«¿Quién soy? ¿Por qué nunca es de día? ¿Es cosa del necroloto?» Así de confuso se despierta cada noche el protagonista de Noctópolis. En la habitación de un hotel de lujo, en una megaurbe iluminada por neones. Perdido, sin saber quién es y sin nombre, aunque se hace llamar Goliath. Sin embargo, tiene un impulso constante: internarse en los bajos fondos. Puede que sea cosa de la droga que pulula por la ciudad, que el famoso necroloto le esté carcomiendo el cerebro y dominando la voluntad cada noche. No lo sabe. Solo quiere respuestas. Y su instinto, o algo dentro de él, le dice que están en ese submundo noctambulo repleto de corrupción y peleas clandestinas.
Mención del Jurado del Premio UPC
de Ciencia Ficción en 2020, la nueva novela corta de David Luna Lorenzo reúne todos los
elementos del ciberpunk y la distopia urbana para construir un agradable cóctel de bebida rápida. Drogas controladoras, combates muy visuales de estilo Megalobox
con humanos mejorados, y un ambiente malsano de neón destilado directamente de Only
God Forgives, son los acompañantes de nuestro protagonista por la
descarnada Noctópolis. Una atmósfera envolvente y una trama bien urdida donde David
Luna aprovecha la complicada y nada fiable narración en primera persona para dar
forma y suspense a todo el puzzle que forma parte de Noctópolis.
La información, que nos llega a cuentagotas y pasada por el filtro del confuso protagonista, son el granito de suspense futurista que funciona como gancho -y nunca mejor dicho- para leer la novela corta del tirón. Poniendo el entretenimiento por encima de todo y unos cuantos estereotipos del género lanzados con mano diestra, Noctópolis se revela página a página como una historia de acción y misterio donde el transhumanismo es ya una realidad. David Luna aprovecha las posibilidades del género y nos pone en las narices una ciudad sucia, colorida y violenta perdida entre lo humano y lo mejorado. Entre lo real y lo artificial.
Seres humanos con implantes. Drogas por doquier que mejoran las capacidades humanas o hacen rendir pleitesía a sus dueños. Combates a vida o muerte. Una sociedad donde impera lo artificial a lo real, con hombres y mujeres que buscan diversión en lo más extremo de unos bajos fondos de una ciudad perdida. Unos bajos fondos con una escala de poder a la que todos aspiran ascender. Una jungla de asfalto y neón para llegar a ser alguien. Y para ello, combates ilegales en garitos escondidos que buscan enfrentarse al gran campeón y conquistar la cima de la terrible ciudad.
Comentarios
Publicar un comentario
Lo primero de todo, GRACIAS por comentarme, asi me haces un poco más feliz. Lo segundo, si vas a comentar espero que sea desde el respeto a los demás y con este blog.
Gracias por tu comentario y visitarme :)