Elaine Vilar Madruga
Dilatando mentes
Al igual que sucede con otras editoriales independientes (Ediciones El Transbordador, Insólita Editorial, Biblioteca de Carfax,…etc.) cada vez que veo un libro de Dilatando Mentes entre las novedades mensuales siento que tiene algo especial. Puede ser por sus cuidadas e ilustradas ediciones, o por la variedad de autores y temáticas. No lo sé a ciencia cierta, pero su sello y olfato está ahí. Los años del silencio, de Elaine Vilar Madruga, no es una excepción. Se trata de una historia muy teatral, repleta de intrigas palaciegas, venganzas avivadas con el tiempo, amores imposibles, traiciones imperdonables, y necesitadas redenciones. Elaine teje una obra coral repleta de personajes inolvidables unidos por sus sentimientos hacia una reina temible.
Porque aquí se cuenta la historia
de Kiandara. Una joven destinada a ser mujer sumisa que decidió cambiar su destino
para ser reina, aunque eso la convirtiera en villana a ojos de su pueblo. También es la
historia de Oma, Rey de los Ejércitos, brazo militar del reino que suspira por
su reina. Es la historia de Harune, un talentoso onnagata, obsesionado
con su arte hasta tal punto de olvidar todo lo demás. También es la historia de
Maie, una invidente sirena que vive en cautiverio imperial. O la de Orsini, una anciana
hacker que trata de crear malwares para destruir la ciudad que tanto odia. Los años del
silencio es la crónica de una época oscura del reino, conocida como el año del diablo, que tiñó las calles y pueblos de Varne con sangre debido la promesa del fin del
mundo.
Ilustraciones de Utamaro Kitagawa
Una narrativa de personajes
Elaine da voz a cada uno de sus personajes en un complejo entramado narrativo que nos lleva al presente, pasado y futuro. Cada personaje genera riqueza a toda la narración, a veces incluso volviendo a vivir el mismo momento de la historia desde diferentes personajes. Los puntos de vista aportan profundidad a todos los protagonistas de la historia, complementando unos a otros en cada capítulo. Elaine ejerce de hipnotizadora a través de una prosa que enfatiza el monólogo teatral entre cada personaje y lector. Cada uno de ellos habla consigo mismo, profundiza en sus propias emociones y la vez, da una visual sobre lo que esta sucediendo. O va a suceder. Porque en Los años del silencio, incluso los muertos tienen voz. Al puro estilo de tragedia griega o brujas shakesperianas, los muertos que perviven colgados boca abajo en sudarios en un rincón restringido del reino, funcionan como funestas apariciones que marcan del destino final de nuestros protagonistas.
"El dolor es un espora, es un hongo y ha colonizado mi piel. Por eso me la rasgo. Por eso me he llenado de cenizas los cabellos. Lucir como una viuda, como una anciana, como un cadáver vivo, solo eso quiero."
Los años del silencio deja al cerrar sus páginas la sensación de haber vivido varias vidas. De haber sentido poder, miedo, soledad, dolor y traición. Venganza, amor y redención. No es una historia repleta de acción, ni de elementos climáticos que te hagan volar la cabeza y comerte las uñas a cada giro de hoja. Es una historia cocinada a fuego lento que transcurre por la vida de varias personas, comprendiendo sus decisiones, valorando su determinación y viviendo junto a sus emociones. Todas y cada una de sus dramáticas historias son aquí tanto contadas como vividas. Es la historia de una rebelión anunciada, y a la vez, una historia de esperanza. Por que a la tempestad precede la calma, y a los años del silencio, la sonoridad de la vida.
Ilustraciones interiores
Tradición y futuro
Toda esta obra teatral viene
rodeada por un escenario muy especial donde tecnología y tradición feudal
conviven a la par. En Los años del silencio se retrata una sociedad que
recuerda al Japón feudal -donde incluso existe una especie de kabuki- junto
a elementos de ciencia ficción, como los drones (al puro estilo de la serie Colony), y de fantasía, como las
sirenas. Un escenario que sintetiza una curiosa mezcla y funciona como un
extraño reino medieval repleto de leyes intocables ancladas en el pasado, pero que
a su vez, contiene distinguibles elementos futuristas. Sin embargo, solo es un telón de fondo. Todo queda
empañado por la dramática historia de sufrimiento humano que rodea a cada uno
de los personajes. Este escenario se queda en una curiosidad más, en un sello
distintivo para una historia cuyo principal potencial discurre en otra parte. En
sus inolvidables personajes.
Los años del silencio es
una hipnótica historia monologada donde cada voz da fuerza a un
dramático relato repleto de matices y emociones. La bella prosa de Elaine
dibuja un escenario de elementos clásicos y futuristas. Un tapiz de personajes
que se ganan el corazón del lector. Completa la lectura un prólogo de
Mariano Villareal, un postfacio de
Consuelo Abellán, un ensayo sobre el kabuki de José Ángel de Dios y una lista musical.
Uf, pero qué bien suena... Voy a indagar un poquito más, pero de momento se viene conmigo ;-)
ResponderEliminarBesos.
Me parece MARAVILLOSO <3
EliminarNo lo tenía en el radar, la portada es preciosa, pero no me había fijado en que la ambientación era japonesa. Intentaré darle una oportunidad. Buena reseña.
ResponderEliminarNo es exactamente japonesa tampoco, si no que tiene reminiscencias que evocan ese Japón más feudal. Espero que te guste :)
Eliminar¡Hola! Una reseña excelente. Tras leerte la verdad es que me han entrado muchas ganas de hacerme con la novela. ¡Un beso!
ResponderEliminarEspero que le des la oportunidad, merece mucho la pena :)
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