El pasado agosto se cumplía el 75 aniversario del ataque atómico que asoló Hiroshima y Nagasaki, un trágico momento histórico que marcó a toda una generación. Inspirada con el artículo de 1981 del profesor Roger Fisher, donde sugería implantar códigos de lanzamiento en una persona voluntaria, la escritora S. L. Huang escribe una desgarradora historia corta galardonada con el premio Hugo. Como los últimos de mi vida cuenta la historia de Nyma, una niña de diez años elegida para ser la única que tenga los códigos de acceso a los seres misiles. Para acceder a ellos, el presidente debe matarla, ya que dichos códigos residen implantados en una cápsula junto a su corazón. Una artimaña de la Orden, un mecanismo de defensa para que no sea tan fácil matar a miles de personas como pulsar un botón.
El relato discurre por un perpetuo dilema moral, acrecentado por la cercanía construida entre Nyma y el presidente Otto. Huang hace que no paremos de preguntarnos: ¿vale una vida más que la de miles de personas? Huang se encarga de hacernos ver -y pensar- que una masacre mundial no debería ser tan fácil, debería tener consecuencias y quizás solo así, esos conflictos inhumanos que solo terminan con personas que no tienen nada que ver con ello se detendrían. Una desgarradora y angustiosa historia, con momentos de pura belleza lírica y desolada compasión, cuya emoción es palpable desde los primeros párrafos.
Admito que las casas encantadas no es un tema que me vuelva particularmente loco, sin embargo, reconozco que Y aún así… (And yet, Uncanny Magazine, 2018), una historia de casas encantadas y realidades alternativas de lo más original sobre el crecimiento personal contada en segunda persona, me ha conquistado. El relato sigue la historia de una física teórica y su viaje, a través de una casa embrujada, para probar la existencia de universos paralelos. A. T. Greenblatt juega con la eterna cuestión de qué harías si tuvieras la oportunidad de cambiar tu pasado, plasmando sobre el papel un intrincado estudio sobre el trauma y el abuso infantil. Un relato con reminiscencias al género de elige tu propia aventura pero que deriva directo en una reflexión íntima sobre la pérdida y el crecimiento personal, hasta llegar a un final tan desgarrador como conmovedor.
La maravillosa y premiada Cristina Jurado nos devuelve al universo de la Madriguera (que ya conocimos en la antología Obscura con su fantástico relato Limítrofes) en una perversa y angustiosa historia donde vivimos un día en la piel del deprimido Lazlo. De ritmo frenético e imparable, la narración de ProZaico toma un rumbo desasosegante con cada frase, capturando de pleno la sensación de alguien al borde del suicidio. A través de una narración plagada verbos y sustantivos, Cristina es capaz de plasmar una enfermedad mental tan dura como la depresión, donde el borde del final puede asomar prácticamente a cada hora que transcurre de vida. Solo diré, Cristina, que queremos saber más de esta Madriguera.
¿Sabéis esas ocasiones en que ya
un título os dice que algo os va a gustar? Así empecé yo a escuchar El Mago de la Corte. Nominado en 2019 a los premios Nébula, Hugo, Locus y WFA, este
relato corto de Sarah Pinsker, publicado originalmente en la revista Lightspeed
Magazine (The Court Magician, 2018), nos cuenta la historia de un niño
de la calle al que le interesa la magia. Tanto le interesa, que a petición de
nuestro misterioso narrador, consigue que le enseñen trucos de prestidigitador.
Pero no basta para saciar a este curioso niño. Está harto de trucos, quiere magia de
verdad. Lo que no sabe, es que esa magia, esa palabra que lo contiene todo,
tienen un costo demasiado alto.
Pinsker teje una sutil historia sobre el coste: el pago por la servidumbre, sobre el sacrificio por los demás. Es una historia que nos hace ser consciente del coste de nuestras ambiciones y nos deja pensando en si merece la pena el esfuerzo. Un relato que deja la sensación de transitar por senderos conocidos, pese a que las descripciones físicas son casi inexistentes. Una historia con un narrador al que hay que prestar especial atención, como bien recalcan las podcasters Sofía Barker y Maielis González en su comentario posterior, por la importancia que cobra en el tercio final. Directo a mis favoritos de este 2020, aún más, con su relectura. Y si os gusta tanto como a mí, siempre podéis apoyar el Verkami en marcha para tener una 2ª temporadadel podcast aún más fantástica.
Asesino y ladrón, definen a la
perfección a Janiar Ynm. Ahora mismo, como casi siempre, necesita buscar un refugio. La
posada-errante, es la solución: brindan transporte y alojamiento a viajeros
desamparados como él. Sin embargo, en este viaje… no será el único infame que ronde la
posada. Laura Tejada te va enredando, tal araña tejedora, en esa confluencia -como su título indica-
de malhechores que esconden continuamente sus intenciones. Un divertido y
entretenido juego de puñales (que me ha recordado al relato Siete Cartas de Ferran Varela) por la espalda enfrascado en un mundo medieval (ya
que el relato pertenece a La otra Fantasía Medieval, 2019) con cierto halo de
magia donde solo el párrafo final de la historia, dictará un vencedor de la contienda.
Quién más o quién menos ha escuchado alguna vez hablar de Lucy Wenstera. La clásica novela de Stoker -si, Drácula-, y aún más sus adaptaciones a la pequeña o gran pantalla, siempre la han dejado de lado. Sin embargo, Gwendolyn Kiste (Las doncellas de óxido) tiene la genial idea de deconstruir y reconstruir la historia de la vida y muerte de Lucy Westenra en formato de diario en este relato publicado originalmente en Nightmare Magazine. La historia ganadora del Stoker da en el clavo con la voz narrativa: leemos a una Lucy introspectiva, cercana y volátil que nunca se ha podido ver en la novela original, donde quedaba relegada a las anotaciones del diario de nuestra querida Mina. Y es aún más potente como Gwendolyn le otorga poder, revive su conflicto para sobrevivir y completa la historia de su muerte. Brillante.
Como si tuviera una esfera mágica,
Naomi Kritzer escribe un original relato sobre una pandemia que asola a la
humanidad. Sin embargo, el relato data de 2015 -publicado en la revista Clakesworld-, pero
ha sido ahora cuando nos ha llegado en castellano gracias a Cuentos para Algernon. A través de las entradas de un blog de recetas de cocina vamos
conociendo la situación del exterior (asolada por la gripe A H1N1 de 2010) a la vez que
conocemos las fases que están pasando -y bien conocemos-: sin contacto social,
pocos alimentos, confinamientos… Aunque todo comienza como un típico blog
culinario, poco a poco, tanto Natalie como la pandemia que le afecta empieza a
difuminarse y convertirse en un relato de pura supervivencia. Y aunque hay
tristeza y emotividad tras ello, tranquilo queride lectore, este es un relato de
esperanza. Es un espejo de como una situación límite nos puede llegar a
transformar, a convertirnos en alguien más fuerte, pero donde sin duda, seguiremos
siendo nosotros mismos.
Y vosotros ¿algún relato que queráis recomendarme?
¿Que las casas encantadas no te vuelven loco? ¡No tienes perdón! XD
ResponderEliminarMuchas gracias por la entrada, Mangrii. Ya sabes que me chiflan los relatos, así que voy a poner este post en marcadores para que no se me escape jejeje
Beso grande.
Si, no es un tema que nunca me haya apasionado, la verdad, como si lo hacen los viajes en el tiempo o las narrativas compartidas. Disfrutalos :)
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