El volumen del tiempo II, de Solvej Balle

El volumen del tiempo II
Solvej Balle (trad. de Victoria Alonso)
Anagrama
Rústica / digital | 216 páginas | 18,90€ / 10,99€



Uno de los proyectos narrativos más ambiciosos de la literatura europea actual sigue viento en popa a toda vela publicándose en nuestro país. La obra de Solvej Balle, recordemos, explora la experiencia de una mujer atrapada en un bucle temporal, específicamente el 18 de noviembre. La primera entrega, El volumen del tiempo I, está ahora mismo entre los finalistas del premio Booker Internacional de este año y en 2022 le valió a su autora el Premio de Literatura del Consejo Nórdico. En esta segunda entrega, que supone un volumen intermedio entre una serie más amplia de siete libros (5 de ellos ya publicados en su idioma original), profundiza en las complejidades del tiempo y su impacto en la percepción y la realidad, pero también, en las indelebles trazas que dejamos en el mundo.

Tara en busca de las estaciones
La narración, para recordar de nuevo, gira en torno a Tara Selter, quien se despierta el mismo día —18 de noviembre— de forma repetida, experimentando los mismos eventos e interacciones. Este segundo volumen nos sitúa un año después, retomando el final en suspenso que nos dejó la entrega anterior. El primer volumen termina con el aniversario —un año— como una fecha marcada en rojo en el calendario de Tara, como un momento (posible) de desbloqueo potencial de bucle. El volumen II, como cabría esperar, comienza al día siguiente con esta frase: ¿Qué me había creído? ¿Que el tiempo era un tiovivo y podía subir y bajar a mi antojo? ¿Que el año corría bajo mi dieciocho de noviembre como una corriente subterránea?

En este segundo volumen las intenciones de Tara también cambian. Ya no busca deshacer el bucle, ya no piensa tanto en ello ni en comprenderlo, si no que su idea es que necesita volver a una rutina. Volver, como podría pensarse, a vivir. Por ello, Tara intenta recrear el año estacional viajando por el mundo. Nos sumergimos así en un retrato (una vez más) maximalista de su historia, en un viaje en búsqueda de la nieve, la primavera, el sol del verano y la caída de las hojas. Todo, por supuesto, dentro de las posibilidades de un 18 de noviembre. Y aunque parece que la premisa se estira un poco y resulta algo repetitiva por naturaleza, Solvej Balle tiene la (siempre) brillante habilidad, con su prosa efectiva, para hipnotizarnos. Otra vez estamos al lado de Tara, en cada momento, en cada sentimiento, en busca de como puede estructurar su nueva realidad.

Cubierta de su edición en Faber & Faber

Tara en busca del conocimiento

La narración, una vez más, se registra en su diario. Ya lo decía Tara en la primera entrega, el papel, en este mundo, retiene las palabras de un día para otro de una forma que una memoria USB o un portátil no. El papel, al permanecer, hacer sentir a Tara su existencia. Que forma parte del mundo. Si la primera parte era un canto hacia su amor y la desesperación por su inevitable separación al tener que abandonar a Thomas, aquí, en su segunda entrega, las meditaciones y entradas de diario de Tara vuelcan hacia la soledad. Una soledad obligada. Una soledad donde sus detalles se vuelven más agudos y sus observaciones (aún) más sutiles. Sin embargo, no hay narrativa sin el paso del tiempo, por eso la necesidad inquietante de Tara para seguir adelante y buscar las comodidades de un hogar.

Este segundo volumen pone más en tesitura el poder sanador de las palabras. El acto de escribir permite a Tara meditar y comprender sobre el consumo y la destrucción en el mundo, la persistencia de la historia y la memoria, o lo extraño que es realmente el universo, por mucho que lo pasemos por alto en su mayoría. Más que una historia de ciencia ficción al uso, El volumen del tiempo parece estar tomando forma como una profunda meditación de la existencia humana y nuestro ciclo vital. Nuestro nuevo modo de relacionarnos con los demás, la alienación instaurada por la propia modernidad, o lo rápido que los vínculos se forman y se destruyen debido a cierto malestar existencial que no podemos comprender del todo. La rutina ofrece seguridad, pero también puede ser una prisión.

Cubierta de la edición de New Directions

Nuevas preguntas sin respuesta
Cuando todo parecía estar por terminar —casi sin cambios— por amoldarse a esta nueva realidad, llega el día #1141, con el que finaliza el libro, y rompe todos nuestros esquemas. Si ya teníamos algunas preguntas, sobre el bucle o sobre el consumo del mundo que hace la propia Tara, la pregunta ahora es cómo va a salir adelante Tara. En esta segunda entrega se plantean hipótesis interesantes como sí puede morir o si puede evitar un robo con sus acciones. Sin embargo, es el final, ese final contado en cuatro párrafos, lo que abre una nueva y radicalmente diferente dirección para los siguientes volúmenes de la serie. En inglés están anunciadas la tercera y cuarta entrega para finales de año (18 de noviembre, ups), así que espero con ganas que Anagrama diga algo (pronto) y podamos continuar la historia de Tara Selter.

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Comentarios

  1. Hola, Mangrii:
    Me he pasado por la reseña del primer volumen y de momento me los anoto, aunque esperaré a los siguientes antes de lanzarme: en parte por ver cómo siguen y en parte por ver si Anagrama la completa, porque vaya lentitud que lleva con "Leyendas de los Héroes Condor"...
    Besos.

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