Ecuaciones esenciales, de Wole Talabi

Ecuaciones esenciales
Wole Talabi
Ediciones Franz
Rústica | 210 páginas | 17€



Para ser breves: leed (y traducid) a Wole Talabi, él que ya considero uno de mis descubrimientos literarios (favoritos) de 2025. Su visita a la pasada edición del Festival Celsius 232 propicio —dado que me propusieron hacer su panel— zambullirme de lleno en la obra de este multipremiado autor de ciencia ficción nigeriano. El resultado fue un enamoramiento profundo de sus historias cortas, más allá de estos siete relatos seleccionados de su antología Incomplete Solutions que nos propone Ecuaciones esenciales. Sin embargo, pese a ser una breve selección, son una toma de contacto ideal, una buena muestra que explora diferentes visiones del futuro a través del misticismo y la tecnología, entrelazando temas especulativos y de realidad aumentada.

Experiencia nigeriana
En todas las historias de Wole Talabi —y no solo las que he leído en Ecuaciones esenciales— hay un marcado componente ontológico con regusto clásico, donde a menudo se fusionan elementos de la ciencia ficción dura (aunque asequibles) con temas y mitologías africanas. Una especie de hijo bastardo entre la precisión científica de las historias de Ted Chiang pasado por el tamiz emocional de Ken Liu y vestido con folclore africano. Las historias de Wole parecen desafiarse a sí mismo, probándose en distintos formatos (como una patente) narrativos y jugando con una musicalidad casi conmovedora. Cada relato permanece vivo en el lector, resulta cautivador y presenta personajes reales y complejos con los que es fácil empatizar. Así, Ecuaciones esenciales —y también en su otra colección, Convergence Problems— se centra en trasladar experiencias nigerianas a espacios de ciencia ficción (o fantasía) que hasta hace pocos años eran de dominio exclusivamente blanco.

Cubierta de Incomplete Solutions

Un vistazo a los relatos
La selección que ha hecho Ediciones Franz para esta pequeña colección es realmente extraordinaria. Cada relato brilla por sí mismo, pero ya desde su pieza de apertura, Análisis. Error. Reinicio, es una contundente propuesta inicial futurista (o no tanto) donde el estatus lo marca las redes sociales. En ella, nos presenta una tecnología que permite crear una copia artificial de uno mismo que, si no son destruidos antes de noventa días, se apoderan de sus vidas de forma legal. Wole nos recuerda que quienes somos en la redes sociales no tiene por qué ser la misma persona en el mundo real. En ese comentario social del S.XXI también podemos encuadrar Si pueden aprender, donde un policía ciborg acaba de disparar a un joven negro desarmado como respuesta imprevista a su programación. Una mujer de la compañía responsable intenta averiguar qué sucedió y aborda el tema del sesgo —y las bases de datos— en el entrenamiento de la IA de forma brillante.

Uno de mis favoritos se titula Cuando soñamos que somos Dios, donde un padre explica a su hijo por qué ha elegido unirse a la inteligencia colectiva de la colmena. Es increíble como el relato coge una escala universal en pocas líneas, cuando Internet ha tomado conciencia y ha pasado a ignorar a la humanidad, a excepción de esos pocos humanos que se han conectado entre sí a través de un proceso llamado Omi Legba. Y en esa historia global —que escala hasta una guerra espacial— también podemos nombrar La resonancia armónica de Ehiro Anaborhi, una historia de primer contacto donde un objeto cae del cielo frente a una preadolescente africana que al tocarlo, se vuelve fluida, habitando dos lugares a la vez.

La prueba de regresión, una de las historias premiadas de la colección con el premio Nommo, es quizá la que tiene un regusto más clásico de ciencia ficción, pero que aúna un componente emocional más fuerte. En él, una mujer mayor es convocada para hacerle preguntas, un típico test de regresión, a una IA construida a partir de la mente de su madre, con el fin de comprobar si aún representa sus patrones de pensamiento. La empresa de su fallecida madre (una destacada científica), LegbaTech, utiliza esta IA para fundamentar sus decisiones estratégicas y dirigir la investigación tal como ella lo haría. Sin embargo, detrás de todo ello, algo muy insidioso se esté tramando y su protagonista comienza a ser consciente de ello.

Cubierta de Convergence Problems

Teorías de la incompletitud
He querido dejar un apartado de la reseña para la pieza más larga de la colección. Teorías de la incompletitud, también premiadas con el premio Nommo, es una novela corta más tradicional de ciencia ficción sobre la extensión de la tecnología de teletransportación a los seres vivos. En ella, el profesor Wale Adedji es un genio mundial reconocido que acaba de obtener una financiación multimillonaria del empresario Diego Salazar para descubrir cómo puede funcionar la teletransportación humana. Vemos los avances, las rupturas, los accidentes y los posibles triunfos y tragedias, donde Wole siempre es, simplemente, impredecible. Una gran historia sobre la cuestión de qué constituye al ser humano, pero también sobre la completitud. Una historia sobre como el deseo de éxito y ganar dinero puede (y suele) destruir a las personas.

Más de Wole Talabi
Todo descubrimiento tiene una consecuencia, y no es otra que querer más obras de ese autor que tanto te ha gustado en tu idioma. Ya sabemos que las colecciones de historias no son éxitos de ventas ni nada por el estilo, pero Convergence Problems (reseña en construcción), su antología más reciente, incluye algunas de las historias (nominadas o premiadas) que se han convertido en mis favoritas, como la genial novelette A Dream of Electric Mothers que se puede leer en Reactor o An Arc of Electric Skin en Apex. También podéis probar sus Weekdays si os apetece fantasía, donde seres divinos personificados como días de la semana existen (y están hechos) únicamente para contar y escuchar historias. Sin embargo, su novela Shigidi and the Brass Head of Obalufon, podría ser la puerta de entrada perfecta. Nominada (o premiada) en los Nebula, Locus, World Fantasy Award, BSFA y Nommo, cuenta la historia de cómo un dios de las pesadillas y una súcubo planean un (necesario) robo en el British Museum. Qué queréis que os diga, todo suena bien, y no pienso perderle la pista a Wole Talabi.

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