Elevación, de Stephen King

Elevación

Stephen King (Trad. de José Óscar Hernández)

Suma de Letras

Tapa dura/Digital | 176 páginas | 7,99€/14,90€

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Elevación, una novela corta publicada el pasado Halloween por el maestro narrativo Stephen King, no deja de ser la mera representación de la obra del autor americano. Partiendo de una leve premisa sobrenatural, en este caso un hombre que pierde peso cada día que pasa sin un motivo aparente, King arremete contra los temas políticos de actualidad y se inmiscuye en asuntos más humanos. Sin embargo, Elevación es algo diferente. Una pequeña rara avis, sobre todo por su tono, que guarda alguna conexión – o más bien guiños- con otras obras del autor. Aquí no tenemos terrores nocturnos, asesinatos macabros, ni vísceras que estallan delante de nuestra cara. Es una historia conmovedora, humana y profunda que la editorial Suma de Letras ha editado en una edición especial, de tamaño reducido y tapa dura, con ilustraciones de Mark Edward Geyer a cada comienzo de capitulo, simulando aún más si cabe ese aire de cuento o fábula que tiene la novela corta.

«Calculaba que ese sería el día en que se quedaría sin peso, a menos que la velocidad de pérdida continuará creciendo. Lo que cabía dentro de lo posible. Entretanto, sin embargo, pretendía disfrutar de la vida. Se lo debía a sí mismo.»

Esta es la historia de Scott Carey. Un hombre sencillo, divorciado, que vive en la pequeña ciudad de Castle Rock trabajando desde su casa. Scott sufre, de la noche a la mañana y sin saber cómo ni cuándo comenzó, un extraño fenómeno: pierde peso cada día sin volverse más delgado. Sin querer someterse a una batería de pruebas y experimentos decide consultar y confesar su secreto solo al jubilado y amistoso doctor Ellis. Scott sabe que vive en una permanente cuenta atrás, pero el misterio de su insólita enfermedad causara inesperados cambios y mejoras en la convivencia de la ciudad. Una premisa que ira perdiendo importancia -aunque no de forma metafórica- en pro de una historia más profunda entroncada en sus cuatro personajes principales. Scott y su vecina Deirdre toman los mandos de una historia más centrada en sus personajes que en su premisa. 

Ilustración interior

En tiempos donde la intolerancia está a la orden del día y donde la cultura del individualismo impregna nuestra sociedad, el autor de Maine elabora una pequeña fábula de tono esperanzador donde demuestra que la empatía y el sentimiento de comunidad es el mejor instrumento para hacer frente a las injusticias que nos rodean cada día. Un mensaje que nos llega claro y directo, que nos obliga a pensar en lo que el ser humano puede lograr si se une, dejando de lado sus estúpidas disputas. Si consigue aceptar al diferente de una vez por todas y vencer sus prejuicios. Un ejemplo que impera en toda la historia, sobre todo desde el lado de la vecina Deirdre y su lucha por encajar en un pueblo repleto de prejuicios que funciona como espejo de la América profunda que puebla gran parte de los Estados Unidos.

«-¿Sabes una cosa? Seguro que su orientación sexual no es lo único que las define. Vamos, creo yo.»

Aunque el tono de la novela oscila entre lo alegre y optimista, King no deja de lado su discurso político en la truculenta era de Trump. También habla de la gordofobia encubierta como preocupación por la verdadera salud, así como de los prejuicios ante la identidad sexual y el aspecto físico. Elevación es un pequeño canto solidario hacia la humanidad, apelando a nuestra empatía mientras se dedica a señalar nuestros peores defectos. Es, ante todo, una sencilla historia sin más ambición que la de convertirse en un lugar feliz en el que pensar acerca de la verdadera amistad, la necesaria tolerancia ciudadana, y la parálisis del miedo a lo desconocido e inevitable. Es un mensaje directo para que hagamos un esfuerzo, por pequeño que sea en cada día de nuestra vida, por ser mejores personas. Por que todos, y nadie se libra de momento de ello, debemos vivir aquí en la Tierra, juntos y en sociedad, en un mundo que es más bonito de lo que queremos hacer ver.

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