VV. AA (Trad. de Marcheto)
Cuentos para Algernon
Poco hace falta leer el blog para saber que en los dos últimos años he ido adquiriendo cierto gusto por el relato corto. Hasta tienen una pequeña sección propia y todo. He descubierto en este universo un pozo sin fin de historias que envuelven y rodean mi día a día. He destripado tramas y semillas de historias. He buceado entre perlas de aventura que me transportan por unos instantes a otros mundos. Ideas y conceptos pequeños pero a la vez tan grandes que no podrían ser explotados de otra forma. El desencadenante de todo ello fue la antología Hic Sunt Dracones de Tim Pratt, publicada en la por desgracia extinta y peculiar Fata Libelli. Verme inmerso en relatos como Sueños imposibles o El sótano del mundo me cambio para siempre. Y a partir de ahí, llegue a diversas antologías, entre las que destaca cada año Cuentos para Algernon (y que también tiene cosillas de Tim Pratt).
Cada año Marcheto nos ofrece
desinteresadamente y de forma gratuita una surtida
y variada selección de relatos de diversos autores con los que consigue
colaborar. Tenemos en esta sexta entrega desde caras conocidas en el panorama
español como Ken Liu, Tanith Lee o Ian McDonald, hasta auténticos desconocidos
para el público hispanohablante como G. V. Anderson o Seth Fried entre muchos
otros. La incansable labor de Marcheto año tras año por ofrecernos estas
pequeñas perlas literarias es algo muy loable. Y también, algo que no se apoya
tanto como me gustaría. Con motivo de que se acerca la fecha para cerrar su encuesta anual y votar lo que más ha
gustado este año, le he dado un repaso a toda la antología (18 relatos), para
animaros a darle un tiento, y sobre todo, apoyar el proyecto.
Una de relatos….
Este año ha cambiado un poco la
estructura de la antología. Marcheto ha sido hábil en la maquetación de la
misma al combinar relatos más al uso con algunos de sus especiales ultracortos o
flash-fiction. Eso hace de la lectura seguida de la antología un vaivén de
sensaciones y momentos. Aperitivos más plato entrante, podríamos decir si de
un menú degustación literario se tratará, para finiquitar con un postre y el relato más
largo publicado en el blog.
Todo comienza con Renacido,
de Ken Liu, una historia de ciencia ficción publicada originalmente en 2014 por Tor.com. Tomando como referencia una ilustración del artista Richard Anderson,
el autor crea toda una historia de suspense policíaco donde una raza alienígena
ha tomado el control de los humanos. Es un tanto previsible, pero Liu es un
genio dotando de vida a toda la raza alien y fascina con su reflexión acerca de
nuestra forma de recordar y actuar. El siguiente relato largo tiene un nombre
casi impronunciable, pero no por ello es menos interesante. Das
Steingeschöpf, de G.V. Anderson, ganador del World Fantasy Award en
2017, nos traslada hasta una peculiar Alemania de 1928. Es una historia de
amor, guerra y represión en una época complicada para judíos y homosexuales,
con un componente de fantasía maravilloso: ¿Y si las esculturas y estatuas
tuvieran vida y almacenaran recuerdos o conocimientos de sus creadores?
La relectura de Amor Vincis
Omnia, un relato de K. J. Parker publicado en 2010, me ha gustado más
que la primera vez. Es un relato con un inicio complicado y un tanto farragoso,
repleto de términos y un mundo riquísimo. El aire alternativo medieval que
conforma su universo de publicaciones es tan atractivo que ojalá mas
traducciones del autor llegaran a nuestros estantes. El relato pone en tela de juicio las dictaduras y los
juegos de poder, como los mandamases tratan de cubrirse siempre las espaldas
con cualquier amenaza. Incluso si, como en ocasiones, es una mejora y avance
para el propio mundo. Uno de los que más me ha impactado es La
chica picadillo, de Ian R. MacLeod. Publicado en 1999 y ganador del
premio World Fantasy Award en el año 2000, se trata de una historia ambientada
en la Segunda Guerra Mundial que nos habla de la crueldad de la guerra, la
dureza de la soledad y las consecuencias de asumir lo que se dice de uno. Como
corredor de fondo tengo una amalgama de rituales y signos antes de una carrera, y ver a
estos pilotos aéreos de la RAF jugar con tanta superstición, me ha resultado de
lo más curioso. Y más, cuando investigue la realidad del término chop girl.
La píldora surrealista y un tanto
absurda la pone Picnic en el Monte Frost, un de Seth Fried. ¿Y si un pueblo
acudiera anualmente cual secta a un extraño picnic gratuito en la montaña donde
siempre suceden desgracias? Es divertido, pero a la vez inquietante, en cuanto a
su reflexión del poder y la inmovilidad del cambio que deja entrever de la sociedad. Y
cerramos con el postre. La perla. Botanica Veneris: Trece recortados de Ida,
condesa de Rathangan, de Ian McDonald, publicado en 2015 dentro de la
antología Old Venus, ganadora del premio Locus en 2016. Una colección de
recortables botánicos sirve como excusa al autor británico para conocer la travesía de
una irlandesa aristócrata de segunda por toda Venus en busca de su desaparecido
hermano. Testimonios e historias de robos, engaños, rescates y mercenarios se
van juntando cual muñeca rusa hasta revelar toda la verdad. Quizás cueste entrar en los primeros
compases, pero merece totalmente la pena.
… y otra de
ultracortos.
Una de las cosas que me ha descubierto Marcheto es la
flash-fiction. Su largo y extenso especial ultracortos ha sido algo de lo que
más he disfrutado en los últimos meses. Es tan admirable lograr tanto con tan
poco. Menos de mil palabras para emocionarte y crear sensaciones. Es el caso de
Carta,
de Tim Pratt, que con trescientas y pico palabras logra sacar mi lagrimilla.
Lagrima que remato Telomerasa, el relato de Ian Muneshwar que le sigue. Una
historia triste y preciosa de amor entre una pareja en la que una esta
perdiendo el habla poco a poco y la otra enferma de cáncer terminal. Aviso de
que duele. O también Erase una vez un pueblo…, de Eliza Victoria, donde nos demuestra que volver a tener a nuestros seres queridos
fallecidos cerca no es tan buena idea.
Pero también tenemos momentos para reír. Como es el caso de La
paradoja de la Señora Zenón, un relato de Ellen Klages, donde vemos
como un brownie se divide por su infinitesimal parte. Elemento divertido que comparte
Cese
y desestimiento, de Tyler Young. ¿Y si la humanidad fuera demandada por
que el concepto de autoensamblaje basado en enlaces de hidrógeno en organismos
vivos fuera una patente comprada por una entidad intergaláctica? Y se une al
club La
ecuación del trébol negro, de Zach Shephard, donde un científico mete
al universo en una complicada situación por culpa de sus experimentos con los
elementos que dan buena y mala suerte.
Y algunos inclasificables, con los que no he logrado conectar nada de nada. Algo que no sabíais sobre Vera,
de J. Robert Lennon, supone una pequeña pieza que juega con las conciencias
virtuales como tronco central. Rex, de Laird Barron, nos cuenta el
paso de un canino robótico por el ciclo de la historia y los años. También Antes
y después, del siempre interesante Ken Liu, se trata de un ultracorto
que narra todo seguido sin un solo punto o párrafo.
Mi trío de favoritos lo comienza Amarillo muerto, de Tanith Lee ¿Y si el color amarillo desapareciera del espectro? Terribles consecuencias no, lo
siguiente. Especialmente divertido es Más allá del paraparapara, de Rhys Hughes. No me ha gustado tanto como su El círculo cuadrado en la anterior
antología de Cuentos para Algernon,
pero su ironía ante los movimientos independentistas y su proceso ciclico lo hace
destacar. Y mi favorito es El azogue, de Jeff Noon: ¿Y si todos
los espejos del mundo dejarán de dar tu reflejo y fueran el de otra persona? ¿Y
si esto ayudará a que nos comunicáramos mejor y elimináramos los prejuicios? Bonita
utopía que plantea Noon, con tan solo un pequeño concepto que me ha fascinado.
Que pendiente tengo esta antología. También es verdad, que casi no he leído ninguna de Algernon por que voy leyendo cuentos sueltos. Pero este año casi no he tenido tiempo y creo que no he leído casi ninguno, así que a ver si me pongo de una vez con la antología. Si es que... shame on me!
ResponderEliminarUn beso!
Nosotros y las antologías, las antologías y nosotros XD Espero que la disfrutes. Creo que el relato Botanica Veneris: Trece recortados de Ida, condesa de Rathangan te va encantar, igual que el de La chica picadillo :)
EliminarMuchísimas gracias por la extensa y completísima reseña, que además al ser la primera que ha aparecido de esta sexta antología todavía me hace mucha más ilusión. Seguro que tras leerla habrá alguna persona más que se anime a pasar por Cuentos para Algernon a leer alguno de los relatos que comentas, que de eso se trata.
ResponderEliminarEspero que las siguientes entregas las disfrutes tanto o más que esta.
¡Eso seguro! Espero conseguir que más gente se anime a leerla, a participar en las encuestas, y a seguir haciendo esto que nos das por amor al arte :)
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