Dispersión, de Ian Reid

Dispersión

Ian Reid (trad. de Cristina Martín Sanz)

Alianza de Novelas

Tapa blanda / digital | 240 páginas | 19,95€ / 9,99€

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Cuando hace cuatro año llegó a Netflix Estoy pensando en dejarlo, una película de mi adorado Charlie Kaufman, no sabía (de primeras) que estaba basada en un extraño libro de un autor canadiense llamado Ian Reid. Sin embargo, ese inquietante psicodrama me acercó a su figura y a estar atento a su obra. Así descubrí Foe (2018), un thriller psicológico con un escenario de ciencia ficción (también adaptado a película en 2023) y más recientemente, por fin en español, Dispersión (2023, Alianza de Novelas). Las tres —a su manera— comparten varios elementos comunes que parecen siempre presentes en las novelas de Reid: fragilidad de la identidad, miedo al envejecimiento y colapso individual por trauma. Sin embargo, Dispersión se caracteriza por ser algo más (engañosamente) simple pero esconder, de forma astuta, una multiplicidad de interpretaciones y posibilidades (de nuevo) tanto aterradoras como más terrenales. Un siniestro thriller psicológico de high concept que —no me extraña— veremos convertido en una película en los próximos años.

Fragmentada Penny
Dispersión sigue la historia de Penny, una artista anciana que vive sola en un apartamento de la ciudad, rodeada de reliquias y obras de arte de su difunto compañero (un pintor de éxito) de vida. La vida de Penny se reduce a una serie de rutinas que la hacen sobrevivir, más que vivir. Ya no pinta. Ya no disfruta de su arte. Su memoria esta fallando. Su realidad se divide en diversos momentos inconexos de realidad. Sin embargo, después de una fuerte caída en su piso, Penny es llevada a una residencia de cuidados a largo plazo conocida como Seis Cedros, ubicada en el borde de un vasto bosque lejos de la ciudad. Según le cuentan, era un acuerdo que ya había hecho hace años con su pareja. Penny se entrega a los cuidados de Seis Cedros, sintiéndose muy a gusto en sus primeros días. Sin embargo, la gerente y su positivismo productivo empiezan a irritarle. Penny comienza a sospechar que ella y los demás residentes involuntarios son víctimas de algo más siniestro.

Fragmento de la portada original

Cautivadora y conmovedora
Escuchar a Penny en primera persona, a través de esta serie de pasajes fragmentados y sobrios, se convierte en escuchar a una persona compasiva y misteriosa, hipnótica y conmovedora contar su propio testimonio. De sus arrepentimientos en la vida y de cómo se está volviendo invisible en la sociedad actual. Ian Reid tiene la habilidad de situar de forma precisa y rápida al lector en lo más profundo del mundo de Penny, en sus horas y días que a veces pasan en un abrir y cerrar de ojos. Gracias a esa narración nada confiable, Dispersión se convierte en un thriller de alto concepto donde la sugestión en el lector está a la orden del día. El enfoque de la novela permite tener y crear una infinitud de interpretaciones, pero nunca existe una respuesta correcta. Es decir, el lector nunca puede determinar si está experimentando los efectos del avance de la edad de Penny en sus capacidades cognitivas, si algo perverso está sucediendo en la casa o si Penny está en un limbo. Ian Reid planta evidencias aparentes que apuntan en todas direcciones y deja al lector a expensas de sus especulaciones. O quizá, lo que suceda, sea algo más extraño, como bien dice esta extravagante (y fascinante) teoría en un hilo de Reddit.

Envejecimiento y muerte
Seis Cedros suena en primera instancia como el paraíso, como un lugar pacífico y amable en el que pasar los últimos días de vida al cuidado de otros. Sin embargo, Penny siente que algo anda mal: ¿Por qué el tiempo parece desdibujarse a su alrededor? ¿Por qué sus compañeros residentes parecen cambiar, casi ante sus ojos? ¿Por qué no puede salir de la residencia? ¿Por qué su arte comienza a aparecer colgado en las paredes? La casa misma comienza a cambiar de forma, como una poderosa metáfora del envejecimiento mental donde vemos todo lo que pierde Penny en los último años. El verdadero horror para la psique humana es simplemente envejecer. Sin embargo, Ian Reid nos inserta hábilmente la duda en el cuerpo a través de Penny, el ambiente enrarecido de Seis Cedros y las extrañas repeticiones que nos hacen temer lo peor. Dispersión es poderoso en su sensación de irrealidad y desconcertante en su estabilidad narrativa. La hiperrealidad mira a los espacios liminales y regala una experiencia casi onírica, donde los deseos se mezclan con la realidad en un olla a presión de ansiedad desgarradora. Todo para llegar a una catarsis, un desenmascaramiento, una destrucción de la simulación que termine con todo. Que nos disperse de una vez por todas.

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