number9dream, de David Mitchell

number9dream
David Mitchell
Sceptre
Rústica / digital | 418 páginas | 10,85€ / 2,99€



Dos años después del éxito conseguido por Escritos fantasmas: una novela en nueve partes (1999), David Mitchell regresaba al panorama literario con number9dream (2001), una historia a priori (ya te digo yo que no) más sencilla que la anterior. Una especie de búsqueda de un padre perdido por parte de un jovenzuelo japonés abandonado, con el místico número nueve de fondo y con la canción #9 Dream de John Lennon resonando fuerte en los auriculares. En esencia, number9dream no deja de ser una de esas historias dickensianas de crecimiento sobre un joven que sale de su pueblo con nada más que un estuche de guitarra y prácticamente sin dinero, acepta una serie de trabajos bastante miserables y duerme en casi cualquier rincón, abriéndose camino poco a poco en la gran ciudad a través de la gran aventura que es la vida.

Sin embargo, aunque esta es la historia de Eiji Miyake, que viaja a Tokio para buscar a un padre perdido empujado por la muerte de su hermana y el colapso de su madre, no tiene nada de lo tradicional y habitual que uno pueda esperar en este tipo de historia. Por que claro, esta historia la cuenta David Mitchell. number9dream es un viaje serpenteante entre el sueño, la realidad, los recuerdos, los videojuegos y el mundo de los cuentos que compilan las aventuras de un joven por Tokio en busca de su padre perdido. Es un evocador recorrido por la gigantesca Tokio, por sus casas del té, hoteles del amor, bandas yakuza, garitos de mala muerte, repartidores de pizza y todo un mundo que no para de moverse de forma peligrosa. Una narrativa deslumbrante y fantástica que rodea a Eiji Miyake, donde la barrera de lo real y lo imaginario esta llena de sutilezas que debemos desentrañar.

Fotografía de Artem

Éxtasis de la observación
It is a simple matter. I know your name, and you knew mine, once upon a time: Eiji Miyake. Yes, that Eiji Miyake. La línea de apertura de number9dream es un todo en si mismo, aunque a primera vista no lo pueda parecer. Lo mismo ocurre con su arquitectura interna, aunque esta apegada a Eiji desde esta primera línea que abre la novela, no para de alternarse y moverse entre planos tanto reales como imaginarios sin que nos demos cuenta. Mitchell nos lleva desde un éxtasis de la observación placentera que ofrecen las misteriosas calles de Tokio hasta una película de acción, una historia de detectives, un thriller cyberpunk, una historia de yakuzas, una fantasía delirante, un viaje hasta la Segunda Guerra Mundial e incluso un pequeño romance. Las metáforas se usan una y otra vez desde esa primera línea, creando un aura fantasiosa que hace al lector preguntarse en todo momento si es una metáfora o solo un sueño lo que esta leyendo.

Sin escenas separadas, sin saltos de página o capítulos que los diferencie, los mundos, historias y fantasías disyuntivas de Eiji Miyake se fusionan, tanto en su mente como dentro de la propia narrativa, dejando que nos perdamos por realidades alternas comparables a la fluctuación de nuestra propia conciencia. El espacio interior de la mente y el espacio exterior del mundo físico se combinan y recombinan una y otra vez, tanto para narrar momentos de pura y placentera inacción como para trasladarnos a lo que parecen (casi) otros mundos. Cada sección exprime al máximo la versatilidad de voces y estilos de Mitchell, llevándonos hasta la Segunda Guerra Mundial a través de unos diarios o hasta un mundo de pura fantasía a través de la lectura de unos cuentos por parte de Eiji. Y aunque no siempre funciona del todo (la quinta sección es un poco pesada), la búsqueda de Eiji se engalana de hermosas texturas oníricas que dan una nueva experiencia a un viaje de crecimiento que ya conocemos.

Fotografía extraída de gotokyo.org

Intertextualidad y guiños
Como en la mayoría de las obras del Mitchellverse, existe un todo, una especie de mantra que podemos repetir una y otra vez: todo esta conectado de alguna manera, incluso si no sabemos como ni por qué. Una excusa, que guía muchos de los guiños y apariciones de diferentes formas en las distintas obras de Mitchell (aquí tenemos una aparición tangencial a Escritos fantasma o una obra que aparece en El bosque del cisne negro) que sirve también para dar sentido al viaje de Eiji. Por que más allá de la búsqueda de un padre, la historia de Eiji en Tokio es un proceso de maduración y de superación de un trauma ocurrido en el pasado. Un trauma que va saliendo a la luz en pequeñas píldoras a través de sus propias fantasías y que nos deja entrever el camino para su sanación. Un camino repleto de conexiones y coincidencias inesperadas, de aventuras y personajes delirantes que dan un nuevo significado a su vida.

Sin embargo, la intertextualidad va un paso más allá en number9dream. La numerología obsesiva con el número nueve (¡incluso es el número de silabas del apellido de su abuelo!) que no para de repetirse durante toda la novela, hasta en el número de capítulos. Al igual que en la canción de Lennon #9dream (What it in a dream, was it just a dream?), o la mención de Norwegian Wood, tanto de la canción de The Beatles como de la novela del japonés Haruki Murakami con la que comparte muchos vínculos; desde la mujer que escribe cartas desde un psiquiátrico como de la mención de eventos durante la Segunda Guerra Mundial. Todo puede llevarnos a la conclusión de que el viaje de Eiji sea más un enriquecedor sueño de Resines repleto de significado vital que otra cosa, dadas las alocadas peripecias de su viaje y las extrañas repeticiones aritméticas que rodean su historia. Nada esta claro en ningún momento, y ya solo por eso (y mucho más) number9dream es una de las novelas más juguetonas de coming-of-age que puedes leer. 

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