Cuando uno se pone a revisar cualquier lista de mangas imprescindibles o sobre historias de terror en general, tarde o temprano, se topa ante la renombrada Uzumaki de Junji Ito. Publicado originalmente hace la friolera de 23 años, entre 1998 y 1999 en la revista Big Comic Spirits de la editorial Shogakukan, Uzumaki es una retorcida y fascinante espiral narrativa descendente hacia la locura de un pueblo maldito, que se sitúa aislado y rodeado por la niebla en la costa de Japón. Allí, en Kurouzu, es el joven Shûichi Saitô el único que está convencido de que una maldición secreta e imparable en forma de espiral ha caído sobre el pueblo.
Todo es una espiral
Uzumaki se construye bajo
el concepto de espiral en todo momento, desde su vértice más lejano hasta el
puro centro de la misma. Junji Ito, de forma magistral, presenta la historia en pequeños
capítulos que funcionan relativamente bien de forma independiente, pero que
están ampliamente conectados. El descenso directo a la enajenación y transformación,
tanto del pueblo como de Kirie y Suichi, va notándose con el paso de los
episodios. Los personajes van quemando etapas, hasta terminar aceptando lo que
va a ocurrir en el pueblo y resignándose a su terrible futuro. Uzumaki
diseña un circulo vicioso que refleja la degradación y el descenso a la locura
del pueblo, visto paso a paso, relato a relato. Lo que comienza con historias que en
apariencia solo son desconcertantes o extrañas, termina por arrastrarnos en una espiral de
pura perturbación.
Opresión e inevitabilidad
Tipos de terror existen muchos,
pero pocos son tan inclasificables como el de Uzumaki. Su base es el
terror sobrenatural, eso está claro, pero se compone también de elementos
apocalípticos, de terror clásico de monstruos, terror cósmico y hasta psicológico.
Sin embargo, un tipo de pavor prima sobre todos ellos: el visceral. Junji Ito
entreteje un terror sutil, del que se mete en las entrañas y crea una sensación
perturbadora que no se despega del cuerpo. El marrollero de toda la vida,
que decimos. Es una especie de angustia que permea sobre la inevitabilidad que
genera la maldición de las espirales. El lector se ve tan atrapado como los personajes y toda la demencia que envuelve Kurouzu. Uzumaki es en este
sentido una lectura opresiva, que refleja la idea de la obsesión como nunca
antes había leído. Una idea que se ve remarcada en su capitulo final, donde
recoge todo lo acontecido y da con un cierre a la altura.
No todo es perfecto
Si bien la ambientación y el hilo
narrativo se me antoja exquisito en Uzumaki, la simpleza de los
personajes principales -cuya incredulidad sobrepasa los límites normales- y
algunos agujeros de la trama resueltos con cierta gratuidad, le restan puntos.
En este aspecto, el conjunto de personajes de Uzumaki va y viene
(excepto Kirie) como herramienta narrativa, presentados habitualmente de forma
ramplona y sin generar mucho afecto por los mismos. Lo mismo podría decirse de
la resolución de algunos capítulos, donde se deja más al aire que otra cosa o
necesitamos de la figura de Shûichi para guiarnos. Sin embargo, nada de esto
resulta molesto en demasía, dado que los aciertos de todo Uzumaki son
mucho mayores que sus pequeños defectos.
Explorando la espiral
Junji Ito explora el concepto de
espiral a muchos niveles: narrativo, estilístico y visual. Es este ultimo
aspecto del que voy hablar aquí. Muchos episodios de Uzumaki parecen
dirigidos a una escena en concreta, a un momento culminante o a una viñeta. Y
esa viñeta, se queda grabada en tu mente, funcionando dicho mecanismo resolutivo casi a la
perfección en cada ocasión. Es en este apartado grafico donde Ito saca a
relucir toda su maestría e inteligencia, dando vueltas una y otra vez al
concepto de la espiral con salidas inesperadas. Con un estilo muy impresionista
y un conjunto de personajes delgados y estirados, Uzumaki es capaz
de rasgar el velo psicológico de la pagina y transmitir con sus escenas toda
esa sensación de angustia y opresión que antes mencionaba. El nivel de detalle
es sublime, la sobrecarga de las tintas tiene su efecto de incomodidad en el
lector, y sus salidas grotescas y retorcidas, son inolvidables. Uzumaki
es puro arte espiral en toda su concepción artística.
Ya sabes las ganas que tengo de leerlo, así que no te digo más :-)
ResponderEliminarUn beso.
Te va a gustar MUCHO :)
EliminarUno de mis manga (y autores) favoritos, es brutal.
ResponderEliminarBesotes
Tengo que ponerme con más cosillas como Tomie o Black Paradox :)
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