Lancolía, de Santiago Exímeno

Lancolía
Santiago Exímeno
Dilatando Mentes
Rústica | 172 páginas | 20,95€



Impactante. Original. Violenta. Estas son las tres primeras palabras que me vienen a la mente cuando pienso en Lancolía, la más reciente hasta la fecha publicación de Santiago Exímeno en Dilatando Mentes. Una obra de terror cósmico, que añade algún toque de la ciencia ficción más terrorífica, y reivindica una descarnada crítica social de pura actualidad. Una parábola cósmica de terror no apta para todos los paladares, donde entrar al trapo y dejarse llevar son la clave para que la historia de vueltas y vueltas por tu cabeza unos días o semanas después. Un relato violento, incluso desagradable por momentos, que suponen una experiencia única, magníficamente construida y con una extensión medida al dedillo. Pasen, vean y súbanse a la ciudad que es barco llamada Lancolía.

Viajando en la negrura
La novela de Santiago Exímeno nos sitúa en el medio de la nada, en toda la negrura, donde la ciudad que es barco llamada Lancolía viaja surcando un espacio sin estrellas siguiendo un punto de luz roja. Un planeta que supone tanto su destino como la esperanza de todos sus habitantes. Mientras los Arcontes gobiernen la nave, de ellos depende la travesía, y solo la obediencia ciega permitirá que la vida prospere. Sin embargo, en las entrañas de la ciudad que es barco, oculto en la parte de más baja, algo espera su momento. Algo olvidado, que antaño gobernó el mundo y quiere volver. Y, por supuesto, su retorno podría cambiarlo todo.


Este viaje por la negrura ideado por Santiago Eximeno no es algo lineal, ni sencillo de trazar o leer. Es una historia coral, con historias que componen trozos de historia, y con narraciones que abarcan el mundo. Lancolía es un lugar donde los habitantes de la ciudad que es barco tienen mucho más que decir de lo que parece. Es una historia episódica, que va añadiendo protagonistas a medida que pasan las páginas formando un cúmulo que cada vez se vuelve más y más extraño. Una nave que cada vez parece más un ser orgánico que algo mecánico, una magia que incluso se puede racionalizar y un cambio de poder que se atisba en el horizonte desde las primeras páginas.

La nave escenario y protagonista
¿Como se puede crear un mundo tan complejo y sustancioso en menos de un par de centenar de páginas a la vez que se cuenta una historia? No lo sé, por que no soy escritor, pero lo que Santiago Exímeno ha hecho en Lancolía es pura habilidad y oficio. El mundo se siente complejo, despiadado y cruel, repleto de capas donde la información nos llega poco a poco a través de cada pequeña historia. Lancolía consigue exprimir un mundo intrincado y condensado en nuestro subconsciente lector sin que apenas nos demos cuenta. La nave se convierte en el propio mundo de la historia, y también en una protagonista más. La nave es la historia que alberga las historias, pero también la que participa en todas ellas. Un personaje envuelto en misterio y del que nunca sabemos nada ¿de donde salió esta nave? ¿por qué lleva a esta tripulación? Personaje, misterio y universo, todo al mismo tiempo.

Fotografía de Dima Zahar

El ciclo perpetuo
La teoría del retorno cíclico de la historia creada por el pensador italiano Vico nos cuenta cómo la sociedad humana pasa por tres fases principales (divina, heroica y humana) y cuando llega a la tercera, comienza la disgregación de la sociedad, retornando la historia de la humanidad a su estado inicial. No hay un apocalipsis o un gran final, si no que la vida humana solo quiere perdurar y renacer. Y algo así es lo que podemos ver en Lancolía. La sociedad navega en esta ciudad que es barco hacia un punto rojo en el oscuro horizonte, una esperanza que todos mantienen como objetivo. Pero, ¿qué ocurre cuando se pierde ese objetivo y esa fe? Santiago Exímeno habla sobre religiones, cultura y civilizaciones, sobre entidades de poder que someten y mantienen la esperanza hasta límites insospechados, así como sobre los cimientos podridos que gobiernan (casi) cualquier sociedad.

Y es que el mundo de la ciudad que es barco no se aleja mucho del nuestro. La división y los estratos sociales están a la orden del día (Nigromantes, Arcontes,…) y desde las más altas clases se intenta aparentar el máximo control, como títeres que sostienen un telón aunque todo se este derrumbando. Ellos ostentan un poder irreal, sostenido bajo fachadas de papel que pueden caer en cualquier momento. Lancolía nos sitúa en esta tercera fase del retorno cíclico de la que hablaba Vico en la humana donde la sociedad supuestamente madura y sus capas más bajas están comenzando su propia revolución. Solo hace falta una chispa para prender la mecha. Y esa centella es la que surge cuando la ciudad que es barco, llamada Lancolía, se detiene en medio de la nada.

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