En la literatura moderna, o más
bien en la posmoderna, la frontera realidad-ficción y el pacto de lectura con esta
se han visto quebrantadas en más de una ocasión. Desde el Quijote de Cervantes
hasta Deadpool, por poner ejemplos que son extremos entre si. Estos artefactos, más allá
de la novela, plantean al lector una autoconsciencia y fabulación perpetua de
que esta ante una obra de ficción. Existen relaciones sutiles, mensajes ocultos
pero iluminados por un foco de mil lúmenes para ser vistos, donde los hilos tiran unos de
otros para dar sentido a todo el texto. Historias creadas desde la libertad total y el caos creativo. Historias que dicen al lector mucho más de lo
que puede ver y leer a simple vista.
La maquina de los deseos,
la último de Sofía Rhei, recoge ocho cuentos exprimen esta función a su
máxima potencia. Abre la antología el más breve de todos, una carta de amor que
no llega a su destino titulada Su peso en humo. Le sigue la reencarnación de
una Angela Carter que protagoniza La máquina de los deseos, una
siniestra historia -heredera de sus mismas novelas- digna de Misery que
comienza con la invitación de un fiel admirador a un selecto club de lectura y
una máquina que concede deseos. A poco que conozcas algo
de Sofía Rhei, sabrás de su pasión por Terry Pratchett. Por supuesto, en este
universo metaficticio, no podía faltar su aparición. Tampoco, un homenaje a
todos esos creadores que nos dejaron huérfanos de su genio. Sin embargo, las
historias son las que les dan eternidad, como bien dice Sandwich de pepino
en pan sin corteza.
Las nota de devoción hacia
el lenguaje y la experimentación formal la ponen especialmente dos relatos. ¿Te imaginas que
las historias pueden dar placer físico a las mentes? Con una vuelta de tuerca fantástica, El
crujido de la cereza al romperse imagina una realidad donde la literatura
se ha convertido en un artefacto auditivo y las historias, en una especie de droga para las mentes. Una niña ha encontrado una cinta en un
tranvía y cuando la escuche, su mente entrará en un sueño profundo. Sin embargo,
si como el que se esconde tras la pantalla crees que el lenguaje cada vez esta
más reducido, que los símbolos, memes, stickers y emojis nos ganan terreno, Techt
será uno de los cuentos que más disfrutes. Aquí el lenguaje largo ha sido casi
erradicado, salvo para algunas personas como Lundwig, que conservan una bella
biblioteca de papel.
Las historias dentro de historias
son otra arma poderosa de la metaficción, y como bien sabéis los que seguís el blog desde hace años, es una de mis favoritas. Para
muestra, un botón. El libro pequeñito, donde una muñeca autómata que
escribe historias dentro de su cabina en una tienda es rescatada por una niña, os pondrá los pelos de punta como el
episodio más perturbador que puedas recordar de la Dimensión desconocida cuando descubráis su maquiavélico giro argumental. Sin
embargo, gana por goleada en este aspecto de ficción dentro de ficción Las puertas secretas de Barcelona:
¿os imagináis un cuento protagonizado por el verdadero Joan Perucho colando
falsas biografías en una enciclopedia mundial que se realiza en el futuro de la
multicultural Barcelona?
Cierro esta entrada, al igual que cierra La máquina de los deseos, con ¡No puedes cargarte a Frownyflute!, mi relato favorito. No tengo pruebas, pero tampoco dudas. La creadora de una serie de novelas esta decidida a cargarse uno de los personajes de su historia. Sin embargo, las consecuencias serán devastadoras, aunque más para la empresa que tiene sus derechos que para la historia en sí misma. Un comentario genuino de Sofía Rhei sobre el control creativo de las grandes franquicias, sobre la capitalización del arte y a la vez, sobre la mega industria de la literatura, pero llevada al extremo creativo e imaginativo.
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