Se va terminando el año, y con el, viene el último repaso a mis últimas lecturas comiqueras del año. En este 2018 me he puesto bastante las pilas en este aspecto, y estoy muy contento de haber retomado la senda de disfrutar tanto el mundo de las viñetas. Con todos vosotros, hoy comento un par de mangas que me tienen atrapado y otro par de cómics americanos que se han ganado un hueco en mis lecturas. Let´s go!
Si tenía claro que Beastars estaba convirtiéndose desde el principio en uno de mis mangas favoritos, el tercer tomo ha venido a confirmarlo por completo. No me extraña para nada que Paru Itagaki acumule premios tan importantes como el Taisho y Tezuka con este título. Tras la aparatosa función de bienvenida, los alumnos de la Escuela Cherryton se preparan para el gran evento del verano, el festival del Meteorito. Legoshi y varios compañeros salen a la ciudad. Durante todo el volumen conocemos los lúgubres recovecos de la ciudad donde descubren la verdad tras la aparente amable vida adulta, donde van a parar por accidente al mercado negro.
Esta tercera entrega es cruda, directa y con escenas que hacen desorbitar los ojos. Quien piense que Beastars es solo un drama escolar con algún toque policíaco, flipará en colores con esta entrega. Itagaki da una visión oscura y terrible del mundo adulto, ahondando más en esa relación carnívoro / herbívoro que tanto le gusta explorar. A su vez, la mangaka sigue desarrollando a su querido Legoshi y sus instintos, a la vez que introduce dos fantásticos personajes en el mundo de Cherrytown: la gallina Legom (con el capítulo más divertido) y al Panda (que da bastante miedo, como veis en la imagen superior). El dibujo sigue mejorando con cada entrega, siendo peculiar y propio por sí solo, pero con unos fondos cada vez más trabajados. Solo digo que quiero más.
El lector de cómics de superhéroes vive un momento de saturación total. Sinceramente, si por algo me he alejado del mundo Marvel / DC, es por que tengo la impresión de que todas las historias que intentan terminan en lo mismo. Son una especie de cimientos que nunca cambian, y pocas veces salen de su zona de confort. Pero hay veces, que lo que parece una historia de superhéroes tradicional no lo es. Que se sale de la norma. Hace años fue el conocido Watchmen de Alan Moore. Ahora, Jeff Lemire guioniza este Black Hammer, serie premiada con dos Eisner en 2017. Aquí dejamos de lado las gestas superheroicas para sumergirnos en una atmósfera crepuscular y decadente del Medio Oeste, donde unos superhéroes atrapados, deben aprender a convivir en una familia y sociedad que no los acepta.
El cuarto tomo de Radiant supone un antes y después en la serie. Esta entrega cierra el arco argumental de Rumble Town con cambios, sorpresas, misterios y por supuesto, peleas de alto nivel. El combate ha llegado a su fase final, y mientras la flautista Hameline se enfrenta al misterioso Grimm y Melie, Seth conoce a un individuo poderoso que viste como un inquisidor, pero que le hace plantearse cual es la diferencia entre aliados y enemigos, entre magos y humanos, cual es el bando que pretende elegir. Para rematar la fiesta, los poderosos taumaturgos comandados por Torque han llegado a la isla. Tony Valente cierra un arco de desarrollo valiente, repleto de trasfondo social y donde la dificultad de tomar partido por un bando es moralmente compleja.
Todos sabemos que lo sobrenatural no asola solo la gran ciudad de Nueva York. En esta nueva entrega de Cazafantasmas lo descubriremos. Nuestro intrépido grupo de héroes viaje fuera de la Gran Manzana hasta ciudades y lugares emblemáticos para enfrentarse a nuevos peligros: Detroit y un ejercito espectral, Nueva Orleans y una antigua reina vudú, Roswell y su famosa base aérea y Seattle, donde un musico maldecido esta terminando con la ciudad. Burnham no sume en un ligero viaje episódico, donde nos encontramos con personajes históricos como el General Anthony Wayne, la famosa reina vudú Marie Laveau y la mítica base Roswell.
Paru Itagaki (Trad. de Marc
Bernabé)
Milky Way Ediciones
Tankōbon | 192 páginas | 8,50€
5 / 5
Si tenía claro que Beastars estaba convirtiéndose desde el principio en uno de mis mangas favoritos, el tercer tomo ha venido a confirmarlo por completo. No me extraña para nada que Paru Itagaki acumule premios tan importantes como el Taisho y Tezuka con este título. Tras la aparatosa función de bienvenida, los alumnos de la Escuela Cherryton se preparan para el gran evento del verano, el festival del Meteorito. Legoshi y varios compañeros salen a la ciudad. Durante todo el volumen conocemos los lúgubres recovecos de la ciudad donde descubren la verdad tras la aparente amable vida adulta, donde van a parar por accidente al mercado negro.
Esta tercera entrega es cruda, directa y con escenas que hacen desorbitar los ojos. Quien piense que Beastars es solo un drama escolar con algún toque policíaco, flipará en colores con esta entrega. Itagaki da una visión oscura y terrible del mundo adulto, ahondando más en esa relación carnívoro / herbívoro que tanto le gusta explorar. A su vez, la mangaka sigue desarrollando a su querido Legoshi y sus instintos, a la vez que introduce dos fantásticos personajes en el mundo de Cherrytown: la gallina Legom (con el capítulo más divertido) y al Panda (que da bastante miedo, como veis en la imagen superior). El dibujo sigue mejorando con cada entrega, siendo peculiar y propio por sí solo, pero con unos fondos cada vez más trabajados. Solo digo que quiero más.
J.Lemire | D.Ormston | D.Stewart
(Trad. de Santiago García)
Astiberri
Tapa dura | 184 páginas | 19€
4,25 / 5
El lector de cómics de superhéroes vive un momento de saturación total. Sinceramente, si por algo me he alejado del mundo Marvel / DC, es por que tengo la impresión de que todas las historias que intentan terminan en lo mismo. Son una especie de cimientos que nunca cambian, y pocas veces salen de su zona de confort. Pero hay veces, que lo que parece una historia de superhéroes tradicional no lo es. Que se sale de la norma. Hace años fue el conocido Watchmen de Alan Moore. Ahora, Jeff Lemire guioniza este Black Hammer, serie premiada con dos Eisner en 2017. Aquí dejamos de lado las gestas superheroicas para sumergirnos en una atmósfera crepuscular y decadente del Medio Oeste, donde unos superhéroes atrapados, deben aprender a convivir en una familia y sociedad que no los acepta.
Seis superhéroes llevan una
década atrapados en una misteriosa granja de la que no pueden salir. Tras salvar
a Spiral City de la destrucción, han desaparecido para el ciudadano de a pie y
se han convertido en meras leyendas olvidadas. Lemire es muy habilidoso a los
mandos del guion, y plantea cada número
desde el punto de vista de uno de estos superhéroes. Así, a la vez que
conocemos un poco de su origen, da una pincelada a la trama principal y
desarrolla las relaciones entre todos sus personajes. Un proceso de deconstrucción de los héroes amparado en la melancolía,
la grandeza y amargura del pasado, con impresionantes flashbacks que evocan el
cómic de los años 40 y 50. Y no solo eso, si no que estos seis supers traen a la memoria otros que
conocemos de sobra: Capitán América, Detective Marciano, Shazam,… Los guiños y
referencias de Lemire son infinitos.
El dibujo de la serie corre cargo
de los lápices de Dean Ormston, un ilustrador alejado del mundo superheroico que
le da un toque diferente. Las
figuras son estilizadas, los rostros poco detallados y las composiciones de
pagina que juegan con entre las tradicionales. Redondea la jugada el brillante
color de Dave Stewart con una gran
paleta de colores y la rotulación del premiado Todd Klein (Sandman). Una primera entrega que me ha
fascinado, pese a faltar cierto toque de emoción, pero que hace una exploración
tan profunda por sus personajes que simplemente embelesa. Además, la edición de Astiberri -como siempre- es una
delicia que completa el tomo con bocetos originales, un epilogo del propio
Lemire contando la historia de su origen, y algunas fichas de personajes.
Tony Valente (Trad. de Fidel del
Tovar)
LetraBlanka
Tankōbon | 184 páginas | 8€
4 / 5
El cuarto tomo de Radiant supone un antes y después en la serie. Esta entrega cierra el arco argumental de Rumble Town con cambios, sorpresas, misterios y por supuesto, peleas de alto nivel. El combate ha llegado a su fase final, y mientras la flautista Hameline se enfrenta al misterioso Grimm y Melie, Seth conoce a un individuo poderoso que viste como un inquisidor, pero que le hace plantearse cual es la diferencia entre aliados y enemigos, entre magos y humanos, cual es el bando que pretende elegir. Para rematar la fiesta, los poderosos taumaturgos comandados por Torque han llegado a la isla. Tony Valente cierra un arco de desarrollo valiente, repleto de trasfondo social y donde la dificultad de tomar partido por un bando es moralmente compleja.
Es asombroso como Seth consigue
sorprender. El protagonista, que desde el primer tomo parecía el típico niño
graciosete con poderes, va sumando capas
y capas, y quitando la imagen preconcebida que teníamos de él. Es diferente,
reflexiona, cambia y reconoce sus propios errores. Duda, confronta verbalmente
y decide tomar un bando pese a reconocer las pegas de su decisión. No es novedad,
lo he dicho en cada tomo, pero el dibujo
de Tony Valente me fascina. Y en este tomo, en especial, las expresiones
faciales suponen un plus de emoción y comprensión, repletas de matices y
gestos. Puede que le falta cierta fluidez al conjunto del tomo, pero sigue
siendo un shônen, para mi gusto, de lo más disfrutable.
Burnkham | Schoening | Delgado (Trad. de Cristian Timoneda)
Fandogamia Editorial
Tpb | 128 páginas | 12€
3,75 / 5
Todos sabemos que lo sobrenatural no asola solo la gran ciudad de Nueva York. En esta nueva entrega de Cazafantasmas lo descubriremos. Nuestro intrépido grupo de héroes viaje fuera de la Gran Manzana hasta ciudades y lugares emblemáticos para enfrentarse a nuevos peligros: Detroit y un ejercito espectral, Nueva Orleans y una antigua reina vudú, Roswell y su famosa base aérea y Seattle, donde un musico maldecido esta terminando con la ciudad. Burnham no sume en un ligero viaje episódico, donde nos encontramos con personajes históricos como el General Anthony Wayne, la famosa reina vudú Marie Laveau y la mítica base Roswell.
El tercer volumen de
Cazafantasmas se vertebra como una serie de historias cortas y cierto cariz
independiente, repletas de guiños,
como cierta pareja de agentes especiales del FBI que rondan la base Roswell. Un
tomo que mantiene el tono realista y gamberro de la serie, con todos esos diálogos
envenenados y teorías de base científica. Un tomo atestado de referencias a la
cultura de lo sobrenatural en América, donde a veces las resoluciones de los casos son un poco simples, pero ello no
evita el puro disfrute. Burnkham sigue calcando a los personajes, su esencia
sigue presente en cada línea, y es inevitable poner la voz de los actores en la
cabeza. Lo cual, es un gran mérito.
Redondea la jugada, una vez más, el dibujo de Schoening de estilo más cartoon y los colores de Luis Antonio
Delgado. El estilo de serie de animación, con mucho color y definición, son el
complemento perfecto para la serie. Lo que menos me ha gustado del tomo, ha
sido el complemento extra. Se trata de una
quinta historia, creada y dibujada por Tristan Jones, titulada ¿Quién mato a Laura Parr? Aquí tenemos
una pequeña aventura de Venkman que rompe totalmente, tanto en tono como
aspecto visual el cómic. Es interesante la reinterpretación de un par de
leyendas urbanas, pero se aleja tanto de la saga, que parece sacada de contexto.
Una pequeña pena.
¿Cuáles son vuestras últimas lecturas comiqueras del año?
Ay, quiero el de Cazafantasmas.
ResponderEliminarMi súltimas lecturas incluyen la versión ilustrada de american Gods así que estoy encantada
Besos
Oh, que maravilla de edición. Tengo ganas de releerlo solo para utilizar la edición <3
Eliminar