Nicholas Binge (trad. de Gemma Benavent)
Minotauro
Rustica / digital | 352 páginas | 17,95€/7,99€
Vamos a quitarnos primero el chiste fácil: Ascensión es una novela que merece la pena subir este verano. Nicholas Binge ha creado un thriller especulativo teñido de terror, y repleto de secuencias de acción vertiginosa, que bebe de fuentes como Horizonte final y posee reflexiones temáticas sobre dimensiones paralelas dignas del trabajo de Christopher Nolan en Interstellar. Ascensión es una novela de lo más entretenida, que funciona mejor como novela de horror que como una de ciencia ficción, en la que la única manera de desvelar los enigmas que rodean a toda la expedición en esa misteriosa montaña de la portada es seguir subiendo y subiendo, es decir, pasando paginas, hasta ver como Nicholas Binge entrelaza todo en un frenético y precipitado clímax final.
Las cartas de Harold Tunmore
Ascensión comienza, como no podía ser de otra manera, con un misterio: Harold Tunmore, un genio de la física, desaparecido desde hace décadas, ha dejado una serie de extrañas cartas en posesión de su hermano Ben. Cuando Ben es alertado de la presencia de Harold en un hospital psiquiátrico, encuentra a su hermano vivo pero aparentemente enloquecido por sus particulares experiencias. Y también, encuentra más cartas de Harold. El resto, y la mayor parte de la novela, se entregan al lector en forma de las cartas completas de Harold, donde detalla, con extremada precisión, como fue reclutado en 1991 por una organización desconocida pero bien financiada para explorar un fenómeno inexplicable: una montaña mucho más grande que el Everest ha aparecido, de repente, en medio del Pacífico.
Uniéndose a un equipo de destacados científicos en varias disciplinas, así como algunos tipos militares armados, su misión es escalar una elevación imposible para desentrañar los misterios de la montaña. Sin embargo, cuanto más asciende el equipo, menos sentido tienen las cosas. El tiempo se mueve de manera diferente y todo parecen perder el rumbo. Incluidos ellos mismo. Las cartas, que actúan como capítulos para el lector y funcionan muy bien para introducirnos al misterio, se enfrentan al difícil escollo de sostener la suspensión de incredulidad en algunos instantes. Cuando los momentos de terror y muerte asolan a la fría montaña, se antoja quizá difícil imaginar a Harold escribiendo con todo lujo de detalles la acción y estando en medio de todo.
Eso no quita que Harold y sus cartas sean un narrador atractivo. Su visión de la montaña nos hace sentir su pavor, con frases como las palabras se sentían insuficientes, fuera de lugar. Ante su magnitud, el símil y la metáfora parecían ridículos. Esta montaña, rechaza el lenguaje. Lo vuelve impotente. Todo lo que existe en su lugar es una total incredulidad y un asombro casi religioso, comenta en una de las cartas a su sobrina. Los detalles de la impresionante y peligrosa aventura no dejan de plantear, una y otra vez, todo tipo de enigmas: ¿Quién financia esta incursión? ¿Por qué todos actúan tan raro? ¿por qué los militares cargan con armas tan grandes? Y quizá, la más importante ¿Por qué ha aparecido esta pedazo montaña en medio de la nada y quienes son esos siniestros seres con tentáculos que salen de unas fisuras espacio-temporales?
Las cartas de Harold Tunmore
Ascensión comienza, como no podía ser de otra manera, con un misterio: Harold Tunmore, un genio de la física, desaparecido desde hace décadas, ha dejado una serie de extrañas cartas en posesión de su hermano Ben. Cuando Ben es alertado de la presencia de Harold en un hospital psiquiátrico, encuentra a su hermano vivo pero aparentemente enloquecido por sus particulares experiencias. Y también, encuentra más cartas de Harold. El resto, y la mayor parte de la novela, se entregan al lector en forma de las cartas completas de Harold, donde detalla, con extremada precisión, como fue reclutado en 1991 por una organización desconocida pero bien financiada para explorar un fenómeno inexplicable: una montaña mucho más grande que el Everest ha aparecido, de repente, en medio del Pacífico.
Uniéndose a un equipo de destacados científicos en varias disciplinas, así como algunos tipos militares armados, su misión es escalar una elevación imposible para desentrañar los misterios de la montaña. Sin embargo, cuanto más asciende el equipo, menos sentido tienen las cosas. El tiempo se mueve de manera diferente y todo parecen perder el rumbo. Incluidos ellos mismo. Las cartas, que actúan como capítulos para el lector y funcionan muy bien para introducirnos al misterio, se enfrentan al difícil escollo de sostener la suspensión de incredulidad en algunos instantes. Cuando los momentos de terror y muerte asolan a la fría montaña, se antoja quizá difícil imaginar a Harold escribiendo con todo lujo de detalles la acción y estando en medio de todo.
Eso no quita que Harold y sus cartas sean un narrador atractivo. Su visión de la montaña nos hace sentir su pavor, con frases como las palabras se sentían insuficientes, fuera de lugar. Ante su magnitud, el símil y la metáfora parecían ridículos. Esta montaña, rechaza el lenguaje. Lo vuelve impotente. Todo lo que existe en su lugar es una total incredulidad y un asombro casi religioso, comenta en una de las cartas a su sobrina. Los detalles de la impresionante y peligrosa aventura no dejan de plantear, una y otra vez, todo tipo de enigmas: ¿Quién financia esta incursión? ¿Por qué todos actúan tan raro? ¿por qué los militares cargan con armas tan grandes? Y quizá, la más importante ¿Por qué ha aparecido esta pedazo montaña en medio de la nada y quienes son esos siniestros seres con tentáculos que salen de unas fisuras espacio-temporales?
Imagen de la portada original
Flashbacks al pasado
Toda Ascensión esta construida con un ritmo bastante inteligente, desplegando giros, vueltas y misterios de forma estratégica para mantener al lector siempre en movimiento. Sin embargo, otro escollo más allá de la suspensión de incredulidad, puede ser los secretos traumáticos que se destripan en flashbacks por toda la novela. Entre revelaciones, los personajes teorizan sobre dimensiones extraterrestres, el significado de la existencia y hacen no pocas referencias al mito de Sísifo, Ascensión se compone de flashbacks que arrojan luz sobre la personalidad de Harold. Sin embargo, están colocados de forma consensuada, haciéndolos coincidir con una actualización de sucesos en la montaña y presentando, de alguna forma, pepitas de conocimiento que mejoraron la línea de tiempo de la historia principal.
Con todo, esos flashbacks solo sirven, única y exclusivamente, para desarrollar el personaje de Harold. El resto de elenco en Ascensión no son más que meras marionetas frustradas que se sienten demasiado débiles con respecto a su protagonista principal. Las ideas son grandes, el viaje es tan enigmático como divertido y entretenido, pero los personajes que rodean a Harold no son más que herramientas con las que puede hablar y lanzar sus teorías sobre la montaña. Los flashbacks que plagan Ascensión, más allá de dar más información sobre la montaña o construir cierto fondo a otros personajes, solo sirven para hacer de trampolín hacia la iluminación final de Harold, nuestro protagonista, en un ajuste de cuentas con su pasado que funciona como mecanismo dramático.
Toda Ascensión esta construida con un ritmo bastante inteligente, desplegando giros, vueltas y misterios de forma estratégica para mantener al lector siempre en movimiento. Sin embargo, otro escollo más allá de la suspensión de incredulidad, puede ser los secretos traumáticos que se destripan en flashbacks por toda la novela. Entre revelaciones, los personajes teorizan sobre dimensiones extraterrestres, el significado de la existencia y hacen no pocas referencias al mito de Sísifo, Ascensión se compone de flashbacks que arrojan luz sobre la personalidad de Harold. Sin embargo, están colocados de forma consensuada, haciéndolos coincidir con una actualización de sucesos en la montaña y presentando, de alguna forma, pepitas de conocimiento que mejoraron la línea de tiempo de la historia principal.
Con todo, esos flashbacks solo sirven, única y exclusivamente, para desarrollar el personaje de Harold. El resto de elenco en Ascensión no son más que meras marionetas frustradas que se sienten demasiado débiles con respecto a su protagonista principal. Las ideas son grandes, el viaje es tan enigmático como divertido y entretenido, pero los personajes que rodean a Harold no son más que herramientas con las que puede hablar y lanzar sus teorías sobre la montaña. Los flashbacks que plagan Ascensión, más allá de dar más información sobre la montaña o construir cierto fondo a otros personajes, solo sirven para hacer de trampolín hacia la iluminación final de Harold, nuestro protagonista, en un ajuste de cuentas con su pasado que funciona como mecanismo dramático.
Ilustración de Le.Blue
La familiaridad también esta bien
Los misterios de Ascensión no son necesariamente sorpresas para el lector habitual de la ciencia ficción y el horror cósmico. Si miramos bien a nuestro protagonista, Harold Tunmmore, ya vemos que es un protagonista distintivamente lovecraftiano: un estimado científico y hombre del Renacimiento, como reza una de las primeras frases del libro. Teseractos, monstruos arcanos con tentáculos y una expedición condenada al fracaso hacen sonar las campanas de En las montañas de la locura para muchos lectores. Tampoco nos olvidemos de las dimensiones paralelas de Interstellar o los efectos de la Aniquilación de Jeff VanderMeer, cuya familiaridad el lector puede sentir discurrir por Ascensión.
Sin embargo, la novela de Nicholas Binge es capaz de aglutinar todo esto en una narración que prácticamente nunca sale de la montaña, y sin ser predecible del todo, consigue hacer entretenida su predestinada ascensión. Resolver el misterio requiere la aplicación creativa de teorías científicas, algunas estándar, otras más especulativas, pero que eso no asuste al lector, por que el desarrollo de conceptos científicos esta dosificado y fluye muy bien a través de las cartas. Binge logra proporcionar la complejidad suficiente para complacer a los fanáticos de la ciencia ficción, sin alienar a los lectores menos inclinados al tema. También, en mayor medida, a los de terror cósmico. En definitiva, Ascensión es, como casi cada año, mi blockbuster de ciencia ficción del verano.
Otras reseñas de interés:
¡Hola! =)
ResponderEliminarNo lo he leído (y no sé si es lo mío).
Besitosssss :P
Si buscas un blockbuster veraniego, adelante, pero si no, quizás puedes dejarlo pasar :)
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