Lo que ruge, de Izaskun Gracia Quintana

Lo que ruge

Izaskun Gracia Quintana

Ediciones El Transbordador

Rústica / Digital | 284 páginas | 16,15€ / 4,90€ 

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¿Dónde se esconde lo inquietante? ¿Quién teje las fuerzas estremecedoras que ponen tus pelos de punta? ¿Cómo convivimos con nuestros monstruos? Algunas de estas preguntas se las hacen los ocho relatos que aglutina Lo que ruge en su interior, una curiosa y nada etiquetable antología de cuentos que mueven sus hilos por los senderos del realismo, lo fantástico, el weird y la ciencia ficción. Izaskun Gracia camina con elegancia entre géneros, visitando sus territorios bajo una constante sensación de incomodidad y extrañeza que traspasa la página y ejerce de guía a través de sus historias.

No obstante, la diversidad del volumen esta yuxtapuesta por algunas claves temáticas. Una de ella es la idea del fin del mundo. Varios relatos establecen situaciones apocalípticas, encadenadas con guerras o crisis climáticas que amenazan con terminar con la existencia humana tal como la conocemos. El gran día, una especie de estudio de la decadencia dentro de una colonia que basa su supervivencia en la colmena y el destino de sus Madres. La granja, una alegato ambientalista donde la comida escasea. Lo que esta por venir, otra aterradora historia de corte ecológico donde la tierra se convierte en ceniza. Sin embargo, su mayor exponente, y también el que tiene más extensión, es La victoria de la insania. Tras una invasión militar, un grupo de niños vive encerrado en un manicomio durante años. Una especie de El señor de las moscas, con cierto poso antibelicista, pero con una aridez y desesperanza que traspasa la página.

Hospital norteamericano durante la Guerra Civil Americana

No obstante, no todo es apocalipsis. Lo que ruge también perpetra en nuestros miedos más cotidianos. Quizá -a veces- rodeado por elementos fantásticos o distópicos, pero los otros cuatro relatos que componen Lo que ruge se sitúan en un mundo mucho más cercano al nuestro. Sin embargo, esa cercanía no hace más que causar estragos en nuestra percepción, siendo sugestionados una y otra vez por el buen trabajo a fondo, cual hipnotista de las letras, realizado Izaskun Gracia. Por que aunque estos cuatro relatos parten de escenarios más realistas, o quizá por ello, causan mucho más temor en nuestras propias carnes.

Lo hacen textos como La llamada, donde una chica nos cuenta los últimos días de la relación con su pareja, hastiada de todos sus comportamientos. También está en este bloque La sombra, una breve historia sobre el duelo permanente con el que vive alguien marcado por la tragedia. Sin embargo, mis dos favoritos aquí son Natividad y Naveciudad. Natividad, recreando la conocida escena navideña de Belén, da un giro extraterrestre y pulp para presentar a Miriam, una mujer embarazada por una forma de vida alienígena. La inquietud total nace con Naveciudad, una sugerente historia donde una mujer, que trabaja en un austero polígono industrial, se obsesiona con un hombre que viaja cada día en el mismo tren que ella. Una exposición de la alienación vital de muchos trabajadores, con una visión deshumanizante del trabajo, que nunca llega a romper del todo.

Metro de Nueva York, Avenida Ditmas

Como veis, los ocho textos que componen Lo que ruge transitan con comodidad entre géneros para siempre invitarnos a visitar lo extraño, abrazar los monstruos con los que convivimos cada día, y saludar a lo inquietante cada vez que lo vemos asomar por la esquina. Ocho cuentos donde por medio del fantástico y la ciencia ficción acudimos a algo tan primario y espeluznante como nuestra propia realidad, únicamente disfrazada, para verla con cierta lupa especulativa. Ocho historias donde tenemos el fin de varias civilizaciones, alegatos ecológicos o antibelicistas, cierta rebeldía a la cultura del trabajo y una preocupación sobre nuestra propia realidad.

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