Celsius 232 - Edición 2024


Entre que Cristina Macía saca y recoge el espíritu del Celsius en su legendario frasco de incalculable valor, sucede en Avilés una semana para (siempre) recordar. Un punto de encuentro anual para los seguidores del fantástico que no nos queremos perder por nada del mundo. Algunos, incluso, llegan días antes. Pero la pregunta SIEMPRE es: ¿por qué? ¿Qué tiene el Celsius 232 que no tenga cualquier otro festival literario? La respuesta es (casi) siempre la misma: es HOGAR. O al menos, esa es la que yo suelo dar a quién me pregunta. La semana más esperada del año, que casi siempre cae en julio salvo que los hados no lo quieran, aunque ni una pandemia pudo reúne a miles de seguidores de la fantasía, ciencia ficción y terror entre terrazas y actividades, entre presentaciones, encuentros y firmas que se fusionan en el ambiente como un hechizo destinado a una semana donde se detiene el tiempo, nada más importa y lo imposible parece más POSIBLE que nunca.

Anécdotas para el recuerdo
Y si lo miro desde la óptica personal, trece años de festival dan para mucho. Mejor dicho: me han dado mucho. Nunca sabrán ni se podrán imaginar todo lo que les debo a Jorge Iván Argiz, Cristina Macía y Diego García Cruz, mentes pensantes y organizadores —algo dementes— de nuestro querido festival. O bueno, en parte si lo saben, porque no paro de repetirlo cada año o cada vez que nos (re)encontramos. Desde tener un photobomb con George R. R. Martin y las cuatro personas que conocí ese año, hasta llorar a lágrima tendida con David Mitchell. Desde presentar a Lauren Beukes en el auditorio, hasta poder pasear por Avilés con Becky Chambers contándonos cosas personales. Desde pasar tres días al completo con David Mitchell (y presentarlo), hasta que Tim Powers me vendiera, directamente, uno de sus libros. O, no digamos ya, de nuestra mítica foto (anual) con Joe Abercrombie y las comidas pantagruélicas con decenas de personas en cualquier restaurante que asustan a más de un camarero. Son tantos los momentos y anécdotas que suceden, que se guardan en los cajones de mi memoria, que sería imposible enumerarlas todas. Y cada visitante del festival, estoy seguro que tiene las suyas. Algunas, compartidas, otras, propias e inclasificables, pero que a nadie le quepa duda, la magia vive en Avilés durante esta semana.


Lo de este año
Hay dos clásicos del Celsius: que el programa salga solo unos días antes y que cuando lo haga, te quieras tirar de los pelos por no poder desdoblarse en el tiempo (¿Para cuándo el giratiempo, amigues científiques?). Las dos, por supuesto, se repiten este año, para variar. Y es que si miras el listado de invitados… casi uno puede imaginar el encaje de bolillos que puede resultar tener un momento de momento de brillo para cada uno de los autores y autoras que acuden este año al festival. Y luego, está, por supuesto, la tercera característica del festival: nunca sabes qué puede pasar o con quién te puedas encontrar. La barracón es traicionera y alberga horrores, pero también conversaciones interesantes. El planning es bueno tenerlo a mano, pero dejarse fluir y disfrutar, debe ser la norma adecuada. Nunca sabes lo larga que puede ser una cola de firmas, lo que se alarga una comida (o que no te la traigan, guiño guiño) lo que te va apetecer en ese momento o si alguien, por lo que sea, te comenta sobre una charla, te hechiza con su entusiasmo y te hace ir, como hipnotizado, a algo que no tenías previsto.

El cartelazo de Borja González
Lo que no me pienso perder
Aparte de todo lo que hago este año (¡se han debido de cansar de poner mi nombre en el programa!) que por razones obvias no me voy a perder, hay unos cuantos eventos que tengo marcados a fuego en el programa de este año. Y es que entre 200 y pico actividades y casi 200 invitados… hay cosas que me resultan IMPRESCINDIBLES. Probablemente sea curioso escuchar a los cuatro que es posible atraigan más visitas este año: Cassandra Clare, Holly Black, Katherine Arden y Christopher Paolini. Y que mejor que ir a la mesa que reunirá a este Poker de ases de la literatura juvenil internacional el sábado a las 20:00. Una especie de colofón a toda la semana, un cierre perfecto, que probablemente nos desvelará —o no—, como cada año, alguna sorpresa para la edición del año que viene.

Sin embargo, antes hay mucha tela que cortar. Los encuentros con Angela Slatter, Charlie Jane Anders, Fonda J. Lee, Gemma Files, Barbara Hambly, Karen Lord, María Fernanda Ampuero, Malka Older, Ramiro Sanchiz o el de Ted Nasmith hablando sobre ilustrar la obra de Tolkien, se me antojan imprescindibles en mi agenda personal. Lo mismo si hablamos de mesas redondas, hay principalmente tres que tienen en mi radar: América latina desencadenada, que reunirá el jueves a las 17:50h a Elaine Vilar, Mariana Fernanda Ampuero, Ramiro Sanchiz y José del Real conducidos por la maravillosa Elia Barceló; La muerte en el folclore del norte conducida por Clara Dies y Javier Prado; y como cada año, la charla Off-Celsius que organiza La Nave Invisible, esta vez reuniendo a Elaine Vilar, Karen Lord y Laura S. Maquilon el sábado a las 16:00h en el Hotel 40 nudos para la charla Del caribe al mediterráneo: resiliencia, reconstrucción y revolución.

Y por puesto, presentaciones. Cristina Jurado por primera vez (y espero que no la única) en el festival presentando su nueva novela Limítrofes, Rubén Sánchez Trigos con su novedad La noche de Venus, la flamante multipremiada Beatriz Alcaná con sus dos retoños (Echidna y Teseo en llamas), la carta de amor al monstruo del Lago Ness y a la posibilidad de lo imposible con Laura Fernández, El ser de Lin Carbajales, la antología Dantescas (compra fija en el festival), escuchar a Ismael Martínez Biurrun hablar de sus últimas dos novelas, la Epifanía de J. V. Gachs o Las máquinas del caos de Ricard Efa y la de Félix J. Palma contando su regreso a la fantasía con El gran timo de las hadas. Y como siempre, algunas actividades extra, como ese cine en la calle diario (el viernes, el Dune de Lynch o el miércoles Tiburón, ahí lo dejo), la noche de teatro, que será el viernes a eso de las 23:00 donde se representará la obra Cuatrocientas de Inés Galiano, o los podcast Furia en la librería (jueves a las 16:00h) o Libro Gusano (jueves a las 11:30h) que harán programas en directo.

Hey, it´s me!
Lo mío
Como decía antes, este año tengo el honor, el placer, el privilegio— de participar en unas cuantas actividades del festival, pero bien repartidas a lo largo de la semana. El martes a eso de las 17:50h me subo al escenario de la carpa de actividades junto a Alex Sebastian y Ismael F. Cabeza para participar en la presentación anual de Windumanoth. Y con eso saltamos al miércoles, donde a las 12:00h, también en la carpa de actividades, me junto con el amigo Iván Ledesma para charlar 20 minutillos sobre su Al otro lado del espejo. De tarde, será un plato fuerte, dado que tengo el privilegio de ser el presentador del encuentro con Travis Baldree, que tendrá lugar a eso de las 17:50h en el auditorio de la casa de cultura. Hablaremos de fantasía acogedora, de su trabajo como narrador y por supuesto, de El café de las leyendas.

Será el jueves cuando mi corazón se llene de alegría y salpique lava por estar sobre el escenario de la carpa de actividades a las 12:00 para hacer un recorrido por la obra de mi querida Elaine Vilar Madruga. Y de tarde, ejerceré mis labores como Embajador Oficial (no oficial) de Rethrick y nos subiremos un rato, a eso de las 19:30h, a la nave espacial de Laura Fernández. Y el viernes, si sigo con energía seguro que si no podría hacerme más ilusión presentar a una de mis mejores amigas cómo es Laura P. Larraya y su reciente retoño, Libélula, a las 11:00 en la carpa de actividades. Para cerrar mi participación este año  más ya sería abusar ¿no?, estaré media horita desde las 13:00h con Santiago Eximeno recorriendo su obra y por supuesto, hablando de horror e intrascendencia, como a él le gusta decir.

¡Menudo panelazo!

Vamos cerrando que estoy empieza ya
Cuando se publica esta entrada, que he escrito en un arrebato mientras viajaba hacia el festival, apenas quedan unas horas para que el Celsius 232 empiece. Desde ayer que paseo por Avilés todo huele a literatura y a festival. Los carteles, las casetas, la gente llegando con sus maletas, los reencuentros que atisbas en la plaza del ayuntamiento o esas multi-reuniones de la barracón que ya empiezan a surgir. Todo esto no ocurriría si en 2012 no se les ocurriera hacer este festival en Avilés ni tanta gente se vuelque cada año en ayudar. Todo esto no ocurriría si no lo apoyamos como se merece, ya sea con el Patreon que mantienen todo el año (y ofrece buenas recompensas después), la difusión del evento y el boca a boca que genera —la necesidad— a otros cada vez más la NECESIDAD de ir. El Celsius 232 no es solo nombres ni carteles (aunque el de Borja González este año sea una barbaridad), si no que es mucho más. Algo difícil de expresar con palabras —lo hacen mejor las imágenes— y que solo se sabe y entiende cuando se vive, ya sea por primera vez o por decimotercera como es mi caso. Nos vemos por Avilés, amigues.

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