El exorcismo de mi mejor amiga, de Grady Hendrix

El exorcismo de mi mejor amiga
Grady Hendrix (trad. de Joan Josep Mussarra Roca)
Minotauro
Rústica / Digital | 351 páginas | 18,95€ / 7,99€



Amigo, amiga o amigue, nos vamos a los 80’s. Si, otra vez. Que no, tranquilo, lo pasaremos bien. De verdad. De verdad de la buena, como dirían en Shrek. Aquí hay terror, pero también hay bastante humor y sobre todo, un canto a la amistad adolescente. Vámonos de nuevo a la era de las cintas de casete, donde contraer SIDA era motivo de alarma social, el pelo largo era la moda y como en la actualidad, las relaciones de la escuela secundaria rara vez duraban para siempre. Ese momento de emociones a flor de piel, hormonas revolucionadas y cambios por doquier. Un combo que Grady Hendrix exprime en El exorcismo de mi mejor amiga, donde los tropos sobre las historias de exorcismo se dan la mano con la cultura pop de los años ochenta para introducir un nuevo y desafiante giro: el poder de la amistad.

Mi mejor amiga esta rara
1988. Charleston, Carolina del Sur. Abby y sus tres amigas más cercanas (Gretchen, Margaret y Glee) son estudiantes de segundo año en la Academia Albernarle, una escuela privada y un tanto religiosa. Una noche, como cualquier adolescente, engañan a sus padres para pasar la noche juntas y deciden experimentar con el ácido. Como toda droga, afecta de forma diferente a cada una de ellas. Gretchen se adentra en el bosque y desaparece hasta la mañana siguiente. Cuando la encuentran, se niega a contar lo que le sucedió la noche anterior. Sin embargo, Abby nota de inmediato que su mejor amiga esta rara.

Gretchen ya no es despreocupada como antes, si no que pasa a ser directamente mala. Su apariencia también cambia, ya que deja de bañarse y viste la misma ropa día tras día. Tampoco duerme. Cuando habla con ella, le cuenta que siente que alguien le toca la nuca, pero que cuando se da la vuelta para mirar, nunca hay nadie detrás. Se empieza a saltar clases y deja de ser amiga de Abby de malas maneras. Sin embargo, Abby sabe que algo anda mal, aunque nadie la escuche. Así comienza el viaje por salvar a su mejor amiga, incluso si debe participar en un exorcismo descontrolado y enfrentarse a todo el mundo.

Ilustración de Thomas Levinson

Slow burn horror
Seria un tanto redundante decir que El exorcismo de mi mejor amiga es una historia sobre una posesión demoníaca, dado que sale en el titulo del libro. También porque sería quedarse en la superficie. Sin embargo, lector de terror, no esperes grandes sustos ni altas dosis de horror aquí. Grady Hendrix construye un terror mucho más sutil, del tipo que va aumentando lentamente hasta llegar a explotar una  burbuja de puro suspenso. Grady Hendrix parece estar canalizando la energía de El exorcista por momentos, donde las extrañas actitudes y acciones de Gretchen son percibidas como malentendidos, más que como una posesión demoníaca per se. Por que aunque el título nos revela ese exorcismo al que debemos llegar, El exorcismo de mi mejor amiga consigue hacernos dudar sobre lo que esta pasando y se enfoca en el camino repleto de baches para que esa amistad eterna se mantenga.

Con ritmo de blockbuster veraniego, la primera parte del libro pone la posesión sobrenatural sobre la mesa. Sin embargo, ahí la deja. Hendrix nos obliga a preguntarnos si tal vez Abby solo está perdiendo la cabeza, o si no está dispuesta a aceptar que su mejor amiga la está dejando de lado. Sin embargo, poco a poco, las cosas se van poniendo más y más oscuras. Los actos de Gretchen empiezan a ser más y más espeluznantes. Hendrix nos lleva hasta un rápido y precipitado tramo final, dejando claro que su interés radica más en contar una historia sobre el poder de la amistad adolescente en los ochenta que otra cosa. Sin embargo, su giro a los tropos de la posesión demoníaca y el exorcismo en este tramo final, hacen que merezca la pena la lectura de El exorcismo de mi mejor amiga.

Cartel de su adaptación en Amazon Prime

Welcome back 80’s

Incluso si no viviste la década de los 80’s (como servidor), es posible que te sientas fascinado por ella. Probablemente por que nos han «vendido» el lado bonito, no lo sé. Reconozco que me fascina la música de esa época, las películas y gran parte de la estética. Algo que consigue evocar al dedillo Grady Hendrix con El exorcismo de mi mejor amiga, donde incluso cada título de capítulo es el nombre de una conocida canción de la época. Sin embargo, Grady tiene más interés en mostrar esa otra realidad social, aparte del boom cultural. La historia de las drogas en la era Reagan, los nerds que jugaban a Dungeons & Dragons y los bulos sobre el SIDA. De esta forma, El exorcismo de mi mejor amiga es un thriller sobrenatural con un telón de fondo social y familiar. Sin embargo, más allá de la nostalgia y el terror, la novela es un canto a la amistad y a la supervivencia.

Otras reseñas de interés:

Comentarios