El 10 de marzo de 2021 un Boeing
787 procedente de París aterriza en Nueva York tras atravesar fuertes
inclemencias en el vuelo. Doscientos cuarenta y tres pasajeros a bordo que
consiguen llegar sanos y a salvo a su destino. Tres meses más tarde, un avión idéntico
será desviado al aeropuerto Kennedy y obligado a tomar tierra en la base
militar Fort MacGuire por orden del Pentágono. Lo más extraño de todo, es que
es el mismo avión e incomprensiblemente, son los mismo doscientos cuarenta y
tres pasajeros. La anomalía, premio Goncourt 2020, parte de una premisa high
concept que trata más de contar la historia de varios personajes y el
efecto que tiene sobre sus vidas tal suceso, que de ahondar en su propio
misterio. Y eso, la hace diferente.
El dilema del doble
Uno de los temas que fascina a la
humanidad (o a mí, vaya) es el del doble ¿Cómo reaccionarias si te encontraras cara a cara con
otro tú? ¿Cómo vivirías si supieras que existe otro ser idéntico a ti en el
mundo? ¿Lo buscarías? Al hilo de leer La anomalía, no dejaba de
relacionarla con Nunca me abandones, de Kazuo Ishiguro. Ambos exploran
la idea de que existan seres idénticos a ti en el mundo, aunque de diversas
formas. Si Ishiguro lo plantea más como una especie de esperanza en su mundo de
clones funcionales, a Hervé Le Tellier le importa más explorar la idea de cómo
afrontar la circunstancia. Aquí cada doble sabe lo que piensa y recuerda el
otro. No hay conflicto, son perfectos e indistinguibles
Herve Le Tellier no abre solo un
dilema de corte metafísico, es más, no le interesa mucho en realidad, si no que
apuesta mucho más por lo ético y humano. Las implicaciones científicas,
religiosas, filosóficas, biológicas y matemáticas de un suceso extraño que no
puede resolverse. Con cierta ironía, el autor explora como responderían cada
uno de estos campos al conflicto que se plantea. Sin embargo, lo interesante de
La anomalía es como enfrenta a los personajes a si mismos, poniendo de
manifiesto la condición humana de cada uno y siento testigos de como cada uno
acepta, replantea o asume su nueva existencia.
La multiplicidad literaria
De los doscientos cuarenta y tres pasajeros, Hervé Le
Tellier le tiende la mano a unos cuantos de ellos y trata de desarrollar
algunos de ellos. Una herramienta funcional que le sirve a La anomalía
para conjugar una multiplicidad literaria envidiable. Los diferentes géneros se
dan la mano estableciendo un juego en los límites de lo posible. Cada
personaje, asociado a un genero literario para que el lector lo identifique con
facilidad, viene acompañado de diferentes clases de textos como canciones, fragmentos
de una novela e incluso poemas. La planificación de la arquitectura de la
novela es alambicada, moviéndose entre la novela de espías, el ensayo científico,
la ciencia ficción, el surrealismo, el romance o la pura intriga.
Sin un protagonista central, todo queda ensamblado por los
individuos y sus existencias, presentadas de un modo aparentemente arbitrario pero
que termina cogiendo cierta forma. Un juego ecléctico e impreciso, que se sirve
de la simpática ironía para reflexionar sobre la vida contemporánea y cuestiones más filosóficas.
Aunque abusa de algunos arquetipos de la literatura y el cine, sobre todo con
el endeble cierre de alguna de las historias, la clave que hace funcionar La anomalía tan bien para cualquier tipo de lector es el movimiento como
consigue embaucar al lector, ya sea de una forma u otra, queriendo saber como
enfrentará cada personaje su propia realidad.
Lo tengo en pendientes. Me llama mucho la atención.
ResponderEliminarUn abrazo.