Un círculo completo, de Beatriz Alcaná

Un círculo completo
Beatriz Alcaná
Premium Editorial
Rústica | 104 páginas | 11€



¿Te imaginas poder visitar el París de la Belle Époque como si de un viaje a un país extranjero se tratará? Esa es la realidad que Beatriz Alcaná imagina en Un círculo completo, novela corta ganadora del XVIII premio de novela corta "Encina de Plata". Si bien ficciones como Westworld ya nos han mostrado bucles y escenarios temporales en los que el mundo de a pie, o más bien adinerado, podía viajar a lugares temáticos del pasado como ese lejano oeste de la primera temporada, Beatriz crea unos bucles artificiales que han logrado arrancar retazos de tiempo, creando una línea de no-tiempo, sin continuidad, que permite disfrutar de unos días en un pasado, siempre y cuando se esté dispuesto (y se pueda) a pagar por ello.

Viviane y Denis
La lectura de Un círculo completo se divide en dos puntos de vista complementarios. Por un lado, Viviane Vallot aporta el tono romántico introspectivo que siente fascinación por el bucle en el que trabaja, aunque los clientes resulten de lo más soporíferos. Por el otro, Denis nos da la parte racional, la más técnica, la que nos deja caer uno y otro detalle de cómo funcionan los bucles artificiales imaginados por Beatriz. Ambos puntos, el del costumbrismo sensorial del pasado con Viviane y la visión técnica de la mercantilización del pasado con Denis, se conjugan en una novela corta especulativa y pasional que suponen una interesante adición al canon de novelas de bucles temporales, sobre todo en cuanto a ficción nacional se refiere.

Foto de la agencia Roger-Viollet

Consumo de experiencias
Supón que a partir de nuestra línea-mundo original se han generado bucles. Periodos de tiempo, más largos o más cortos, sin solución de continuidad. No es algo falso, tampoco una simulación como tal, si no una iteración artificial prácticamente indistinguible de la línea-mundo original. Por que si bien conocemos historias de bucles temporales, como la reciente El volumen del tiempo de Solvej Balle o más míticas como El secreto del orfebre de Elia Barceló, en ninguna de estas la acotación (y repetición) temporal es vista como un elemento de consumo. La idea de Beatriz se acerca más a la de Tim Powers en Las puertas de Anubis, donde Darrow se llevaba a un grupo de nueve (millonarios) para escuchar una conferencia de Samuel Taylor Coleridge en el Londres de 1810.

Sin embargo, las experiencias turísticas de El círculo completo son vistas como algo más normalizado, como algo ya capitalizado y mercantilizado por el mundo, como una visita a un parque de atracciones. Hay estancias largas, solo aptas para los bolsillos más llenos, pero también otras más sencillas, de apenas unos días, como la que nos presenta la propia Viviane. Así viajamos con ella a un vívido retrato del París de 1910, en pleno esplendor de la Belle Époque, donde seremos un invitado más a la Ópera de París. Pero, al contrario que Viviane, veremos que sus clientes no están fascinados con vivir experiencias de la época, si no otro tipo de cosas. Algo que invita a pensar en la sociedad de consumo actual, en como quizá importa más solo poder decir que se estuvo allí que en disfrutarlo de verdad.

L’escalier de l’Opéra en 1877, de Louis Béroud

La idealización congelada
Y si bien Denis es quien mejor nos presenta la estructura mercantilizada del pasado que hablaba en el apartado anterior, es Viviane quién nos muestra el otro lado, confinada en su pequeño retorno artificial por voluntad propia, como se enfrenta a un desafío existencial y pasional: la imposibilidad de enmendar errores o cambiar su destino. Viviane tiene la posibilidad permanente de revivir el inicio de un romance imposible una y otra vez, pero se enfrenta a la constante frustración de no poder burlar al tiempo. Una trascendencia frustrada con un ideal platónico que por naturaleza es inalcanzable. Sin embargo, su obsesión, se convierte en un intento de subvertir las reglas del sistema que la aprisiona.

Cien páginas dan para mucho
Decía Jorge Iván —una de las tres cabezas pensantes del Festival Celsius 232— que para él Un círculo completo era una de las novelas cortas más redondas de Beatriz Alcaná. Es, sin duda, un ejercicio fascinante de concisión narrativa y la viva muestra de que apenas un centenar de páginas pueden dar para mucho. No solo por la capacidad para diseccionar un entorno temporal y llevarnos hasta allí arrastrados por la obsesión romántica de su protagonista, si no por presentar de una forma original, con un concepto que parece sencillo pero que tiene su miga, una disección introspectiva de la melancolía por un pasado que cada día está más mercantilizado. El tiempo convertido en producto, el turismo como experiencia predecible.

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