Lo mejor de lo mejor: 2020 Pandemic Edition

Hola, 2021. Ya estás aquí, pero antes de ponernos las botas contigo, me gustaría dar un repaso a mi año lector. Dice Goodreads que he leído 29.230 páginas, mi absoluto récord anual. En realidad, hay alguna más que contar, entre relatos que no marco y alguna otra cosa que no puedo contar, pero récord total. Parecía mentira con la crisis lectora de las primeras semanas confinados… 132 títulos, más o menos. Mucho cómic, también. Pero también novelas y alguna que otra novela corta. También relatos. Muchos relatos. Fue prácticamente, junto al cómic, la salvación a mi concentración. En conclusión, que estoy contento con mi año lector. Y ahora, vamos con lo mejor de lo mejor. O al menos, lo que más he disfrutado.

Novela

Utopia Avenue, de David Mitchell (2020, Sceptre): si alguien dudaba que Utopia Avenue iba a ser mi lectura favorita de este 2020, estaba muy equivocado. Y es que cinco años después, mi autor favorito volvió para darnos una novela, y por primera vez lo he leído en su idioma original. Trata sobre el nacimiento y caída de una banda ficticia con el mismo nombre a finales de los sesenta, en un Londres que se posicionaba como burbuja creativa que nos lleva de viaje por conciertos desde los bajos del Soho hasta festivales en los bosques de San Francisco, e incluso un periplo por la bella Italia. Por el camino, Mitchell entreteje, más que nunca, un montón de hilos e interconexiones con el resto de su corpus narrativo que sorprenderá a más de uno de sus lectores.

Se vende mi alma (por no poder atender), de Sergio S. Morán (2020, Autopublicado): Al igual que las películas de Los Vengadores, la tercera entrega de la detective Parabellum gana enjundia y profundidad si el lector ha leído anteriores novelas. En esta tercera entrega Parabellum nos lleva de nuevo en ruta por España, pero a pesar de tener todos los mimbres habituales en las dos novelas anteriores de Parabellum, Sergio ha subido el listón a nivel psicológico y gana muchos enteros al poder comprender por qué Verónica se encuentra en dicha posición nada más empezar la novela y cómo evoluciona conforme pasan las páginas.

Casa de Hojas, de Mark Z. Danielewski (2020, Alpha Decay/Pálido Fuego): Si me habéis seguido por redes estas ultimas semanas, sabréis hasta que nivel he disfrutado esta experiencia lectora. Por qué sí, leer Casa de Hojas es más una experiencia que otra cosa. Su peculiar maquetación, su forma de plantear la historia, de llevarte y manejarte a su antojo y sin que te des cuenta. Casa de hojas es un artefacto multisecuencial que desatoumatiza la lectura, provoca sensaciones y sobre todo, se convierte en algo inolvidable. Próximamente, un artículo-reseña largo (pero largo, largo) en el blog.

Novela Corta

Ojalá tú nunca, de Javier Miró (2020, Insólita): Una de las consecuencias pandémicas fue el retraso en la publicación de muchas novelas. Algunas, como esta, se postergaron durante meses y ni siquiera -por desgracia- vieron la luz en papel. Por suerte, el digital salvo un poco su salida. Y que suerte. Ojalá tú nunca es un libro complicado del que hablar, sobre todo, por su estructura, que permite leerse en ambas direcciones sin alterar el resultado, aunque si cambiando la eficiencia y eficacia de sus revelaciones. Una ucronía que combina el thriller con elementos fantásticos de lo más recomendable.

Ahí abajo, entre raíces y huesos, de Seanan McGuire (2018, Runas): Con el reciente anuncio de Runas que que iban a continuar la publicación de la serie Wayward Children de Seanan McGuire fui a mi pila y saqué la segunda entrega, que aún tenia pendiente de leer. Que maravilla. Esta segunda entrega, un flashback autoconclusivo de apenas 200 páginas que narra la historia de las gemelas Jack y Jill que aparecieron en la primera entrega. Arrolladora por su estilo elaborado, lírico y evocador que convierte la narración en puro cuento clásico; juguetona con los clichés y elementos clásicos del cuento de terror; y conquistadora de nuestras patatuelas con un dúo protagonista que se descubren a sí mismas en un paraje tan inhóspito como los Paramos.

Las Mocedades de Rodrigo, de Almijara Barbero Carvajal (2019, Cerbero): si alguna vez me dicen que voy a leer una reconstrucción histórica de los hechos, pero guiadas por el espíritu de la carcajada, sobre el Cid, no me lo creo. Pero ha sido en 2020. Las mocedades de Rodrigo mueve los alfileres, coloca los personajes a su gusto, añade etiquetas queer, pone un toque fantasioso, y reelabora tanto los personajes que aparecen en la obra como sus actitudes. No es apta para todos los paladares, pero si entras, te espera un rato muy divertido.

Cuento

El mago de la corte, de Sarah Pinsker (Las escritoras de Urras): Si hubo un relato este año que sabía de antemano que me iba a gustar sin haberlo leído, era El mago de la corte. Y es que ese título ya despertaba algo en mi… que no se a ciencia cierta describir. Nos cuenta la historia de un niño de la calle al que le interesa la magia, pero que no sabe, para su desgracia, el alto coste que este conlleva. Es una historia que nos hace ser consciente del coste de nuestras ambiciones y nos deja pensando en si merece la pena el esfuerzo. Imprescindible.

Como los últimos de mi vida, de S. L. Huang (Matreon): Una de las grandes iniciativas surgidas este 2020 ha sido sin duda el Matreon de Crononauta. Recibir cada mes un par de relatos, entre algunos traducidos y otros de autoras nacionales, es una bendición. Y uno de los que más disfrute fue Como los últimos de mi vida, galardonado con el premio Hugo, que relata una historia inspirada en los trágicos sucesos de Hiroshima y Nagasaki con un artículo de Roger Fisher y plantea un debate moral de lo más interesante ¿vale una vida más que la de miles de personas?

La señora astronauta de Marte, de Mary Robinette Cowal (A la deriva del mar de las lluvias): la historia más tierna y emotiva que he leído este año ha sido la de la astronauta Elma York, una veterana astronauta, espera su última oportunidad para viajar al espacio mientras convive día a día con la enfermedad terminal de su marido, un ingeniero espacial. Imprescindible.

Cómic / manga

Beastars, de Paru Itagaki (Milky Way Ediciones): De los cinco volúmenes publicados a lo largo de este extraño año, y aunque todos tienen un nivel excepcional, hay sobre todo dos que me causaron alto impacto. Y es que el volumen 11 marco un antes y después en la serie, llegando al clímax total del primer arco y dando un giro de 180 grados a la relación y situación de algunos de sus personajes. Pero el culebrón furro no se detiene nunca, y en el volumen 14 Paru volvió a volver loca nuestras cabecitas, en un volumen que contaba con la vuelta estelar de Haru y dos momentazos de alto impacto. Quedan ocho.

Historia del Universo Marvel, de Mark Waid y Javier Rodríguez (Panini cómic): Admito de antemano que no soy un lector Marvel ni de grapas, pero no me pude resistir a este pedazo miniserie. Mark Waid se propuso unificar toda la línea cronológica de Marvel, y para ello, a modo de cuentacuentos el imponente Galactus le narra a Franklin Richards desde el final del tiempo el increíble viaje cronológico por la actual realidad del universo Marvel. Nada más y nada menos, que la titánica labor de repasar toda la historia marvelita de forma espectacular gracias al dibujo de Javier Rodríguez. Masterpiece!

Mirror, de Emma Ríos y Hwei Lim (Astiberri): Si alguien me dice a principios de año que iba a entrevistar a Emma Ríos en plena Hispacon, pues no me lo hubiera creído. Sin embargo, así sucedió. Y para ello, me puse a la tarea pendiente con la autora y descubrí un fascinante comic como fue Mirror. Diez números, divididos en dos arcos argumentales, que componen toda una fabula ecologista que utiliza una estructura fragmentada y episódica para retar al lector haciendo que él mismo busque la respuesta. Fascinante.

Y ahora... ¡a por 2021!

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