P. Djèlí Clark (trad. de Raúl García Campos)
Obscura Editorial
Quien se crea eso del refrán que dice lo bueno, si breve, dos veces bueno es que no ha leído las novelas cortas de P. Djèlí Clark. O bueno, sí, pero es imposible que tras disfrutar de una historia de apenas 100 páginas donde vives en una Nueva Orleans ucrónica con toques steampunk repleta de aeronaves y magia sacada de la diáspora africana, quieras que termine. Los Tambores del Dios Negro de P. Djèli Clark es una maravillosa fusión de fantasía y ciencia ficción ambientada en la era confederada de Nueva Orleans, después del estancamiento de la Guerra Civil, pero en una versión steampunk donde los colonizados se sublevaron contra sus amos y rompieron sus cadenas. Es una historia sencilla si solo miramos su trama repleta de aventuras, pero compleja en su escenario y con un par de protagonistas tan carismáticas como inolvidables.
Pon un Trepadora en tu vida
La protagonista de Los Tambores del Dios Negro vive en la calle, a sus 13 años, maldecida o bendecida, según como se mire, por la diosa Oiá. Se gana la vida haciendo lo necesario para sobrevivir, aunque ello implique robar. Trepadora, nuestra protagonista, quiere escapar de Nueva Orleans. Un día, por casualidad en su escondrijo, tropieza con un poco de información interesante sobre un científico y el arma conocida como Los Tambores del Dios Negro. Viendo la valía de esta información, decide que lo mejor es venderla, pudiendo incluso costearse con ello la salida de esta ciudad hacia una vida mejor. Y sabe donde debe ir. Cuando encuentra a la capitana del dirigible Ladrona de Medianoche, con la esperanza de encontrar un aliado que sepa que hacer con la información, las ruedas del destino comienzan a girar y sus visiones, las que le envía la diosa Oiá, empiezan a tener sentido.
Póster de la colección ciudades del futuro de Disneyland Paris
Engañosamente simple
Puede que si nos paremos a pensar en la trama que mueven las apenas cien paginas de Los Tambores del Dios Negro pensemos que estamos ante una novela corta bastante simple. Y podría ser así, si solo miramos directamente a la trama, pero probablemente, como da buena cuenta el fascinante posfacio de Cristina Jurado para la edición de Obscura, estaríamos algo equivocados. Y lo estaríamos por qué P. Djèli Clark nos lleva hasta esa Nueva Orleans que ha imaginado, pero de verdad, con apenas unas paginas. Lo hace a través de esa música del Mardi Gras que parece salir de sus calles adoquinadas, con esos dialectos caribeños, cajún o sureños que se entremezclan durante los diálogos, o con ese folclore de deidades que parecen rodear la novela.
Todo es engañosamente simple, donde los rebeldes obligan a un científico a darles un arma extremadamente peligrosas, y una pirata y otra ladronzuela de la calle se unen para detenerlos. Todo avanza rápidamente, quizá demasiado para algunos, yendo siempre directa al grano. Ya lo hacia en Ring Shout o en La maldición del tranvía-015, y aquí repite de nuevo. Sin embargo, el trabajo de ambientación es algo más que notable, infundiendo al pasado con elementos completamente futuristas. La historia alternativa se combina con la real, en una Nueva Orleans repleta de dirigibles y vehículos estilo zepelín que contrasta con la verdadera historia, la recombina con el folclore y los dioses africanos, y nos regala un mundo nuevo de absoluta profundidad.
Guiños, historia y cultura
En Los Tambores del Dios Negro, al igual que en la antes mencionada Ring Shout, los guiños a la historia y a la cultura afroestadounidense son abundantes. Sin embargo, nunca se sienten algo excluyente para el lector. Aunque no sepas lo que es el gas Drapeto, las diosas a las que se hace referencia y algunas otras leyendas y folclore que Clark toma prestados de Haití, El Caribe y África, Los tambores del Dios Negro es una historia que se disfruta por si misma. Sin embargo, igual que pasaba en Ring Shout, las nociones históricas para hilar el escenario con la historia de la rebelión de las esclavos haitianos de 1794, que ayudó a crear Haití como estado libre de esclavitud y gobernado por no blancos y antiguos cautivos, le da un plus. De otra manera, en esta historia, la rebelión ayudó a liberar a Haití y a la mayor parte del Caribe, creando un estado conocido como Las Islas Libres. Una especie de punto muerto donde nace un arma misteriosa, tan poderosa que de volver a usarla podría destruir todo.
Portada original
Queremos másEn esta historia alternativa, Clark nos plantea una Nueva Orleans que es un bastión de neutralidad en un mar de esclavitud, una especie de ciudad estado donde todos son bienvenidos al comercio, incluso aquellos con la intención de destruir la tierra por su causa. Y en ella, dos mujeres de lo más cañeras y empoderadas harán frente para tratar de que todo siga igual. Es una pena que todo termine tan rápido. El lector ya esta enamorado del escenario y de sus dos protagonistas cuando de golpe y plumazo queda huérfano. No ocurre como en Ring Shout, donde el cierre parecía mucho más satisfactorio, si no que hay mucho de esta versión alternativa de la ciudad (y del país) para explorar. Solo espero —y deseo— que así como Clark ha hecho con otras obras cortas como La maldición del tranvía-015 o los relatos como Muerte de un djinn en El Cairo su Universo del Djinn Muerto, también sigamos viendo, de vez en cuando, algo de esta Nueva Orleans alternativa.
Otros enlaces de interés:
Vale, que sí, que sí, que me lo anoto. ☺️
ResponderEliminarVaya, no se podía saber xD
EliminarHe leído un par de libros de este autor y los he disfrutado mucho, así que este va a caer sí o sí :-D
ResponderEliminarUn beso, Mangrii, y feliz semana.
Seguro que te va a encantar como los que has leído :)
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