Ursula K. Le Guin (Trad. de
Matilde Horne)
Minotauro
En 1971, tres años de sorprender al mundo con Un mago de Terramar, Ursula K. Le Guin volvió a su querido mundo de Terramar para crear una atípica secuela: Las tumbas de Atuan. Casi un opuesto a su predecesora en cuanto a forma, la historia prescinde hasta bien mediada la novela de cualquier personaje conocido del primer libro. A la vez, nos encierra en un único y misterioso lugar llamado Atuan. Situado en el imperio de Kargard, Atuan es el centro de un antiguo culto religioso donde una casta de mujeres consagradas vive al servicio de los Sin Nombre, unos dioses tanto anónimos como insustanciales que contienen gran poder.
Conoceremos a Tenar, ahora
llamada Arha, la reencarnación de la Sacerdotisa Única. Profetizada desde su
infancia como la guardiana de las tumbas de los Sin Nombre, deberá estar
confinada en el Lugar hasta su muerte. Su vida es un ciclo inevitable de
sumisión, ritos y sacrificios que nunca cesa. Su desconocimiento del mundo es
total, ya que nunca ha podido salir a explorar y lo único que conoce lo ha
aprendido allí. Todo cambiara cuando Arha, en una de sus constantes visitas a
las sagradas tumbas, descubra la intromisión de un poderoso hechicero.
Ilustración de Alexandra Wood
Dos novelas que se complementan
Tanto Un mago de Terramar como Las
tumbas de Atuan son dos novelas muy distintas, pero que se complementan muy
bien. Son dos opuestos que se atraen. Ambas, historias de crecimiento y madurez.
Al igual que Ged en la primera novela, recae sobre Tenar una gran
responsabilidad obligada que la lleva a actuar de forma inadecuada. De nuevo Le
Guin explora la expiación de los pecados, el precio de la redención y la
travesía de cambio necesaria para conseguir alcanzar al camino correcto.
Si bien con Un mago de Terramar la autora hacia a su protagonista perseguir el
mal para poder vencerlo, en esta segunda entrega la constante será otra. Tenar,
enfangada hasta la cabeza por las sombras, se verá abocada a despertar y huir.
Debe romper los muros que la anulan por completo, que le han quitado todo lo
que es. Hasta su propio nombre. Debe buscar la luz, renunciando a todo lo que
conoce. Es un viaje más introspectivo que físico, repleto de misticismo y
renacimiento espiritual. Una travesía hacia la libertad.
Ursula propone de nuevo que el
lector se meta de lleno en las sensaciones de la protagonista. De forma ágil y
fluida, la autora logra incrustar enseñanzas y valores cotidianos. Poco a poco
observamos como Tenar pasa de una etapa a otra, como desafía sus propias
certezas para abrir todo un horizonte de posibilidades. Debe decidir entre
vivir en la absoluta ignorancia que la está anulando por completo, o
arriesgarse y empezar de nuevo. Nada más y nada menos que la difícil tarea de
buscarse a sí misma.
Una narrativa impecable
Ursula escribe de forma distinta al resto,
no es una novedad para nadie. Es evocadora. Su voz es única. Es solo la segunda
novela que leo de la autora, pero cada una de ellas me ha succionado dentro de
sus páginas como pocas consiguen hacerlo. Tanto que no pude soltar el libro
desde que comencé. Y no es simple casualidad. La autora sabe captar como nadie
un halo místico en sus textos. Una vez te atrapa, no te suelta. En esta segunda
ocasión, se trata de las tumbas y todo el culto que la rodea. Un hechizo que ha
hecho un poderoso efecto sobre mí.
"Lo que estaba empezando a descubrir era el peso de la libertad. La libertad es una carga pesada, extraña y abrumadora para el espíritu que ha de llevarla. No es cómoda. No es un regalo que se recibe, sino una elección que se hace, y la elección puede ser difícil."
Pese a ello, algunas críticas que
he leído hacia esta novela van en torno a esto mismo. El inicio es un tanto
árido, entrando de lleno a un nuevo culto. Es una expansión que casi
desconocíamos -salvo detalles- de Terramar, y encima, que nadie esperaba. Sin
embargo, a mi es lo que me ha conquistado como lector. El entorno de las tumbas,
así como el culto asociado a ella, no hacen sino más que enriquecer todo el
universo creado por Ursula. Tanto los Sin Nombre como la historia del anillo de
Érreth-Akbe son magníficas, aparte de funcionar como motor de toda la historia.
Aun así, admito que cuando nuestro querido Ged aparece en escena, todo cobra
mayor profundidad y sustancia para la novela.
Al igual que en Un mago de Terramar es necesario, pese a
su corta longitud, leer con cierto detenimiento para saborearla al completo. Es
increíble como Ursula hace penetrar en nosotros la propia duda de Arha. Como
esta permea en el lector, bajo sutiles destellos y frases dubitativas. Es un
conflicto tan complejo como doloroso, muy difícil de transmitir con simples
palabras. Pero Ursula, como siempre, sale clara vencedora de tan alto reto. Y por el camino nos
quedan frases de repiquetean en nuestra mente, a las que volvemos y marcamos a
fuego.
Por si no ha quedado suficiente
claro con la reseña, esta segunda entrega me ha gustado incluso más que la
primera. Puede que fuera el misterio que encerraban las tumbas de Atuan, el
conocimiento previo de Ged, la propia Tenar y la escritura de Ursula.
Realmente, no lo sé con certeza. Lo único que tengo claro es que es una
novela fascinante de principio a fin de una de las mejores narradoras que han
existido. Y me siento privilegiado de poder hacerlo por primera vez.
¡Hola!
ResponderEliminarGuau, con esa notaza veo que te ha encantado, de hecho estoy muy de acuerdo con tu reseña y con eso de que el primer libro y este se complementan muy bien, a pesar de que son muy distintos. Personalmente, a mí me gustó más que el de Un mago de Terramar.
¡besos!
Recomendación 100 imprescindible para mi. Puede que por mi momento personal, pero me ha llenado mucho su lectura y significado :)
Eliminar¡Hola!
ResponderEliminarDe verdad que me tengo que poner con esta escritora, no creo que defraude.
¡Un saludo!
Nunca defrauda :)
EliminarRealmente si que se complementan muy bien el primero y el segundo. Al empezar a leerla pensaba que Ged no iba a aparecer más y que iban a ser completamente novelas independientes.
ResponderEliminarY en la tercera también le tienes. Es el momento de cerrar su ciclo. A mi me toca el cuarto ahora :)
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