La quinta bruja, de Angela Slatter

La quinta bruja
Angela Slatter (trad. de Rebeca Cardeñoso)
Duermevela Ediciones
Rústica / digital | 160 páginas | 16,95€ / 6,49€



Quien más, quien menos, ha escuchado hablar, ha leído o ha visto algo sobre Jack el Destripador, con — casi— toda probabilidad, el asesino en serie sin identificar más famoso de todos los tiempos. Versiones en la cultura de masas hay muchas, siendo uno de los criminales de los que se han escrito más novelas y publicaciones, tanto incluso que un término como «ripperología» fue acuñado en los años 70 por el filosofo y escritor Colin Wilson, haciendo referencia a los estudios sobre los homicidios de Jack el Destripador. El mito de Jack el Destripador ha sido el concepto central de varias obras literarias, artísticas y cinematográficas que, por lo general, combinan hechos reales con elementos ficticios y de terror. La quinta bruja, de Angela Slatter, aparecido por primera vez en The Year's Best Dark Fantasy & Horror (2016) editado por Paula Guranse, acoge a esta tradición ficcionada del brutal asesino y ofrece a los lectores una versión sobrenatural (casi de fantasía urbana) de los hechos.

Kit, te queremos
Kit Caswell se ha disfrazado de hombre y esta comenzando su nueva carrera como agente de policía. Todo parece ir bien, gana más dinero que en su anterior empleo en una sombrerería y consigue mantener en condiciones decentes a su madre y su hermano enfermo. Sin embargo, los problemas comienzan cuando las cosas se vuelven personales y debe luchar más allá de ocultar su verdadera identidad. Durante al investigación de los terribles crímenes hacia mujeres que están ocurriendo en Whitechapel, Kit sera la única que escuche a las mujeres, que se preocupe por ellas y que se vea enredada en algo mucho más grande: brujería. Ellas son la clave para destapar los verdaderos motivos del asesino, oculto en un Londres que respira espiritismo y magia negra. Solo si Kit consigue la ayuda de las mujeres que nadie quiere ver, tendrá una oportunidad de detenerlo.

Fragmento de la portada de Moixonada para la edición

Por las calles de Whitechapel
¿Sabes esa sensación cuando estás leyendo algo y las baldosas, el agua o un simple graznido parecen resonar en tu cabeza? Que indescriptible sensación. No me sorprende a estas alturas, tras haber leído cosas como De conjuros y otras penas, la habilidad de escritura de Angela Slatter. Sin embargo, no deja de maravillarme. La quinta bruja toma un tiempo histórico gastado en la literatura y unos personajes reconocidos y les da una nueva vida, más cruda y visceral, más sobrenatural, viva y misteriosa. El misterio está muy bien construido, pese a las pistas reconocibles, el ritmo es impecable y uno llega a sentir — dependiendo del grado de perspicacia— cierta sorpresa cuando llegan las revelaciones finales. Por que aunque Slatter se ancla en los hechos reales, en el conocido asesinato de las cinco prostitutas, pero dota a su historia de una sólida capa sobrenatural que no hace más que engrandecer el relato, dotándola de un satisfactorio regusto final.

Otro foco
Dentro de lo disfrutable que resulta el misterio y de la atmósfera inigualable de La quinta bruja, quizá el otro punto destacable sea el papel de las mujeres en la historia. Desde Kit, la protagonista, una mujer incorformista que demuestra su capacidad para desempeñar tan bien — o mejor, diría— su trabajo como sus congéneres del sexo contrario, hasta las prostitutas y su papel de brujas. Slatter otorga poder, real e imaginario, a todas sus mujeres, y hace agradable y estimable la lectura de personajes que te absorben, y con el tiempo, no te abandonan. Poner el punto de vista en las mujeres asesinadas hace ganar puntos extra a la novela corta, pero lo que la redondea, es como ese poder, ese otro foco imaginado por Slatter, cobra tanta importancia al final. La quinta bruja se preocupa por cuestiones de género, sobre que llevo a las mujeres a convertirse en prostitutas en aquel momento y lugar, o más importante, radiografía de cierta manera a los investigadores varones y sus esfuerzos por resolver, en su momento, el caso. En la superficie, La quinta bruja es una historia sencilla y se lee del tirón como un retelling sobrenatural sólido del mito, pero en el fondo, deja un poso, un pensamiento. Y eso, no todas las historias (ni retellings) lo consiguen.

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Comentarios

  1. La he leído un poco de puntillas y en diagonal para no crearme (más) expectativas de las que ya tengo, pero creo que va a ser uno de los que caigan pronto.

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  2. Nada, nada... otra que me apunto :-D
    Un beso, Mangrii.

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