Jonathan Strange y el Señor Norrell, de Susanna Clarke

Jonathan Strange y el Señor Norrell 
Susanna Clarke (Trad. de Ana María de la Fuente) 
Salamandra 
Bolsillo / Tapa dura | 807 páginas | 14,95€ / S.M.



Premio Hugo, Locus y World Fantasy Award en el año 2005. Con todo ese engalamiento detrás, sumado al colofón de fans que arrastra, uno coge Jonathan Strange y el Señor Norrell con una sensación de ganas y cierto temor. Ganas, por adentrarse en una de las obras de fantasía más (re)conocidas de los últimos años. Temor, por no ser todo lo que puedas esperar. Sin embargo, hay una tercera vía, a la que me adscribo en toda su amplitud. Sabía lo que me iba a encontrar gracias a su excelente adaptación televisiva (BBC, 2015), pero al final, la novela de Susanna Clarke no ha cumplido con lo que me esperaba. Empecemos por el principio.

El regreso de la magia

La premisa inicial (y casi central) de Jonathan Strange y el Señor Norrell es el regreso de la magia a Inglaterra, allá por los comienzos del siglo XIX. Sin embargo, la magia no había desaparecido en ningún momento, solo que desde hace casi 300 años, no sé ha practicado. Los magos son considerados todos aquellos que se limitan a estudiarla. No obstante, en las afueras de York, un señor huraño y rancio conocido como Norrell, se autoimpone la misión de devolver la gloria a la magia inglesa, aunque realmente le fastidia en lo más hondo de su ser.

Ilustración de Nightzoo

Sin embargo, la llegada de otro mago práctico como él, llamado Jonathan Strange, lo revoluciona todo. La dualidad conservadora y experimentadora de uno y otro son lo que harán avanzar y volver a colocar en su lugar esta magia inglesa. Clarke nos sumerge en un libro de historia, repleto de detalles mágicos y fantasiosos. Personajes reales, como el duque de Wellington o Lord Byron, redibujan la historia de Inglaterra, reviviendo hitos históricos, sucedidos entre 1806 y 1817, como la batalla de Waterloo o las Guerras Napoleónicas, pero siendo reelaborados con cierta especulación fantasiosa.

El contexto

La mayor riqueza que aporta la novela es sin duda su contexto histórico y social. En plena época romántica, donde las ideas liberales estaban en su gran apogeo y la revolución industrial asomando la patita, las tensiones políticas son palpables y la guerra contra Napoleón está presente en todo momento. Es más, se come toda la parte central de la novela. Sin embargo, lo que más llama la atención, es como Clarke consigue plasmar la vida de los caballeros de la época. La alta clase británica contra la vida de sus (casi) esclavizados sirvientes. No obstante, es interesante como Susanna va rompiendo algunos estereotipos, casi de tapadillo. La autora va difuminando los límites sociales de su contexto histórico y otorgando, con su fina ironía, un papel a las mujeres nada esperado y muy disfrutable.

Ilustración del proyecto de novela gráfica

Un libro de magia sin (casi) magia

La magia de Jonathan Strange y el Señor Norrell no tiene límites. Demasiado mal acostumbrados nos tiene Brandon Sanderson. Tanto te puede cambiar el viento como crear unos barcos de niebla o crear carreteras de la nada. No sabemos cómo funciona, ni como se hace. Susanna en ningún momento delimita un sistema mágico ni impone regla alguna, más allá de las de la mera caballerosidad británica. Es una magia más bien aleatoria, a veces, con indefinidas consecuencias. Es una magia inexplicable, que queda al libre albedrío de cada lector y que, he de admitir, se manifiesta demasiado poco para lo larga que es la novela. Esta baja fantasía, sin embargo, en los momentos que hace aparición es brillante, y dota a la novela de una gran imaginativa, asentada dentro de la coherencia y realismo de esa Inglaterra romántica.

La metanovela

Probablemente una de las cuestiones más fascinantes que rodeen la lectura Jonathan Strange y el Señor Norrell es como está escrito. Clarke narra como si de un estudio histórico se tratara, donde la historiadora, como un personaje más, sigue el desarrollo de los acontecimientos de forma minuciosa y aclaratoria con kilométricas notas al pie de algunos de los hechos mencionados de pasada. Clarke se destapa como una autora capaz de escribir como un clásico (Shelley o Dickens) en plena actualidad. La narración, sin embargo, lejos de ser objetiva a los hechos, tiene un deje irónico, crítico y de doble sentido que la hacen deliciosa. El sarcasmo es una buena arma para enganchar al lector.

Ilustración de Jennie Huggins

Sin embargo, el interés de la historia decae con frecuencia. Clarke da vueltas innecesarias para llegar a un mismo sitio esperado, pudiendo quitar una buena cantidad de páginas sin desmerecer el resto de la historia. La parte central se pierde en devenires sin interés, que para más inri, tienen un final abrupto cuyo aporte al cómputo general de la novela podríamos decir que es más bien escaso. Es reconocible, sin duda, su labor de construcción de mundo o los detalles en sus personajes secundarios, pero surte un efecto plomizo en el ritmo y hace perder el interés paulatinamente, costando llegar a ese efectivo, pronosticado y climático tramo final. 


Me ha costado terminar el libro, y eso nunca es una buena señal. La novela se toma su tiempo (demasiado) para hilar todo y al final, ofrece un cierre brusco, aunque en cierta medida satisfactorio tras un épico clímax. Los pequeños detalles, algunos pasajes fascinantes y ese carácter de novela decimonónica con dejes irónicos hacen disfrutable la lectura, pero le sobran páginas y ramificaciones que coartan el ritmo e interés.

Otras reseñas de interés

Comentarios

  1. ¡Hola!
    Con de la buenas críticas que había leído, me ha venido muy bien leer la tuya. Supongo que veré la serie directamente.
    ¡Un saludo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Que a mi no me haya entusiasmado no quiere decir que a ti no! Es un libro que yo catalogaría como especial, y que al menos, quizá hay que probar. Eso si, la serie es must :)

      Eliminar
  2. Lo tenía apuntado desde hace tiempo, pero tras leerte se me han quitado las ganas. Como dice Rachel, creo que me decantaré directamente por la serie.

    Un abrazo ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Soy una rara avis entre sus lectores, y aún así, creo que merece la pena probarlo por ver como es. Eso si, la serie, obligatoria :)

      Eliminar
  3. Bueno, ya sabes que a mí me encantó. Ya vi, por tus comentarios en Goodreads, que no era muy de tu estilo.
    Yo creo que el año que viene la releeré :-)
    Seguro que tu próxima lectura es más redonda :-)
    Un beso, Mangrii.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Más que no ser de mi estilo, no me ha entusiasmado la historia. O, podría decir, que las partes que me han entusiasmado eran a ratos, y ha truncado un poco la experiencia. Espero que disfrutes la relectura :)

      Eliminar

Publicar un comentario

Lo primero de todo, GRACIAS por comentarme, asi me haces un poco más feliz. Lo segundo, si vas a comentar espero que sea desde el respeto a los demás y con este blog.
Gracias por tu comentario y visitarme :)