Mirror nació como una
historia destinada a formar parte de 8House, una colección de historias
formada por varias miniseries de temática fantástica y ciencia ficción, que
planteaba arcos autoconclusivos retroalimentados entre sí. Sin embargo,
la idea original de Emma Ríos y Hwei Lim llamo la atención de Image, proponiendo
su publicación como serie independiente. Nacen así estos 10 números de Mirror
que podemos leer actualmente, divididos en dos arcos argumentales titulados El reflejo de la montaña y El nido, que nos
transportan hasta la Sincronía, un sistema planetario repleto de magia, seres
divinos y alquimia.
Una premisa que esconde mucho
más
Mirror nos lleva
concretamente hasta Irzah, un misterioso asteroide donde intentan convivir
humanos, híbridos entre humanos y animales creados por ellos mismos, así como
unos seres místicos conocidos como Guardianes de la Naturaleza. Y es en este meollo por donde se mueve todo el primer arco argumental. Poco a poco Mirror va clarificando
las intenciones de cada personaje, dando luz sobre el origen de Irzah y enfocándose
en la complicada relación entre todos estos seres. Puede parecer una premisa
simple, pero esconde un mundo detrás. Cada personaje se deshace rápidamente de
su arquetipo y conduce al lector hacia una serie de preguntas que el mismo debe
pensar y responder. Cada misterio es resulto sin premura, pero con clarividencia, reafirmando Mirror como una obra que leer y releer.
La estructura como elemento
Algo que destaca y hace de Mirror
un cómic diferente es su particular estructura fragmentada y episódica.
Narrativamente, Emmay Hwei proponen un juego de saltos en el tiempo que van revelando
la historia poco a poco. Idas y venidas, tanto en el primer como en el segundo
tomo, que componen una historia coral de la vida y las complicaciones en el
asteroide Irzah, así como en el sistema planetario de la Sincronía. Cada número
de Mirror, enfocado hacia uno o dos personajes, reta al lector a leer y
reconstruir, a releer e interpretar, para terminar de cerrar todos los flecos de la
historia. Aunque para algunos pueda resultar confusa (y motivo de rechazo) dicha narrativa, para
otros como servidor, el reto es un plus mayúsculo de disfrute. Cabe añadir, que supone un extra muy útil
el apéndice editado al final de cada volumen (en la edición de Astiberri), que nos da una visual general del
mundo, con mapas y un dramatis personae explicativo, resultando de lo más apropiado
para ubicarnos al 100% en la trama y no perder ningún detalle.
Preguntas sin respuesta
El abanico temático que Emma y
Hwei tocan a lo largo de Mirror es complejo de abordar. La historia está
impregnada de pura humanidad y emoción. La búsqueda de identidad, de la propia
aceptación, la supervivencia o la lucha de la libertad. Los temas en
Mirror son muchos, pero ninguno obtiene una respuesta concreta.
Probablemente, porque no la hay. Mirror propone preguntas, nunca
aseverando respuestas ni situándose en un posicionamiento claro. Los personajes
están tanto llenos de vida como de circunstancias, y como tal, podemos ver los vértices
de sus conductas. El porqué de sus decisiones. Y así, somos nosotros los
lectores, los que nos planteamos las preguntas.
No hay antagonistas. No hay
buenos, ni malos en esta historia. Solo hay personajes. Personajes con sus principios e ideales
que deben tomar decisiones. Decisiones difíciles, en ocasiones. Es cosa tuya, lector, decidir
si están equivocados o no. Juzgar. Y es que la clave en Mirror es la búsqueda de
la propia identidad ¿Qué significa ser humano? Una pregunta que lleva haciéndose toda la humanidad durante milenios. Una pregunta que clásicos como La isla del Doctor Moreau, clara influencia en Mirror, ya se hizo en su momento. Una
pregunta que como curiosos humanos que somos, siempre nos estamos cuestionando.
Una reflexión sobre la que todos debemos pararnos a pensar.
El dibujo de Hwei Lim y Emma Ríos
Quizá el otro factor más importante a priori en un cómic es el dibujo. En Mirror lleva la batuta principalmente Hwei Lim, aunque en ocasiones se complementa con la propia Emma Ríos. Y es que ambas, amigas desde hace años como comento en la conversación que tuve con Emma en la Hispacon 2020, trabajan de forma muy orgánica. Se complementan en sus tareas, compartiendo ideas tanto al guion como al dibujo. Mirror posee una cualidad onírica e irreal, matizada por el sutil trazo de Hwei y complementado por la cuidada estructura narrativa de cada página. La planificación es total, la imaginación es desbordante y la maestría de la disposición de las viñetas es pura pericia, donde lo clásico abraza los experimental. El coloreado, con una base de acuarelas que le da ese toque de cuento, navega por colores pastel y tonos apagados en contraste con otros más brillantes e intensos. Es este dibujo, un arma de doble filo. Esquemático y difuso a primera vista, sutil y detallista en un segundo vistazo. Todo transmite vida. Todo tiene importancia. Todo fluye.
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