Laura Fernández
Debolsillo
Cuando hace unos meses la propia Laura Fernández anunció que Wendolin Kramer y La chica zombie inauguraban la Biblioteca Laura Fernández, no pude más que gritar a los cuatro vientos mi alegría. Aún más, cuando vi estas fabulosas portadas de María Jesús Contreras. Y es que por fin, tras tanto tiempo, iba a poder leer la conocida novela de Laura publicada en el año 2013: Wendolin Kramer. Y si, el resultado ha sido el esperado, para sorpresa de nadie. Wendolin Kramer es una intrigante mezcla de comedia de enredo, homenaje comiquero y novela negra que maneja un montón de personajes disparatados e historias entretejidas como maestra titiritera. Sin embargo, esta es la historia de Wendolin Kramer, una Super Chica, aunque no tiene poderes ni le hagan falta.
Wendolin Kramer, quiero ser tu amigo
Con veintiocho años, pero aún instalada en casa de sus padres, Wendolin Kramer adora los cómics, se cree Súper Chica y, desde un despacho improvisado en su cuarto, fantasea con convertirse en detective privado por las calles de una Barcelona fantasmal. Todo cambia cuando llama a su puerta un caso real, que, sin embargo, no le queda muy claro: ¿Por qué le piden que averigüe dónde se encuentra un día preciso el escritor Francis Dómino? ¿Y qué relación existe entre él y la autora superventas Vendolin Woolfin? Al igual que Peter Parker o el mismísimo Capitán América, nuestra Super Chica particular se lanzará a las calles, con cero experiencia en su oficio, para intentar resolver su primer caso de la forma... que pueda.
Portada de la edición inglesa
Personajes, personajes y personajes
Si habéis leído La señora Potter no es exactamente Santa Claus (si es que no, ya estás tardando), o alguna otra novela de Laura Fernández, sabréis de antemano más o menos a lo que os enfrentáis. Si no, os lo explico. Las historias de Laura (casi) siempre son un caleidoscopio de personajes adorables, humanos, vivos y estimulantes que rebosan y viven por sus páginas. Son coloridos, divertidos, algo pasados de rosca y también un poco ridículos. Sin embargo, es difícil no dejarse engatusar por ellos. Los quieres. Como nuestra protagonista, Wendolin Kramer, una mujer joven que todavía vive en casa de sus padres, piensa que es Super Chica y parece vivir en una realidad paralela. O Marvin, un hombre solitario que dirige la típica tienda de cómics que se llama Daily Bugle (si, como el de Spiderman). También Francis Domino, un escritor y gigoló que hizo su carrera fingiendo ser una autora del pasado. Y podríamos seguir y seguir un rato, sumando un buen número de personajes dentro de la novela de los que quedarse prendado, pero tampoco es plan.
Cultura pop en vena
Si de algo hace gala Wendolin Kramer es de abrazar la cultura pop con toda su fuerza y utilizar el mundo del cómic como referencia directa. Y es que aunque la novela se sitúa en Barcelona, la ambientación nos lleva imaginariamente hacia unos ficticios EE.UU. Los nombres parecen desentonar con la ubicación de las peripecias de estos personajes, aunque finalmente, tienen cierta razón de ser así. Sin embargo, con Laura Fernández, da igual que no seas de esos que se meten la cultura popular en vena, ni que controles de películas, cómics o libros, por que siempre estará para explicar la referencias con sencillez y diversión como en este ejemplo: El Happy Meal es la comida infantil de McDonald’s. McDonald’s es la cadena de hamburgueserías norteamericana que dirige Ronald McDonald, un payaso vestido de amarillo, o un tipo por el estilo.
Portada original en Seix Barral
El cómic hecho novela
Wendolin Kramer es la novela hecha cómic. La intriga detectivesca se torna en una comedia de enredos e hilos tendidos a lo largo de toda la novela que, por alocado que pueda parecer, confluyen en su tramo final. Sin embargo, más que un cómic hecho novela, da un paso más allá y se pone a pensar en lo que sería ser una superhéroe ¿tienen altibajos? ¿sienten impotencia? La respuesta, basada en las vivencias de Wendolin, es un si como una casa de grande. Y eso es lo que hace ser algo más a Wendolin Kramer, que no se queda solo en el misterio o en la comedia, si no que busca un fondo para esos seres que llevan todo el día la capa puesta. Al final, la esencia de la Laura Fernández que conocemos hoy en día ya estaba aquí, en una novela que te atrapa en su misterio y te sorprende en cada pequeño, y tronchante, giro argumental.
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