Ante dioses indiferentes, de Iván Ledesma

Ante dioses indiferentes
Iván Ledesma
Dolmen
Rústica | 320 páginas | 18,50€



Hace apenas un año tenía mi primer contacto con las novelas de Iván Ledesma. Fue con El rito circular, una adictiva historia de terror situada en un cerrado complejo de edificios llamados La Colmena. Y ahora, un año después, aquí estamos con Ante dioses indiferentes, una inquietante novela (también de terror, claro que sí) que nos lleva hasta un pueblecito de la España vaciada. Un cambio de escenario que nos vuelve a regalar una adictiva historia de terror de las que es difícil despegarse hasta que cierras la última página. Sed bienvenidos a Torreón del Risco o bueno, mejor no, un lugar apartado de todo, separado por un túnel del resto del mundo y donde una enorme desgracia, que romperá todas nuestras más sólidas creencias, está a punto de desembarcar. O bueno, quizás ya lo ha hecho, y nadie lo ha contado hasta este mismo momento.

A Torreón del Risco (no) hemos de ir
Torreón del Risco fue, hasta aquella tormenta brutal hace un par de años, un pequeño pueblo olvidado por todos. Ubicado en la vaciada franja de Teruel, ofrecía a sus escasos habitantes el lugar ideal para escapar de unas vidas que quizá podían empezar de nuevo en aquel aislado entorno. Ahora, entre los escombros calcinados y los restos de sangre, en un desolado paisaje abandonado, han podido recuperarse fragmentos de video y diarios de lo que allí aconteció en aquellos días de nieve y tempestad en los que el pueblo quedó aislado del mundo. Allí se relata una realidad demasiado terrorífica para ser aceptada, tan horrible que podría romper nuestras más sólidas creencias. Y por eso mucho están dispuestos a todo con tal de mantener en la ignorancia al resto del mundo sobre lo que pasó durante la brutal nevada.

Fotografía de Kristine Leuze

Hilando fino
La mayor particularidad de Ante dioses indiferentes es, sin género de duda, el como esta contado. Aquí la coralidad es la norma, con tres líneas argumentales que se van entrecruzando en una especie de puzle circular. Los distintos puntos de vista de los habitantes del pueblo durante los ataques de unas extrañas criaturas llamadas mortinatos, las autoridades políticas y militares tras el ataque y una peculiar voz en primera persona, que forma una tercera vía, serán nuestros tres guías para desentrañar lo ocurrido. Todo ello narrado a través de capítulos particularmente cortos, como instantáneas que nos sorprenden, golpean y nos empujan, de forma frenética, de un lugar a otro a girar y continuar con la siguiente página. La dosificación de la información es la clave. Iván es capaz de envolvernos en la atmósfera inquietante que rodea a Torreón del Risco y toda su población tal como lo hacía la extraña Wayward Pines en su particular Chester’s Mill.

Sin embargo, si hay que destacar algo de esta narración es sin duda la voz en primera persona. Con una entonación casi poética, casi lírica, es nuestro (extraño) primer contacto con el libro. Es una voz inquietante, que nos hace sentir casi incómodos en el asiento mientras leemos el discurrir de los acontecimientos. Junto con las otras dos líneas de narración esta tercera completa el círculo y redondea, con su característica agilidad, un lore que se siente rico en detalles creativos y un desarrollo de todos los personajes importantes de un pueblo cerrado. Ante dioses indiferentes nos deja sin respiro de forma constante, pasando una página tras otra, un capítulo tras otro. Es el poder del enganche. Iván lo tiene en sus manos y consigue hilar todo de forma fina, como un prestidigitador de tramas que sueña con hacer un truco perfecto.


Cotidianidad en el miedo
Una de las mejores aspectos que captura Ante dioses indiferentes es el de la cotidianidad. No por nada Iván asegura que su Torreón del Risco está basado en un pueblo real. Muchos, así lo sentimos, evocando nuestros pueblos más cercanos. Conexiones y secretos entre los habitantes del pueblo que van revelándose en capítulos superpuestos, donde solo cambia el punto de vista. Pero la novela va un paso más allá, mostrando un encubrimiento también a nivel nacional, en una operación del Gobierno de España actuando bajo protocolos de seguridad nacional. Iván te sumerge en la cotidianidad de lo extraño dentro de la normalidad de cada línea narrativa, descargando sus pinceles en un cuadro oscuro y descarnado que crece a una velocidad orgánica. Las tres líneas se complementan entre lo rural y político, lo macabro y lo conspiranoico, para mostrarnos cómo las puertas del infierno se han abierto para un pequeño pueblo de la España vaciada. Y dentro de ello, una (no) velada crítica social, sobre esas personas que viven en hogares casi olvidados y de esas costumbres sacadas de otra época que (con)viven en la nuestra.

Bienvenidos al Ledesmaverso (again)
Si en El rito circular (2022, Dolmen) ya había retazos y guiños de otros personajes o sucesos que habían sucedido en otras novelas de Iván Ledesma, es quizá Ante dioses indiferentes la que mayor pegamento tiene con otras historias. Sobre todo por que dos personajes, Half y Septa, son también centrales en la novela Negorith (2021, Ediciones El Transbordador). Sin embargo, querido lector, no debes preocuparte por ello. Esto son solo temas completistas, que aunque mejoran la experiencia de lectura, no limitan su disfrute. Es más, si estos dos personajes han despertado tu interés (lo cual es normal), tienes una excusa más para dar el salto hasta Negorith y disfrutar, un rato más, de las historias de Iván Ledesma. El resto de mortales, también, estaremos esperando: ¿Volverán los mortinatos? ¿tendrán Half y Septa nuevas "misiones"? No lo sé, pero tiene pinta de que sí, y ojalá, que así sea.

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Comentarios

  1. Me ha encantado la reseña y estoy de acuerdo en todo.
    Es la obra que más me ha gustado de las dos que leí de Iván.

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  2. Hola, Mangrii:
    No he leído nada del autor, a lo mejor me acerco con esta novela :-)
    Un beso y feliz semana lectora.

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    Respuestas
    1. Creo que te gustará, Anabel, te pega bastante en muchos aspectos :)

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