El edificio, de Santi Pérez Isasi

Portada de El Edificio
El edificio
Santi Pérez Isasi
Ediciones El Transbordador
Rústica / Digital | 174 páginas | 16€ / 4,90€



¿Te imaginas un edificio que avanza y se construye hacia el infinito cielo surgiendo desde la absoluta nada? Hace unos meses me contactaron desde Ediciones El Transbordador para saber si me interesaba hacer un prólogo para una obra bastante peculiar que habían adquirido, ya que estaba compuesta por 150 microrrelatos. Por supuesto, como amante siempre cautivado de los experimentos formales y estructurales en la literatura, di como respuesta un inmediato sí. Por supuesto, como habréis adivinado y si no mirad el título esa obra era El edificio, de Santi Pérez Isasi. Y lo curioso de todo, lo que podría cerrar el círculo, es que la obra también nació en un blog como este mismo, donde Santi, profesor en la Universidad de Lisboa pero también escritor en sus ratos libres y reseñador a tiempo parcial en la conocida web Un libro al día, publicaba sus microrrelatos.

El edificio infinito
Imagínate un edificio inmenso y elevado hasta el cielo y más allá. Un lugar donde el dinero no compra una vivienda repleta de lujos ni otorga privilegios a nadie. Un sitio organizado, con recursos para todes e infinito en el firmamento, siempre en constante crecimiento y expansión. Nunca se detiene, siempre va hacia arriba. Una sociedad propiamente dicha, autogobernada y creada desde sus cimientos hasta una altura incalculable. Nadie recuerda muy bien como empezó todo, pero tampoco como terminó. Solo que El edificio siempre estuvo ahí, agazapado, esperando a que el universo lo viera. Por que el mismo universo se creo para que un día pudiera llegar a construirse El edificio.

Concept art de una ciudad en Neom
Concept art de las Zero Gravity Urbanism en Neom


La historias de la historias
La mayor particularidad de El edificio es que está contada a través de 150 microrrelatos, pequeñas historias, a veces de pura ciencia ficción, otras de terror e incluso algunas más costumbristas, que nos muestran pequeños fragmentos de lo que es, fue y será El edificio. Algo que ha hecho por ejemplo Los empleados, de Olga Ravn, aunque con muchas menos historias y siendo más críptico, o hace unos años el Challenger de Guillem López, con sus setenta y tres momentos acontecidos un veintiocho de enero de mil novecientos ochenta y seis. Un experimento a la vez curioso para el lector, en el tiene que ir ensamblando las ideas que ocupan apenas un par de párrafos y que con el paso de las páginas se vuelven vitales para reconstruir el recorrido histórico de El edificio. Su concepción, su forma de existencia, como empezó todo y por supuesto, su caída en desgracia. Son vistazos fugaces, que nunca van más allá de una página a veces, son incluso solo unas líneas donde nos muestran este lugar que en teoría parece de ensueño, pero que en realidad es casi más cercano, en concepto, a la Neom que existirá en el futuro. Sin embargo, al contrario que está, en El edificio el dinero (en teoría) no importa.

Toda vida tiene su ciclo
¿Cómo empezó todo? ¿cómo acabó? ¿Por qué fue así? Probablemente no tengas todas las respuestas cuando termines de leer El edificio, por que esto es solo una muestra una vez más de cómo en la vida, una vez que todo cumple su ciclo, vuelve a repetirse con otras circunstancias, pero siendo, básicamente, semejantes. No es solo la historia y sus eventos cíclicos, si no también la misma humanidad. A partir de estos relatos, cada lector puede sacar sus propias conclusiones, ver en él una metáfora de la vida, del universo, de Dios o solo 150 relatos sin sentido dice la sinopsis. Sin embargo, a través de él, estoy seguro de que siempre se vislumbra una reflexión sobre la humanidad. Sobre los estratos sociales, la autodestrucción de nuestro propio entorno y las injusticias sociales. Hasta la mejor de las utopías acaba enfrentándose a problemas. A su forma peculiar, El edificio es un vistazo a nosotros mismos ahora y por supuesto, también a nuestro futuro.

Otras reseñas de interés:

Comentarios