Evaluación semestral Vol. 2024

Gráfico de @year_progress

Tengo la teoría, como con el cine y las series, de que es necesario tomar aire a mitad de año. Nuestro ritmo de vida o la voracidad del mercado editorial apenas permite un respiro al lector. Echar la vista atrás y pensar en todo lo que hemos disfrutado en este largo —pero a la vez breve— periodo de tiempo a veces es necesario, o incluso, más satisfactorio de lo que podamos pensar si solo lo dejamos para final de año. Seis meses de lectura (y publicaciones) pueden dar para mucho y nunca está de más reflexionar y pensar en aquellos grandes libros —o fenómenos editoriales— que nos han marcado este año. Por ejemplo, publiqué este artículo sobre Literatura ergódica que tanto trabajo me llevó y del que me siento orgulloso, así como una reflexión repentina sobre el acto de leer que muchos compartieron. Sin embargo, aquí vengo a hablar de libros, aunque no del mío (no tengo, sorry) como querría Francisco Umbral. Aquí va mi selección de las cinco novelas que más me han impactado y un fenómeno editorial que he vivido como el que más. Pasen, vean y disfruten de esta Evaluación semestral Vol. 2024.

Chamanes eléctricos en la fiesta del sol, de Mónica Ojeda

Los chamanes eléctricos en la fiesta del sol de Mónica Ojeda aterrizaron en mi vida como un torbellino sensorial —fascinado desde su cubierta— y lo pusieron todo patas arriba. La subida hasta las laderas de uno de los numerosos volcanes de los Andes ecuatorianos rodeado de un caleidoscopio imposible de voces atormentadas suponen una experiencia hipnótica, casi lisérgica y telúrica. Un viaje descorazonador a las montañas escrito con una belleza de las que desgarran las corazas más duras que puedas imaginar y rodeado de la belleza que todo el gótico andino ecuatoriano te puede dar.

La apelación, de Janice Hallett

¿Cómo sería una versión experimental y modernizada de la novela epistolar? Janice Hallet presentó su respuesta con La apelación, un adictivo título que da un giro de tuerca a un género tan manido como el murder mystery. Un asesinato, quince sospechosos y tres grandes preguntas por contestar: ¿qué miembro del elenco de un club de teatro amateur de un pequeño pueblo fue asesinado? ¿quién lo hizo?,y lo más importante, ¿por qué? Lo que podría ser una historia convencional Janice Hallet lo transforma en algo innovadoramente moderno y actual: cadenas de mensajes y correos electrónicos. Una red de documentos que nos van envolviendo cual telaraña, sugiriendo pistas y elaborando teorías sobre sospechosos, tanto sobre el asesino como de la víctima.

Los escorpiones, de Sara Barquinero

Teorías de la conspiración, suicidios extraños, creepypastas, videojuegos malditos, Deep Web, nihilismo. Novela de novelas. Los escorpiones tenía todo para gustarme, y por supuesto, así ha sido, convirtiéndose por derecho en una de mis mejores lecturas en lo que va de año. La radiografía sociológica millennial de Sara Barquinero se construye con paso lento, fragmento a fragmento, pero siempre firme, siempre cambiante, constantemente hipnótica. Protagonistas, tramas, obsesiones, conspiranoia y miedos asimilan voces y formas bien diferenciadas que dan un paseo por la cultura de internet que muchos llevamos dentro. Han pasado meses y me lo sigo sin poder quitar de la cabeza. Increíble. Sensacional. Imprescindible.

El cielo de la selva, de Elaine Vilar Madruga

El huracán de Elaine Vilar llegó una vez más a mi vida y consiguió solo dejar los pedazos descompuestos de un lector roto por dentro. Su novela más reciente, El cielo de la selva, me atrevería a decir que es también su libro más atrevido. Donde rompe los moldes, sin miramientos, donde hace gala de sus temas habituales en una selva que es un delirio de realidad, un lugar donde el abismo a lo sangriento está cerca y el peligro se siente a cada instante. La selva no es más que violencia, como la violencia sistemática que enfrentamos (y vemos) cada día en el mundo real. Todo en El cielo de la selva es denuncia. Todo en El cielo de la selva es turbio. Todo, en El cielo de la selva, es importante para el mundo real.

La bahía del espejo, de Catriona Ward

Líneas de tiempo desdibujadas, casi borradas y cruzadas a varios niveles. Personajes con múltiples versiones de sí mismos en diferentes libros y niveles de ficción. La bahía del espejo es un entramado de recuerdos poco confiables, de historias dentro de historias, y de libros dentro de libros que te manipulan hasta la última vuelta de hoja. Y por supuesto, eso me vuelve loco. Me enamora por completo. Por qué Catriona Ward es muy buena, y en La bahía del espejo la corona una vez más como una de las reinas del thriller psicológico actual. Un libro acerca de que las historias nunca mueren y siempre permanecen con nosotros.

Fenómeno Blackwater

Y por supuesto, tenía que estar aquí el que sigue siendo —por mucho que a algunos les duela— el fenómeno editorial del momento que se sigue manteniendo. ¿Quién podía esperar que una saga familiar de los años 80, de  de un autor desconocido y que sería publicada quincenalmente se fuera a convertir en un fenómeno de tales capacidades? Pocos lo podría prever, aunque Blackie Books puso todo de su parte para que Blackwater y Michael McDowell triunfaran. Gran campaña de marketing, formato atractivo con las preciosas portadas de Pedro Oyarbide y un precio económico para los tiempos que corren. Y así, unas cuantas semanas enganchados al culebrón familiar de los Caskey, a los estragos que un joven llamada Elinor causo en la familia cuando apareció en un riada del año 1919.

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