionar como un ancla para futuras historias de Gabriella Campbell. El multiverso, ese espacio lleno de posibilidades (si Marvel, te miro de nuevo a ti) creado por la autora permite en un futuro tener un nexo sobre el que partir: La Cloaca. Y es que, en este viaje infinito entre realidades de Ester y Orla afrontando numerosos peligros junto a su gato parlante y cósmico Lotus, se plantea la existencia de un espacio intermedio que permite viajar de una dimensión a otra. Aunque la historia de Ester y Orla tiene un final autocontenido, las posibilidades de exploración en el futuro son infinitas.

Gusano gigante de Dune, en medio de la arena.
Fotograma de Dune (2021)

Tanto como todas las criaturas que tenemos pululando por la historia. Un desfile imaginativo de creación, saltando de una pagina a otra en busca de más peligros y aventura. Por que en Pequeños restos de magia tenemos un perro de Tíndalos, un dragón, un sirénido, una raza de felinos cósmicos, una bruja y orugas gigantes que hacen reír a los gusanos de Dune. Sin embargo, todos estos nombres, todas estas criaturas que ya tienen su base plantada por todo nuestro imaginario, son utilizados con un golpe de tuerca que la mayoría de nosotros no vemos venir. Por que más allá de esas referencias a los años 90 o a la literatura de terror y ciencia ficción, Gabriella consigue crear algo distinto, sencillo, que sorprende y consigue atrapar de principio a fin.

Otras reseñas de interés:

Comentarios