Las guerras secretas, de Esteban Bentancour

Las guerras secretas
Esteban Bentancour
Insólita Editorial
Rústica | 540 páginas | 22,95€




Hace poco más de un año, aproximadamente, Esteban Bentancour (autor de Los ojos que miran y el espacio web Visión Prospectiva) y yo (mismo) estábamos en nuestro querido festival Celsius 232, paseando por la calle Galiana de Avilés en busca de suculento alimento. De repente, Esteban me habló sobre su proyecto Las guerras secretas, un thriller de ciencia ficción con elementos conspiranoicos narrado con métodos mixtos y su publicación por parte de una editorial que él adora: Insólita Editorial. Una cosa llevó a la otra —sobre todo mi entusiasmo por la idea que me contaba—, me dejó leer una versión final sin publicar y le acabé proponiendo escribir el prólogo, donde en un giro meta de los acontecimientos, podéis conocer a fondo toda esta historia, que ahora ya todes podéis (y debéis) leer. Computación cuántica, multiversos, teorías conspirativas y elementos de puro espionaje se dan la mano en una novela única en su especie, heredera de series como Fringe o Counterpart, y libros como El imperio de Yegorov y Casa de hojas.

La inspectora Levernier
El libro arranca con la impactante y misteriosa muerte de un popular podcaster suizo que, días antes, publicaba la entrevista con un físico teórico del CERN que había desarrollado una teoría sobre la transferencia de materia e información entre multiversos. Días después, un periodista que investiga la muerte de dicho podcaster, desaparece en medio del Atlántico. La doble tragedia se cruza con la cuñada del periodista, la inspectora de policía Denisse Levernier, que investigará la desaparición y descubrirá una conspiración encubierta a nivel mundial. Un entramado complejo y más personal de lo que pensaba rodea a Levernier, un plan secreto de escala inimaginable que busca asegurar nuestra supervivencia como especie… o condenarla para siempre.

Imagen interior del libro

Mixed Media Book
Una de las particularidades de Las guerras secretas es como se construye la historia. Esteban juega con la multiplicidad de formatos narrativos —diarios, noticias, testimonios, transcripciones, informes, declaraciones policiales...— para armar todo un rompecabezas que el lector debe resolver. La variedad de formatos exprimen los conceptos planteados poco a poco, pero es la estructura que plantea la novela, en tres actos que funcionan como tres novelas cortas, la que nos hace escalar poco a poco el conflicto principal desde algo más local, esa Suiza de Levernier donde sucedió la doble tragedia, hacia algo mundial que debemos descubrir. Un método narrativo eficiente, basado en los mixed media books (Illuminae, La apelación, Última sesión…) y los mecanismos de la literatura ergódica que permite comprimir y dosificar la información en la historia, así como otorgarle un ritmo de lectura endiablado, pero a la vez, dificulta la construcción de personajes profundos y poderosos.

Verosimilitud mundial
En ese juego multidisciplinar de formatos narrativos tejido por Esteban se desgrana una trama intrincada y subyugante, con un trasfondo pegado a la historia más reciente. El escenario geopolítico del libro es tan actual para el lector, como que estamos en medio de la guerra de Ucrania y se rememora el 60ª aniversario de la crisis de los misiles en Cuba, que consigue generar una continua sensación de verosimilitud, inminencia y aura conspiranoica que interacciona con nuestra realidad actual. Es el propio Esteban el que cuenta en varias entrevista que la idea de todo el libro se expandió en Guatemala (la primera parte se escribió en Suiza gracias inspirada en sus conocimientos sobre la ONU), coincidiendo con el 60 aniversario de la crisis de los misiles en Cuba y el inicio de la invasión de Ucrania, lo que le dio un contexto global a la historia que podemos sentir, al completo, en el libro.

Imagen interior del libro

La Convergencia
Llegados a este punto de la reseña, aunque sin desvelar demasiado, la parte tecnológica de Las guerras secretas llega desde La Convergencia, una agencia independiente que busca la dispersión de la humanidad para prevenir su extinción. La novela incluye una teoría científica basada en la mecánica cuántica de los multiversos y una tecnología que es una evolución lógica de los ordenadores cuánticos actuales. También, explora cómo la relación entre humanos y tecnología evolucionaría, conectándose directamente con el cerebro, algo que no estamos tan lejos de ver. Esto, que suena tan complejo, Esteban lo consigue explicar con una facilidad pasmosa a través de sus documentos. Vemos cómo la tecnología cambia la forma de interactuar de estos narradores, aunque avancemos a velocidad vertiginosa dentro de la novela. Y aún así, entre tanto documento secreto y dosieres personales, Las guerras secretas se guarda su espacio para la reflexión. Los límites científicos, el poder de las corporaciones todopoderosas en la sombra y, sobre todo, el dilema ético de la ambición humana.

Regusto existencialista
En la línea de la trilogía Themis Files de Sylvain Neuvel o Guerra Mundial Z, más allá de la trama repleta de elementos nada fiables y giros fantásticos auspiciados por su elemento tecnológico y narrativa fragmentaba, Esteban consigue impregnar las 540 páginas del libro con cierto regusto filosófico, con un aire casi existencialista. La sensación de que las victorias pueden ser pírricas, y que quizá ninguna decisión sea la correcta. Los personajes, sobre todo Denisse Levernier —que lleva parte del peso principal—, parecen estar en una búsqueda constante de la verdad, incluso dudando de sus propias acciones. Transiten por esa delgada línea entre la resolución de un problema y la posibilidad de propiciar algo peor. Y la respuesta nunca llega, siempre esta en nuestras manos, algo que hace grande a cualquier buen libro: nos deja pensando.

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