La canción del mañana, de Samantha Shannon

La canción del mañana
Samantha Shannon (trad. de Jorge Rizzo Tortuero)
Roca Editorial
Rústica / Digital | 384 páginas | 20,90€ / 9,99€



Me da mucha pena (y rabia) que siempre que se habla en España de Samantha Shannon se menciona solo El priorato del naranjo y dejan —por algún motivo que no llego a encontrar ni dilucidar— en segundo lugar (o incluso sin mencionar) su saga La era de huesos. Distopía, fantasía urbana, personaje femenino fuerte protagonista y una construcción de mundo que con cada volumen va a (mucho) más. Esta tercera entrega (de las siete que serán en total) es un gran gran clímax final que cierra (en parte) la trama de estos tres libros publicados de La era de huesos, pero que a su vez plantea caminos emocionantes (para el futuro) en su tramo final. Sabemos que esta será una serie de siete libros, por lo que este libro no termina ni de lejos con todo lo planteado, pero si que cierra algunas tramas. La canción del mañana es a la vez un cierre (más bien emocional) y un comienzo de un nuevo camino para la saga que deja, definitivamente, con (muchas) ganas de más.

Para situarnos
Es muy complicado hablar de la tercera parte de una serie sin ningún spoiler, por lo que si queréis llegar hasta aquí sin ninguna información, este es un buen momento para dejar de leer. La acción en La canción del mañana continúa justo apenas unos días después de donde la dejó La orden de los mimos, con Paige Mahoney coronada Subseñora de los bajos fondos londinenses después de una sangrienta batalla, asumiendo la tarea de intentar estabilizar el inframundo londinense. Sin embargo, nunca había parecido tan desafiante. La introducción del Senshield, una tecnología mortal que será la perdición para la comunidad clarividente, revuelve las aguas. Los antinaturales pueden detectarse automáticamente, y Paige debe buscar ayuda fuera de la ciudad para mantener a sus súbditos a salvo. Sin embargo, muchos no la ven como legítima líder, y se verá obligada a tomar decisiones difíciles tanto para mantener el control como para poder enfrentar a Nashira y Jaxon Hall, el hombre que probablemente mejor la conoce a ella y sus habilidades.

Cubierta de la nueva edición en inglés

Evolucionando que es gerundio
Pensar en la Paige Mahoney que conocimos en La era de huesos a la que se ve en La canción del mañana es ver una evolución en toda regla. Aquí ya es una líder que acepta su papel de Subseñora, de líder, y sabe paliar con las consecuencias de sus decisiones. Sigue decidida a mostrar lo que vale, a seguir unos valores única y a ser una líder que toma las medidas necesarias para la supervivencia del grupo, aunque tenga que dar marcha atrás en sus planes. Quiere demostrar su valía y a la vez redimirse. Maneja los conflictos, no se convierte en mártir, solo sobrevive, lucha y se hace más fuerte. Desde una primera parte del libro más flojita, más situacional, la segunda se vuelve mucho más fuerte y deja un buen regusto en la boca. Es La canción del mañana, en general, un libro de viajes (personales y físicos) que buscan más ampliar y poner la lupa en los personajes principales y el mapa que otra cosa. Es a la vez un cierre y una apertura de miras, un recuerdo de traumas pasados y una cicatriz para poder continuar.

Un mundo que sigue creciendo
Una de las mayores fortalezas de La era de huesos desde el primer libro ha sido su mundo y su sistema magia. En esa versión alternativa de nuestra realidad construida en base a una conspiración interdimensional y unos poderes clarividentes de lo más asombrosos. Si en La orden de los mimos esto seguía siendo así, profundizando en la política interna del sindicato clarividente y el sistema de clasificación de las habilidades dentro de sus castas, esta tercera entrega es un pasito más allá. La canción del mañana amplia todo lo anterior dando más contexto sobre los Ranthen y los Refaitas, sobre lugares cercanos a Scion, como Edimburgo, donde la rebelión es un polvorín que solo le falta media chispa para explotar. La introducción finalmente del Shenshield —mencionado desde la primera entrega— es un elemento disruptivo que ha cambiado todas las fichas de juego en el tablero. La amenaza es cada vez mayor y ahora afecta a todos. Que ganas de explorar los caminos que promete su cuarta entrega, The Mask Falling.

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