Si algún efecto tienen en mis lecturas las crisis lectoras es que me lanzo de cabeza a devorar cómics. Es como un remedio natural. Un bálsamo que calma mi ansia por no concentrarme en una novela y poder gozar igual de maravillosas historias. Un método de encauzar dicha crisis, afrontarla y sacar algo de provecho. En esta ocasión vengo hablaros de 6 cómics, entre los que se incluyen un par de mangas y tres de origen americano. Let´s go!
Pamela Ribon | Veronica Fish
(Trad. de Liza Pluijter)
Fandogamia
TPB | 112 páginas | 10€
4,25 / 5
Si hay un cómic entre las últimas publicaciones de nuestro mercado que llama la atención por su portada es SLAM!. La guionista y jugadora de Roller Derby Pamela Ribon se une a la artista Veronica Fish (Archie) para traernos la historia de amistad entre Jennifer y Maise, dos chicas que acaban de descubrir el Roller Derby. Durante los cuatro números de este volumen veremos como ambas se apuntan a las pruebas, son escogidas por diferentes equipos para competir y como forjan una amistad que solo las jugadoras de este rápido y duro deporte tienen. De fondo descubriremos todo un deporte de nicho en Estados Unidos. Un mundo lleno de moratones donde no importa el físico, donde el deporte une a personas. SLAM! es una especie de spokon que equilibra a la perfección su parte deportiva y una trama de amistad entre dos chicas que se distancian con el tiempo.
Un planteamiento sencillo y
directo nos transporta al mundo de un deporte de contacto que se hizo popular
en los años 20 y 30 del siglo XX, pero que renació en los años 2000 y pervive
hoy en día. Basta una simple búsqueda en YouTube para ver algún partido
transmitido por la ESPN y gozar de la dureza adrenalínica de un deporte que me
ha fascinado. El único fallo que le veo a SLAM! es que Ribon no nos da tiempo
suficiente en estos cuatro números para que la relación entre Jennifer y Maise
se sienta tan fuerte y sólida. Solo nos permite acceder a algunos fragmentos,
algunos momentos que no hacen que las conozcamos tanto y se sientan
desarrolladas. Su historia de amistad pierde por tanto algún que otro entero en
la conclusión final, sin ello desmerecer el resto del sensacional tebeo.
Como decía al comienzo, si algo
llama la atención de SLAM!, aparte del
escenario en el que se enmarca, es el apartado artístico. Y es que Veronica Fish
realiza un trabajo fantástico. El diseño de personajes es tan único como
perfecto. Desenfadado, aprovechando las virtudes de la atmósfera alternativa
del deporte. Así como las composiciónes de página, que hacen sentir la velocidad del
deporte. Añadimos a todo esto el virtuoso color de Brittany Peer con una gama
llamativa y tenemos un cóctel visual que atrapa. Un cómic ligero y ágil, que
engancha y te da ganas de calzarte los patines para practicar este deporte.
Ojalá Fandogamia se anime a traernos SLAM!:The next Jam, la secuela que ya tiene sus cuatro números publicados en
tierras americanas.
Tsugumi Ohba y Takeshi Obata
(Trad. de Marc Bernabé)
Norma editorial
Tankôbon | 192 páginas | 8€
4 / 5
Todos los aficionados al mundo del manganime sabemos quiénes son Takeshi Obata y Tsugumi Ohba. Los padres de un emblema como Death Note (2003) y Bakuman (2008) están de vuelta con una nueva serie. Publicada en esta ocasión en la Jump SQ y con un total de 7 volúmenes recopilatorios ya publicados en Japón, se trata de Platinum End, una serie de acción con tintes fantásticos y alma de thriller. Toda una marca de la casa. La obra parte de una premisa bastante típica: Mirai, un joven apesadumbrado por una terrible adolescencia, decide suicidarse. En pleno salto aparece un ángel que lo rescata. Con la promesa de hacer su vida más feliz de ahora en adelante, le otorga alas para moverse a donde guste y unas flechas con las que podrá enamorar durante 33 días a cualquier persona. Lo que Mirai no sabe es que se ha metido en una competición entre los 13 ángeles guardianes para elegir quién será el próximo Dios del planeta.
Obligados a buscarse y luchar
entre sí, el primer tomo se va desarrollando como un juego de estrategias en el
que vamos conociendo poco a poco las normas que rigen esta competición a muerte
de Ohba y Obata. Misterio y acción a medio camino entre el shônen y el seinen
proporcionan una trama llena de engaños e ingenio, repleta de giros de guion y cliffhangers, recayendo en temáticas
éticas sobre el poder. Vamos, todo el sello de identidad de el dúo. Sin
embargo, algo no llega a la perfección de Death
Note. El problema reside en los personajes. Estos no poseen ese carisma
especial, y no llegan a empatizar con el espectador tanto como Ryuk, L o Light.
También estamos hablando de un primer tomo, y el juego que plantea Platinum End se vuelve de lo más
interesante tras las frenéticas escenas finales y su segunda entrega.
Poco puedo decir respecto al arte
de Takeshi Obata. Sin variar su estilo, de trazo limpio y efectista. El diseño,
también muy reconocible. Caras mas redondeadas, ojos pequeños y pelo enmarañado.
Me ha encantando su diseño de los ángeles, con todo detalle y plumaje, utilizando tramas difuminadas que
otorgan ese halo mágico. Al contrario que Death
Note, la serie apuesta por la luz y acierta de pleno para trasladar esa
aura mágica de los ángeles. Narrativamente, tres cuartos de lo mismo. Obata es
un genio, jugando como quiere con las viñetas y otorgando sus particulares
formas irregulares. Cabe destacar la buena labor de edición y mimo que ha
puesto Norma Editorial, respetando el stamping
geométrico y brillante de la sobrecubierta que, en mi caso, lo hizo comprarlo a
primera vista. Ya sabéis, todo lo que brilla el cuervo lo pilla.
Zub | Cummings | Rauch |
Bonvillain | Dillon
Ediciones Dimensionales
TPB | 136 páginas | 17,95€
3,75 / 5
Sumar la cultura japonesa con una historia de magia y fantasía siempre hace que mis ojos echen chiribitas, pero a la vez tengan miedo. A menudo se tiende a occidentalizar la cultura oriental y adaptarla como mejor nos parece. La sombra de Dragonball evolution es demasiado oscura y tenebrosa. Sin embargo, el saber que uno de los autores del cómic vivía en el mismo país, aumento mis esperanzas. Las confirmo tras terminar la lectura. Wayward, con 27 números ya publicados en tierras americanas (y para seguir), es una fantasía urbana ideada por Jim Zub y Steve Cummings que se ambienta en el folclore japonés. La edición de Ediciones Dimensionales es magnífica, incluyendo un interesante prologo de Zack Davidsson sobre el Orientalismo, así como una galería final de fichas sobre las criaturas fantásticas y sus orígenes que aparecen en la historia.
Este primer tomo nos lleva justo
al momento en el que Rori Lane, hija de padre irlandés y madre japonesa, llega
a Japón por primera vez. Rori decide ir a vivir con su madre divorciada.
Llegará al barrio de Toshima en Tokio, donde por supuesto todo será extraño y
diferente a lo que ella esta acostumbrada. Las cosas se pondrán aún peor cuando
descubra unas extrañas habilidades que posee para detectar patrones. Así encontrará
a otras personas con habilidades sobrenaturales como ella, y se verá envuelta
en una conspiración de yokais. Con
cierto aire formulista, este primer tomo se confecciona como la típica historia
de iniciación del héroe donde descubre sus poderes y forma un grupo. Pese a lo
forzado a veces, tenemos alguna sorpresa por el medio interesante. Cada
personaje del grupo parece tener su particular historia que contar, y la trama
se ha quedado en el punto más interesante con la potencial promesa de ofrecer
algo más.
Si algo maravilla de Wayward es el dibujo de Cummings. El
artista huye de la mística japonesa cliché y nos traslada a un Tokio real,
apegada a lo mundano y realista. Los planos generales son maravillosos,
pudiendo palpar las calles de Japón. Se nota claramente la influencia de
Cummings por vivir allí, pudiendo dar un fiel reflejo del estilo de vida y
académico, como del sentimiento de sentirse extranjero en un país nuevo. Wayward desarrolla un arte que al
principio se ve como algo más rígido, pero que conforme pasan los dos primeros
números se torna espectacular, con algunas splash
page llenas de color y detalle. Esperando la segunda entrega que
Ediciones Dimensionales publica en Julio con bastante interés.
Invencible Ultimate Edition #4
Kirkman | Ottley | Cabtree (Trad.de Daza Estudio)
Aleta Ediciones
Tapa dura | 312 páginas | 34,95€
4 / 5
Kirkman | Ottley | Cabtree (Trad.de Daza Estudio)
Aleta Ediciones
Tapa dura | 312 páginas | 34,95€
4 / 5
No suelo leer superhéroes. Salvo alguna serie limitada (La Visión) o cómic en particular de un personaje que me llame la atención (El regreso del caballero oscuro), no soy muy dado a este tipo de lectura comiquera. Pero con Invencible, no puedo parar de leer. No sé si es el mejor cómic de superhéroes como le rezan muchos críticos, pero para mi es algo diferente dentro de los universos conocidos de superhéroes. Este cuarto integral recopila desde el numero #36 hasta el número #47 de la serie regular. Un tomo más comedido que los anteriores, donde Kirkman se toma su tiempo para profundizar en Mark y todos los cambios que esta sufriendo en su vida. Invencible comienza a ser el arma definitiva contra todas las amenazas de la Tierra, y eso solo ejerce presión sobre el propio Mark.
Poco a poco durante estos números
vemos como una losa empieza a pesar sobre él. Su relación personal se resiente,
su curso universitario esta al borde del suspenso, algunos dilemas morales, y
algunas amenazas contra la seguridad de la Tierra presionan toda su vida. Y
eso, pasa factura. Robert Kirkman (The Walking Dead) realiza unos números de mayor introspección con el personaje,
poniendo las bases para un nuevo arco en la historia. Se trata de números donde
los distintos sucesos se van intercalando entre sí, dejando algunas líneas
argumentales abiertas de cara al futuro de la serie. Desde cadáveres reanimados
con super fuerza hasta invasiones extraterrestres. De forma impredecible, el
guionista juega con nosotros a través de continuos cliffhangers y alguna que otra muerte inesperada.
Poco tengo que añadir respecto al
dibujo de los anteriores tomos. Se nota que Ottley y Cabtree son un buen tándem
que tras un montón de números a sus espaldas esta más que acostumbrado a
trabajar juntos. Splash pages
impresionantes, escenas de acción inverosímiles, color potente en cada viñeta.
La verdad, es un gustazo leer un cómic tan interesante y a la vez tan bien
narrado. Y aunque el guión tiene gran parte de la culpa, la forma de
estructurar las viñetas e historias comparte el mismo peso. La historia sigue
con su ritmo de las entregas anteriores, casi impidiendo dejar el tomo hasta
terminar. Y también, pidiendo a gritos saber más sobre Invencible.
J. Hill | J. Ciaramella |
N. Daniel (Trad. de Ignacio Bentz)
Planeta Cómic
Tapa dura | 112 páginas | 11,95€
3,25 / 5
Hace unos cuantos meses me dejaba embriagar por La Capa, un cómic de Joe Hill y Jason Ciaramella basado en un relato del primero. Era una historia cruel, dura e inesperada que me enamoro y se convirtió en una de mis favoritas. Pero quedaba un misterio por resolver: ¿Cómo llego Eric a conseguir su capa? Pues bien, llego el momento. El guionista Jason Ciaramella, con Joe Hill ejerciendo de consultor, ha elaborado La Capa 1969. Se trata de una miniserie de 4 números donde recoge el guante del relato original y nos pone en la piel del Capitan Gordon Chase, responsable indirecto del objeto que llevaría a la perdición a su hijo. Viajamos a 1969, en plena guerra de Vietnam, para ver que le ocurrió al padre de Nick y Eric. La historia abandona el tono superhéroico para lanzarse de pleno a una historia militar con tintes sobrenaturales.
A modo de carta narrada, el
guionista escribe una historia cruel donde muestra la peor cara del ser humano
cuando se le dota de poder. Como nos transforma y lentamente nos acaba
consumiendo. Es una historia corta, que avanza a ritmo vivo y trompicones, pero
que carece de la fuerza de su predecesora, salvo por conocer el origen de la
curiosa capa de Eric. Lo que si hace el cómic en cuestión, aunque el dibujante
sea Nelson Daniel en esta ocasión y no Zach Howard, es respetar por completo el
estilo stippling y punteado de La Capa.
El artista consigue trasladar con rojos y amarillos ese ambiente hostil
de guerra, lleno de odio y venganza por doquier. Las viñetas no escatiman
ningún momento de violencia y destrucción. Un cómic directo para los curiosos lectores de La Capa.
Segunda y penúltima entrega de Kuro, un manga bastante peculiar. Al igual que el volumen anterior, viene dividido en dos partes. La primera trata de la historia principal, tres capítulos completos que vienen a todo color y avanzan en el presente. Y, en segundo lugar, cuatro historias cortas, en el tradicional blanco y negro del manga que recorren flashbacks u otras historias. La historia principal ha empezado a ponerse turbia: Coco se niega a ver la realidad sobre Kuro, sus padres y el monstruoso mundo donde vive. El resto de gente que si ve las maldades que tiene alrededor no para de advertirla, tanto sobre lo que le rodea como del propio Kuro, el cual lejos del bello felino que ella ve es un ser agresivo y monstruoso. Las historias cortas no paran de generar más preguntas que respuestas, pero sirven para darnos antecedentes y ponernos en situación. La idea de Somato de combinar ambas son una gran forma de complementar la historia.
No tengo la más remota idea de
como Somato va a conseguir hilar todo y concluir la historia en el tomo final.
El último capítulo de la historia principal deja al curioso lector con un curioso cliffhanger de tres pares de narices.
Dos cosas me siguen encantando de este manga: la macabra inocencia y el
arte. El primero, personificado por Coco y respaldado en gran parte por lo segundo. El arte.
El dibujo de Somato, estilizado a la europea, con colores vivos y formas
acuarelables. Con viñetas grandes y caras expresivas que transmiten tanto el
tono naif como aterrador por momentos. Es una mezcla extraña, pero funciona. A la vez que rodea todo de unos paisajes tétricos. Menos mal que la última parte sale este mismo mes.
Y vosotros, ¿qué cómics o mangas me recomendáis este mes?
La imagen del último cómic me ha recordado mucho a Nicky, aprendiz de bruja (entre la niña, el vestido, el lazo y el gato... vamos, que me lo nieguen xD). Pero en general me ha llamado mucho la atención todo lo que has comentado al respecto. Lo voy a tener en cuenta porque parece interesante.
ResponderEliminarDebo decir que desconozco cada obra que has comentado, pero está bien poder acercarse a otras cosas de esta manera. Wayward y Slam me han llamado también la atención, sobre todo el segundo por el tipo de dibujo y color que tiene, además de lo que has comentado.
Gracias por darlas a conocer.
Un beso.
El rollito de Nicky lo tiene, pero mucho más oscuro. Espero que te gusten las que te han llamado la atención :)
EliminarYo también disfruto de las novelas gráficas: no leo tantas como me gustaría pero me encantan. Creo que haré lo mismo que tú: si parezco adentrarme en un bloquo, me abalanzaré a alguna. ¡Gracias por las recomendaciones tan variadas e intrigantes!
ResponderEliminar¡Besos, nos leemos!
A mi me funciona. En plan por que las devoro más rápido y no necesito tanta concentración (al menos en algunas):)
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con lo que dices de la secuela-precuela de La capa.
Estoy enganchada a todo lo que publica Hill en cómic.
¡Un saludo!
Es un crack, aunque aquí solo fue consultor :)
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