En el otro viento, de Ursula K. Le Guin

Portada de En el otro viento, con una dragón comiendose la cola y una corona en medio.
En el otro viento
Ursula K. Le Guin (trad. de Franca Borsani)
Minotauro
Rústica / Digital | 352 páginas | 14,95€ / 7,99€



En el epílogo de En el otro viento dice la propia Ursula K. Le Guin que ella no concibe Terramar como un ciclo o una serie, si no como una novela que ve con esta, su sexta entrega (contando los relatos como la quinta), una sola historia. Una vez leída En el otro viento, no puedo más que darle la razón. Y es que a través de Terramar podemos ver el ciclo de vida de diferentes personajes que han pasado por sus tierras. En el otro viento nos muestra un Ged y Tenar de ya casi 70 años, un Lebannen mucho más maduro, o el despertar de Tehanu e Irian. Si al principio de Terramar comenzamos conociendo a Ged y también En el otro viento cerramos con él, por el camino hemos conocido a otros tantos personajes que también encuentran aquí su sitio.

Nada menos que 33 años entre la primera aventura y la última por Terramar, En el otro viento es testigo de la evolución de la propia Ursula K. Le Guin, tanto estilísticamente como temáticamente, pudiendo apreciar cada libro como una nueva etapa de madurez para la autora. Sin embargo, En el otro viento se encarga de recoger las ideas de libros anteriores, creando una trama sencilla pero que encaje y expanda dichas ideas con la finalidad de concluir todos los conflictos y tensiones presentes con anterioridad por Terramar. Para ello, Ursula crea a un nuevo personaje como es Aliso que será el encargado de unir los hilos de Ged, Tenar, Tehanu y Lebannen de nuevo.

Un dragón con un mago delante
Ilustración de Gary A. Lippincott

En el otro viento
Al hechicero Aliso le aterra coger el sueño, por que eso significa trasladarse a la tierra de los muertos y encontrarse con su fallecida esposa. Desea tanto que regrese, que en uno de esos sueños, se besaron bajo el muro de piedra que separa nuestro mundo de la Tierra Seca. Cada noche, los muertos atraen a Aliso hacia ellos para intentar liberarse e invadir Terramar. El equilibrio del mundo esta roto. Tras consultar con el antiguo archimago Gavilán, Aliso parte directo hacia Havnor donde va en busca del joven Rey, Tenar y Tehanu, donde emprenderán un viaje transformador hacia el Bosque Inmanente de Roke para solucionar todos los peligros que amenazan Terramar.

El poder de las mujeres
Desde que finaliza la primera trilogía de Terramar, vemos como Le Guin comienza a darle mucho más poder y protagonismo a las mujeres que participan en sus novelas. Desde Tehanu, podemos apreciar como las mujeres de Le Guin descubren que tienen el poder para cambiar, para ser libres del mundo guiado por las reglas que imponen los hombres, y ser la herramienta que puede lograr la paz entre kargos, magos y dragones. En el otro viento indaga en la conexión entre las mujeres y los dragones de Terramar, cambiando los cimientos del mundo desde sus origenes. Tal vez sea un libro de poca acción, con una trama sencilla y donde todo se resuelve rápido, pero cada una de sus soluciones reverbera en el resto de la historia contada tantos años atrás.

Un dragón en la colina
Ilustración de Charles Vess
La idea de permanecer
Ya hablaba antes de que En el otro viento se encargaba de examinar las fallas de todo Terramar y abordarlas, dentro de su propio mito, para dejarlas atadas con una nueva visión. Uno de los temas que más importan en esta última novela, como no podía ser de otra manera, es la idea de permanecer. Sin embargo, Le Guin, maga y maestra de Roke como es, lo hace a través de la ruptura del equilibrio en toda Terramar y de los problemas de permanecer pese a que tu tiempo ya ha acabado. En el otro viento se centra en la muerte, algo muy apropiado para esta última etapa del viaje, pero no deja puntada sin hilo al hablar también de la bondad, la comprensión del otro y el trabajo puro y duro como virtudes totalmente heroicas. Una conclusión potente gracias a todo el fondo construido con anterioridad que exalta las virtudes de libertad y paz a toda potencia.

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