Sabino Cabeza Abuín
Minotauro
Un asesinato, un humanoide artificial y una jefa de seguridad
En el siglo XXII se han popularizado los cruceros vacacionales entre la Tierra, Marte y Júpiter. A bordo del SC Schettino, de la compañía Starliner Cruises, Durga Deckett, Jefa de Seguridad, ha de resolver un nuevo caso: el homicidio de la fastuosa, increíble, famosa y soberbia Condesa Planck, una multimillonaria e influencer con innumerables seguidores. Su mejor pista es, al mismo tiempo, testigo y sospechoso: el lovebot de la difunta, Hermes Lagrange, un humanoide artificial para el placer creado por Bionic Entertainment, la empresa líder en el mercado de la biónica y la Inteligencia Artificial. Lo que parecía ser un viaje rutinario, como tantos otros, se convierte para Durga en otro viaje, más personal, vital y peligroso.
Una trepidante investigación
El viaje de Durga a lo largo de toda la novela es de lo más trepidante. Sabino ha sabido construir una protagonista inolvidable —Durga— con carácter y personalidad marcada en una intrincada y planificada novela. Con capítulos cortos y la presencia continua de giros, la investigación de Durga va dando la vuelta a muchas cuestiones que creía definidas en su vida. Su forma de ver otros, su concepción del amor, su filosofía de trabajo. El caso, que sucede en esa habitación cerrada (a lo Agatha Christie) como es el crucero espacial, se mueve como pez en el agua entre los thrillers tecnológicos de Blake Crouch y los giros enrevesados que parecen nunca acabar dignos de una novela de Stuart Turton. El caso fluye de forma constante, sin nunca llegar a ser vertiginoso, siempre poniendo el foco en resultar efectivo para poder plantear dudas éticas y filosóficas sobre el progreso tecnológico. Como dice Asier Moreno —también jurado en esta edición— en su blurb para la novela: una trama trepidante, una protagonista inolvidable, profundas reflexiones sobre los peligros de la intimidad artificial, un conflicto político y una historia de amor.
Imagen interior del libro
¿Qué nos hace humanos?
La gran pregunta que rodea todo Expediente Hermes es aquella que como especie nos llevamos haciendo miles de años: ¿qué nos hace humanos? Sin embargo, el enfoque de Sabino, puntualizando un poco más, radica en algo de más actualidad: ¿qué nos hace humanos frente a la inteligencia artificial? Las dudas éticas sobre el progreso tecnológico, sobre la presencia del alma o sentimientos en los robots, sobre si podrían o no sustituirnos entre otras muchas cosas, son mensajes de fondo que planean de forma constante la novela. Durga, que tiene claros prejuicios sobre los robots desde un principio, funciona como la principal generadora de preguntas a través de pequeños diálogos que nos hablan sobre la evolución de los robots y el miedo a que nos sustituyan, o peor, se hagan pasar por nosotros mismos. Expediente Hermes plantea la existencia de los lovebots, robots funcionales con anatomía humana modificable y una capacidad impresionante, tanto de adaptación al entorno como de interacción con otros humanos.
Hermes será, de esta manera, uno de los puntos de conflicto de la novela. Si, el caso de asesinato siempre está ahí como el timón de un velero dirigiendo el barco, pero el conflicto ético tecnológico es el otro pilar fundamental sobre el que se sustenta la novela. Expediente Hermes plantea preguntas elocuentes sobre la naturaleza de la conciencia y la relación entre humanos y máquinas, y tal como dice Fernando Bonete —también juez de la edición— en su blurb: Un viaje fascinante a los límites del deseo humano, donde el peligroso juego de emociones simuladas y verdades ocultas entre el hombre y la máquina nos interroga acerca de la verdadera condición humana. Por lo tanto, podríamos definir Expediente Hermes como una recuperación de los temas clásicos (y actuales) de la ciencia ficción (en la línea de Isaac Asimov o Ian Gibson) y su hibridación con la novela noir más tradicional. La mezcla es una interesante combinación, ideal para todos los amantes de la ciencia ficción de anticipación, pero también de la literatura detectivesca de habitación cerrada. Empiecen a dudar de todo, nunca se sabe quién puede ser humano y quién un lovebot. Bienvenidos a la SC Schettino.
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Buena reseña para un libro espectacular ;)
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