Sergio Morán
Autopublicado
Parabellum is back. Bueno, más o menos. Ha pasado un año desde su enfrentamiento con El Negociante y las consecuencias siguen haciendo mella en Verónica Guerra. Si, por que ahora mismo, es más Verónica que nuestra malhablada Parabellum. La detective ha dado un paso atrás y vive resguardada en continuos ataques de ansiedad que la paralizan por completo. Y aquí llega, un nuevo caso. Una que la lleva al centro de sus mayores obsesiones. Un encargo de la propia Medusa, que la llevará a tratar con demonios, el hombre del saco, trasgos desmemoriados, ex novios, alcaldes corruptos y muchas otras pesadillas.
Al igual que las películas de Los
Vengadores, la tercera entrega de la detective Parabellum gana enjundia y
profundidad si el lector ha leído las dos anteriores novelas. No es
absolutamente imprescindible, ya que Morán planta las suficientes semillas para que
todo encaje a la perfección, pero si es altamente recomendable. Conocer a los personajes y
vivencias de Verónica acontecidos tanto en El dios asesinado en el servicio de caballeros como en Los muertos no pagan IVA cobran más importancia
que nunca, tanto a nivel de trama como de implicación emocional por parte del
lector.
Una de fantasía urbana con mucho folklore
Vale, esto no creo que le pille
de nuevas a ningún lector de Parabellum. Sin embargo, me niego a no comentarlo
una vez más. Partamos de que la fantasía urbana siempre me resulta atractiva.
Sucesos sobrenaturales en plena urbe, donde enfrentamos a demonios, vampiros,
hombres lobo y cualquier criatura que se precie. En esta tercera entrega Parabellum nos lleva de nuevo en ruta por España, esta
vez pasando por Huesca y volviendo a su base de Barcelona, en un tour mitológico y
sobrenatural de criaturas y seres que deja pasmado a cualquiera. Ogros, demonios,
trasgos, dioses, la chica de la curva, el hombre del saco… la lista es larga, creedme.
Y todos ellos con su punto de gracia.
Tienen sus características más conocidas, faltaría más, pero Morán siempre les
encuentra un punto, entre la gracia y la genialidad, que da una vuelta de
tuerca a lo que creíamos conocer sobre esos seres sobrenaturales. Un chispazo
de vida que hace de Parabellum una de las series de fantasía urbana que más
disfruto leyendo. Acción a raudales, toques de humor, genialidad folclórica y
entretenimiento sobrenatural de primera categoría que se suma al carisma propio de Verónica Guerra alias Parabellum.
Varios hilos cohesionados
Viene siendo una constante en las
novelas de Parabellum desde el principio, pero no deja de ser destacable (de nuevo) la perspicaz habilidad de
Morán para hilar tramas y subtramas. Todas y cada una de ellas empiezan
separadas en el mapa narrativo y se terminan cohesionando con mucho sentido.
Confluyen, al final, como un todo. Un caso por encargo de Medusa, las visitas a su
psicóloga yogi, un pequeño favor al clurichaun Killian, las conversaciones con
su madre por teléfono y, sobre todo, su amistad con la médium Lola de María.
Todas tocan, afectan y guían a Verónica en Se vende mi alma (Por no poder atender) hasta un final no apto para cardíacos.
La ansiedad como catarsis
A pesar de tener todos
los mimbres habituales en las dos novelas anteriores de Parabellum, Sergio ha
subido el listón en Se vende mi alma (Por no poder atender) a nivel
psicológico. Si en Los muertos no pagan IVA ya se notaba esta tendencia, la
tercera entrega lo viene a confirmar al 100%. Esto no es una saga de novelas
donde los sucesos entre unas y otras no tengan la menor importancia. Lo siento,
pero no, pese a que se puedan leer de forma independiente. Se vende mi alma
(por no poder atender) gana muchos enteros al poder comprender por que Verónica se
encuentra en dicha posición nada más empezar la novela y como evoluciona conforme pasan las páginas. Es como las películas evento de Los Vengadores: las disfrutas más si has visto las películas independientes de cada personaje.
Los continuos ataques de ansiedad
de Verónica son una respuesta emocional a sucesos del pasado. Así como las
relaciones que tiene con otros personajes. O algunas decisiones que realiza la
propia Vero, que la llevan a cuestionar su propia realidad cual Elliot en Mr. Robot. Esta es la entrega menos independiente de las tres, me temo. También, por suerte para todos, la
más redonda de ellas si eres fan del personaje. Verónica sufre una especie de
catarsis que la pondrá entre la espada y la pared. Un momento vital. Una decisión con la que
deberá cargar el resto de su vida. Una decisión que cierra una etapa y abre una
nueva en su vida.
Por si no se había notado hasta ahora, esta es la
entrega que más he disfrutado de Parabellum. Si la primera era entretenida y la segunda
ganaba enteros, la tercera me parece un broche de oro para esta etapa. Todo ha cobrado fuerza,
sentido y presenta un nuevo escenario para el futuro del personaje. ¿Ganas de
más Parabellum? Por supuesto.
Enlaces de interés
Uy, es que me han entrado tantas ganas de leerlo (sobre todo por lo del folklore), que no sé si te haré caso y pasaré directamente a su lectura sin los anteriores... A ver si me contengo XD
ResponderEliminarBesos.
Lo que ya te dije, a empezar por el primero que tiene tanto folklore o más :)
EliminarSi es que me lo vendes muy bien. A la lista que va, esa que no para de engordar *o*
ResponderEliminar¡Un saludo!
Espero que lo disfrutes tanto como yo :)
EliminarDuda, ¿este libro está mejor corregido que 'Los muertos no pagan IVA'? :(
ResponderEliminarLa versión de prensa digital que he podido leer apenas tenía erratas :)
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