Alan Moore (trad. de Juan Trejo)
Nocturna Ediciones
Tras su paso a la prosa con una extensísima novela (Jerusalén, 2016) de más de mil quinientas páginas y una colección de relatos (Iluminaciones, 2023), el mago del caos y genio del cómic Alan Moore regresó el pasado 2024 con el inicio de una pentalogía de novelas independientes ambientadas en el Londres Eterno. Sobrescribiendo lo literario y lo histórico, con regustos a La liga de los hombres extraordinarios y el enfoque fantasmagórico de la historia de Londres de From Hell, El Gran Cuando es una captura en el tiempo sobre el crimen moderno repleta de humor anárquico, antiimperialismo, cameos históricos, filosofía ocultista y muchos juegos verbales. Un retrato inquieto y atemporal de la historia de Londres de los años 40, tras una devastadora Segunda Guerra Mundial donde la psique británica se vio gravemente perturbada.
El quinteto del Londres Eterno
El autor Alan Moore firmó un acuerdo de seis cifras con la editorial Bloomsbury para una innovadora serie de fantasía de cinco volúmenes, así como una trascendental colección de cuentos. La serie, titulada El quinteto del Londres Eterno, investigaría las cinco décadas finales del siglo XX (1949, 1959, 1969, 1979 y luego un salto hasta 1999), y según el propio Moore, para que pudiéramos entender la nuestra. El primer volumen es este El gran cuando, un juego de palabras, un epíteto acuñado por el panfletista inglés William Cobbett para menospreciar al Londres del siglo XIX como un quiste sebáceo. Sin embargo, cabe señalar que pese a ser la primera de un quinteto de novelas, no hay un final en suspenso ni necesidad de continuación. El Gran Cuando funciona como un volumen autoconclusivo con un capítulo final, ambientado a finales de los años 90, que parece servir como puente para volúmenes posteriores. La siguiente novela, titulada I Hear A New World —en referencia al álbum de Joe Meek— todavía carece de fecha de publicación.
Debemos devolver ese libro, Dennis Knuckleyard
El adolescente aprendiz de librero Dennis Knuckleyard ve su anodino y triste mundo trastocado cuando Ada la Ataud, su jefa, le envía a por una colección de libros extraños a otra librería. Sin embargo, allí se topa con un libro que no debería existir (un tomo supuestamente ficticio cuya única existencia se creía que era una breve mención en un cuento de Arthur Machen), y cuya mera posesión pone al joven Dennis en un peligro considerable e involuntario por parte de aquellos que lo codician. Este misterioso libro abre una puerta a otro Londres, un Londres oculto, iniciando a Dennis en una realidad surrealista y ocasionalmente letal, donde las calles están pavimentadas con oro, las tuberías de desagüe se convierten en boas constrictoras y la palabra equivocada para un gato de aspecto inofensivo puede hacer que te revuelvan las entrañas. Devolver el libro a donde pertenece será un peligro de alto riesgo, pero la única forma de solucionarlo todo para Dennis.
Mapa del Londres Eterno
Neverwhere alucinógena y ocultista
Hemos visto, a lo largo de la historia literaria, unos cuantos “otros” Londres. Los Ríos de Londres de Ben Aaranovitch, La materia oscura de Philip Pullman o el Jonathan Strange & el señor Norrell de Susanna Clarke. Sin embargo, este El gran cuando de Alan Moore está mucho más cercano a ser una especie de Neverwhere pasado por un filtro febril de alucinógenos y ocultismo. Este londres hiperreal, plagado de los residuos de la literatura pulp, es un lugar fantasmal y mutante donde habitan seres de todo tipo más cercanos a las ficciones de J. G. Ballard o Ian Sinclair. Parecido a su Mundo Ardiente —una especie de refugio para personajes ficticios en nuestro vasto mundo— de La liga de los hombres extraordinarios y plagado de algunos arquetipos literarios e históricos que parecen sacados de el Sueño de Sandman, este Londres Eterno de Moore se siente como el cimiento imaginario que sustenta la realidad material de la ciudad. La membrana entre lo físico y lo ficticio se vuelve semipermeable en la novela conforme pasan las páginas, y su frontera, parece cada vez más difusa.
Todo este Londres Eterno y sus contactos esta remarcado en la novela con unas cursivas que pretenden sacarnos del marco habitual de la novela. Así, las visitas de Dennis a este otro Londres se sienten como encontrarse en un estado diferente, incierto, donde cualquier cosa puede pasar. Al igual que demuestra la Saga de los niños descarriados de Seanan McGuire, cualquier contacto con un universo de fantasía puede ser devastador. Si algo hace Moore es mostrar esas consecuencias inmediatas (sobre todo en las reacciones de sus personajes) cuando visitan ese hogar de la imaginación donde habitan la esencia de las cosas. El Gran Cuando tiene elementos londinenses reconocibles (la famosa batalla callejera contra los fascistas, por ejemplo), pero tan distorsionados y perturbadores a nuestros ojos, que a veces parecen un viaje surrealista de ácido complicado de discernir.
Cubierta completa de Nico Delort
Somos historias que nos contamos historias
Como el propio autor lo expresa en el epílogo del libro: «Todo está hecho de historia». Ya lo decía hace poco en la reseña de Verde de Ramiro Sanchiz, somos la historia que nos contamos, la que otros cuentan sobre nosotros y la que recordamos. Creamos nuestro mundo con nuestras propias palabras, pero ese mundo, de alguna manera, también nos moldea y nos crea a nosotros. El mundo de Moore, ese otro Londres alternativo, cuenta historias con sumo detalle de diversas partes de Londres y de los curiosos personajes que lo habitan. El texto, repleto de juegos de palabras, adjetivos rebuscados en un guerra con los clichés y una verbosidad incandescente, nos induce una especie de estado comatoso repleto de imágenes memorables y sinónimos sin parangón. Moore, que toma siempre el camino más largo para llegar hacia algún lugar, nos sumerge en los detalles, con florituras y filigranas, en un estilo de lo más barroco pero que a la vez lúdico. Sin embargo, cuando se entrecruza el elemento surrealista de El Gran Cuando, Moore parece perderse entre las impactantes imágenes que crea, como si estuviera describiendo alguno de sus famosos paneles de cómic.
Esta primera parte de la pentalogía del Londres Eterno puede pecar —en ocasiones— de ser demasiado introductoria y explicativa. Hay mucha exposición y divagación sobre términos teológicos, pudiendo resultar a veces intermitente y difícil de seguir, pese a que la trama es más bien sencilla. Las escenas, por no hablar de los momentos importantes, son verdaderamente desbordantes para el lector. Sin embargo, Moore consigue centrarse e iluminar todo con su extraña habilidad visual. Con cierto carácter dickensiano, la aventura de Dennis Knuckleyard sirve a Moore para contar a su manera parte de la historia de Londres a la vez que entabla una conversación (real e imaginada) con muchos personajes históricos. Menciones pasajeras y discusiones sobre gente como Arthur Machen, Aleister Crowley, George Orwell, Ana Bolena y muchos más comparten espacio en el texto. Moore está interesado en contar con todos aquellos que han dado forma a la política, la historia y la cultura de Londres a la vez que viaja (y nos lleva) por esa ciudad, esa Londres, como nunca antes la has visto.
Tenía mis dudas con este libro al ser serie, pero como es autoconclusivo voy a meterlo en la interminable lista de pendientes XD XD
ResponderEliminarBeso grande y felices lecturas, Mangrii.
Creo que a ti particularmente te va a gustar mucho. Hay cierto regustillo a Jonathan Strange & Mr Norrell :)
EliminarTengo una gran duda desde que vi este libro en redes. ¿Por qué «cuando» no lleva tilde? No sé si se explica en algún momento de la trama. El tema no me acaba de hacer, de momento lo dejo pasar (que bastantes pendientes tengo ya). Besos
ResponderEliminarSi, claro, me surgió la misma duda, pero se entiende en el libro como que es un "cuando" usado como adverbio relativo de tiempo, no interrogativo.
Eliminar¡Gracias!
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