Vivimos en un mundo extraño, no
me cabe la menor duda. Es más, si te paras a pensar en tu día a día,
probablemente muchas de las acciones que realizas si le das más de dos vueltas te parecen absurdas o no las sabes explicar. Por supuesto, no sería el
caso del señor Königsberg, un hombre cuyas rutinas son férreas y permanecen
inmutables. De verdad, el hombre es tan solitario y hermético, que ya puede
venir una invasión alienígena o invadir el planeta unos seres (vagina) aterradores, que él será capaz de adaptar su rutina y seguir fielmente con sus labores. Por qué
el trabajo es lo más importante. Quizás por eso, el señor Königsberg sea capaz
de sobrevivir a todo lo que se le ponga por delante y nosotros, igual no tanto.
Rompiendo expectativas
Una de las mayores virtudes que destacan de La capacidad de amar del señor Königsberg es como es capaz
de romper tus expectativas una y otra vez. Bueno, no solo romperlas, si no que
las vuela por los aires y te las destroza continuamente. Juan Jacinto Muñoz-Rengel pasa de un
peculiar realismo, en el que conocemos la extraña vida y rutina del señor
Könisberg, a una novela de alienígenas en un suspiro, pasando por un apocalipsis, una
road movie y hasta una utopía feminista. Esta sensación de extrañeza nos
acompaña durante toda la lectura, rompiendo las reglas del juego cada vez que
las tenemos más o menos claras y estables. Es ese tipo de comedia extraña, repleta de
giros y momentos incomprensibles que vuelcan la trama y no me paraban de
recordar a mi visionado de The Life Aquatic with Steve Zissou.
El imperturbable señor
Königsberg
El alma mater de la
historia, el señor Königsberg que conocemos en tercera persona, es un
protagonista solitario, de carácter difícil y hermético con el resto. Pocas
cosas lo consiguen importunar, excepto que no pueda seguir el orden de las
cosas que el establece consigo mismo. Sin embargo, es capaz de adaptar su
peculiar rutina a todos los cambios. Es testarudo y perseverante, pero eso
consigue hacerle sobrevivir. Es un personaje que intentas descifrar
continuamente, que no siempre comprendes y que va a lo suyo, pero al que
realmente terminas cogiendo cariño pese a su complicada personalidad. Es como
el peculiar Sherlock de Benedict Cumberbatch, que tiene sus manías y no
se hace mucho de querer, pero al que muestras cierta simpatía y hasta pillas
cariño.
Un cóctel de todo
Ciencia ficción, apocalipsis varios, aventuras pulp y utopías feministas. Lo que te vas a encontrar en las apenas 200 páginas de La capacidad de amar del señor Königsberg es un cóctel de muchas cosas que juegan a descolocarnos continuamente a través de un personaje de lo más extraño. La novela se transforma de forma constante, intentando ser un espejo sobre el que ver, como decía al principio, alguno de los absurdos de una gran cantidad de acciones que realizamos cada día y fingimos entender. Quizá no todo funcione bien en la novela, como el capítulo del flashback, pero es interesante como podemos leer la novela de Juan Jacinto Muñoz-Rengel en clave de la Historia (si, en mayúscula), donde las sociedades han tenido que cambiar o colapsar por que no saben aprovechar sus recursos.
Esta es de las que no sé si disfrutaría o acabaría un poco cansada... Me lo pensaré ;-)
ResponderEliminarUn beso y gracias por la entrada :-)
Lo bueno, y lo que creo que es su virtud, es que nunca llega a cansar. Cuando parece que va a llegar a un callejón sin salida, te da un vuelco que te cambia todo de nuevo. Espero que lo disfrutes si lo lees :)
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