Mil desiertos, de Cristina Jurado

Mil desiertos
Cristina Jurado
Eolas Ediciones
Tapa blanda | 168 páginas | 16€



A estas alturas de la vida creo que presentar a Cristina Jurado no es necesario para los que estamos dentro del fandom y el mundo de la literatura fantástica. Polifacética de naturaleza, editora, divulgadora, traductora, impulsora y creadora de mundos imposibles, vemos en Mil desiertos reflejada una pequeña recopilación de parte de su obra seleccionada por las editoras de Eolas y prologada por Teresa López-Pellisa. Nueve relatos, cinco publicados y traducidos también al inglés y otros idiomas, que dan una buena muestra de la calidad del material que tenemos entre manos, aunque falten alguno de los más reseñables y recientes como Abrazar el movimiento o mi gran favorito, como es Limítrofes.

Terror, humor, ciencia ficción ecológica, realismo mágico, new weird... La muerte, feminismo, ecología, capitalismo, corrupción o abusos... Muchos temas y géneros se dan cita a lo largo de los nueve textos, generando un abanico de lo monstruoso y extraño que termina dando un visión de lo más crítica de la realidad. Las nueve historias, unidas por el estilo narrativo característico de la autora y un particular gusto por los finales ambiguos o abiertos, deja en el lector un regusto perfecto y diverso para dar un primer vistazo (y volver) a la literatura que hace Cristina Jurado una y otra vez.
 
Ilustración de María Corte

Mirando con lupa las historias

Muchas de las historias de Cristina Jurado nos sitúan en escenarios áridos, duros, postapocalípticos. Dando fe de esos Mil Desiertos, nos mira a la cara nada más empezar Hambre, donde seguimos el destino de una tripulación engañada y enviada a una misión sin retorno. Claro que también lo hace Vertedero, un relato que da un vistazo a ese mundo del futuro hacia el que nos parecemos dirigir. La historia de Naíma, en busca y captura de su propia identidad, muestra pura miseria y desolación. Sin embargo, tenemos el otro lado de la moneda con Marea Verde. Un organización, un movimiento global, se esta dedicando a restablecer la flora y fauna. Una historia eco-feminista basada en la rebelión ante el poder establecido que pone el oasis dentro de los Mil desiertos. Incluso, inspirados por el espíritu de David Bowie, viajamos extrañados por Inchworm, donde un naufragio espacial nos enseña a valorar nuestro tiempo en soledad.

De poner la pizca de humor se encarga Un cuento de abducciones, que juega con la idealización de los sueños y las fantasías de una persona que soñaba con ser abducida, y al final no fue como pensaba. La nota discordante, dentro de Mil desiertos, la pone el celebrado y aclamado La segunda muerte del padre. Un relato muy especial (que he vuelto a leer con gusto) que habla de las influencias tóxicas familiares a través de una historia de puro realismo mágico. Y mi favorito sin complejos de Mil Desiertos es Huevos, tanto por la cantidad de géneros que reúne en si mismo (humor, terror, ciencia ficción...) como por la forma en que habla de ciertos temas como la reproducción, la maternidad y el aborto. Sin embargo, cuando llegamos a los dos últimos, titulados Vanth y Lamia, es cuando tenemos a la Cristina Jurado que todos esperamos. La inspirada por su adorado China Mieville. Criaturas, folclore, el otro, lo extraño y monstruoso se dan la mano. Dos cuentos de cierre perfectos, que conjugan la atmósfera extraña con elementos sobrenaturales en relatos laberínticos pero satisfactorios.

Ilustración de Vanth

En conclusión…
Si a estas alturas de la vida no habéis leído nada de Cristina Jurado, Mil desiertos puede ser un perfecto aperitivo para sumergirse en sus historias y ver una pequeña, aunque diversa, muestra de todo su potencial creativo. Terror, ciencia ficción, humor, new weird y mucho más se dan la mano, con el abanico temático habitual de la autora, en una recopilación de gran nivel medio y que se convierte, por merito propio, en un imprescindible de tu biblioteca de cuentos.

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Comentarios

  1. Pues he de reconocer, para mi vergüenza, que no conozco a la autora. :(

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  2. Con lo que me gustan los relatos a este no lo puedo dejar escapar :-D
    Un beso y felices lecturas, Mangrii.

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