Silvia Moreno-García (trad. de Isabel Murillo Fort)
Minotauro
Rústica / digital | 352 páginas | 17,95€ / 8,99€
Esta contiene -la mayor parte- el cuerpo desmembrado de uno de los Señores de Xibalbá, el dios maya de la muerte llamado Hun-Kamé. Liberado y recobrada su conciencia, el dios le pide ayuda para recuperar el trono, actualmente en manos de su hermano traidor. También le explica que ambos están vinculados espiritualmente y necesita recuperar su poder. Así, en compañía de un seductor e ingenioso dios de la muerte, Casiopea Tun emprende una odisea que la conducirá hasta las profundidades del inframundo maya. Una aventura repleta de localizaciones, criaturas extrañas a la que enfrentarse, magia que desconoce por completo y por supuesto, poderosos dioses.
Fanart de Gabriela Romero Lacruz
American Gods versión light remix maya
Si hay un referente directo a la hora de hablar de Dioses de jade y sombra es la gran American Gods, de Neil Gaiman. Al igual que la antes citada, la historia de Casiopea y Hun-Kamé es una especie de road trip que nos lleva desde un pequeño pueblo de Yucatán hasta la gran ciudad de Mérida, pasando por Veracruz, México e incluso Baja California. Una serie de paradas y localizaciones, que al igual que Sombra y Wednesday en American Gods, sirven para establecer una relación entre sus protagonistas a la vez que dan rienda suelta a un compendio de mitos y criaturas mitológicas. Sin embargo, los temas, la ambigüedad y la imaginativa en la novela de Silvia Moreno-García son mucho menos densos y profundos que los de Gaiman en sus American Gods. Son, en Dioses de jade y sombra, una especie de versión light remezclada con la mitología maya.
Aquí, el viaje de Casiopea es una simple búsqueda con un objetivo más que claro desde el inicio: recuperar el trono de Hun-Kamé y las partes que le faltan para estar completo y volver a tener todo su poder. Sabemos desde el inicio que todos los caminos que recorra la pareja nos conducen a Baja California, pero podemos disfrutar de como Silvia Moreno-García se las ingenia para incorporar la mitología maya en cada parada y hacer una especie de fantasía histórica de ello. Así, cada escenario se siente diferente para el lector y cada parada consigue exprimir algún nuevo ser de su mitología, remezclado y ficcionado para la novela. Es, en definitiva, un viaje entretenido por ese mitológico y efervescente México de 1920.
Ilustración de la edición especial de Subterranean Press
Un cuento de hadas oscuro
La fantasía histórica de Dioses de jade y sombra esta tejida con las raíces de los cuentos de hadas, donde una joven oprimida y desfavorecida encuentra la oportunidad de salir al amplio y emocionante mundo. Sin embargo, la verdadera fascinación surge de la relación entre ella y la deidad a medida que el viaje avanza, desarrollando una comprensión mutua intensa que será la clave en el final de la novela. Silvia Moreno-García gira esas raíces del cuento de hadas en su favor y las enfrenta al mundo moderno: Casiopea sabe lo que quiere y no necesita estar encadenada a nadie.
Y es que, aunque el tono dominante es de cuento de hadas -casi cercano a la Cenicienta- el libro cobra vida cuando Silvia nos lleva de la mano en este viaje relámpago por México y nos descubre ese mundo repleto de dioses, demonios y magia. Este nuevo tono, que vira en favor de uno menos social e histórico, se va enfatizando con el paso de las páginas por el Inframundo y los poderes sobrenaturales. Es así como Silvia nos hace pensar sobre la naturaleza de la muerte, sobre el destino y por supuesto, en lo que significa ser humano. Un mensaje que cala más hondo en sus compases finales.
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