Plumas y consuelda, de Gwendolyn Kiste

Plumas y consuelda
Gwendolyn Kiste (Trad. de José Ángel de Dios)
Dilatando Mentes
Rústica | 234 páginas | 18,95€



Donde uno podría esperar caricaturas sobre el tópico de las brujas tras leer la sinopsis, como narices angulosas, verrugas verdes y enormes y sombreros de punta negros, Plumas y consuelda, segunda novela de la multipremiada Gwendolyn Kiste, nos sumerge en un escenario de fantasía oscura medieval para anclarlo en nuestro más absoluto presente y hablar de las historias no contadas de las mujeres olvidadas. Igual que hizo en Las ocho personas que me asesinaron (2020, Crononauta), en el que Lucy Wenstera completa para todos los lectores la historia de su muerte en Drácula, Kiste da voz a las mujeres en un momento temporal donde no tenían ninguna.

Ilustración de la portada original

Odette combate un horror cada día. El horror de los recuerdos. El horror de ver a su familia quemada por los cazadores de crujas. Años después, Odette sigue viviendo en el mismo pueblo, pero alejada de todo en medio del bosque, renunciando a la magia y buscando la tranquilidad. Sin embargo, a ninguna bruja se le ha permitido nunca vivir tranquila. Odette quiere olvidar su vida anterior, pero ella no la quiere olvidar. Los cazadores de brujas están de vuelta y el mismo bosque le advierte de ello.

Gwendolyn Kiste nos lleva a un escenario medieval de brujería clásica, donde la magia y los cazadores de brujas campan a sus anchas con todo su poder. Más casi como novela de ficción histórica trasladada al Salem de 1692 que como novela fantástica, Plumas y consuelda nos muestra la verdadera pesadilla encarnada en los propios hombres que se sienten poderosos y felices por ver arder el cuerpo de una mujer por que pueden hacerlo. Sin embargo, la historia de Odette no deja en ningún momento de ser un coming-of-age, una especie de cuento medieval de crecimiento personal en un mundo donde todas las probabilidades de supervivencia parecen estar en su contra.

Ilustración de la portada original

El camino de Odette en busca de su propia identidad y libertad es por supuesto el núcleo de Plumas y Consuelda, surcado y trazado siempre por la prosa cruda de Gwendolyn Kiste que conocimos en Las doncellas de óxido, transmitiendo con cada frase un dolor que lleva adherido a su piel. Con un alarde de documentación en el tema brujeril, sin grandes trucos ni giros de trama, Kiste es capaz de tejer los hilos emocionales que componen a Odette y construir un sólido camino de empoderamiento femenino sin llegar a ser nunca algo aleccionador ni moralista. Un camino repleto de subestimación y privilegio masculino. Un viaje del que Odette sabe su precio.

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Comentarios

  1. Estoy de acuerdo con tu reseña, aunque me gustó más el anterior. Un abrazo.

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    1. Si, yo también soy mucho más fan de Las doncellas de óxido <3

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