Ponzoña, de David Luna Lorenzo

portada ponzoñaPonzoña
David Luna Lorenzo
Editorial Premium
Rústica | 120 páginas | 10€



El nombre de David Luna no ha pasado desapercibido para el lector más avezado de género en castellano durante los últimos años. El conocido bibliotecario toledano ha ido saliendo una y otra vez en el palmarés de premios nacionales: Premio UPC en 2016 por Éxodo (o cómo salvar a la reina), Premio Domingo Santos en 2016 por el relato La fiebre, galardonado con el Chrysalis Award a autor emergente por parte de la ESFS (Sociedad Europea de Ciencia Ficción) durante la EuroCon 2017 de Dortmund, y ahora en 2019, VII Premio de Novela de Terror Ciudad de Utrera por Ponzoña. Y por aquí es por donde he decidido empezar a leer su obra. Apenas un centenar de páginas para sucumbir al embrujo ponzoñoso de David y pasar un buen (mal) rato de lectura pegado al sofá.

Ponzoña nos presenta a Sandra, una joven okupa que comienza a sufrir extraños episodios en su vida a partir del momento en que se queda embarazada. Especialmente, después de las tres y treinta y tres de la noche. Los raros sucesos empiezan a ser peores una vez nace su hija Anita, hasta el punto de creer que una presencia ajena habita en su interior y que todos tienen un plan diabólico para terminar con ella.

the devil inside
The devil inside, de Parya Madjzoub

De narradores mentirosos y puzzles estructurales
David teje una historia de esas donde el terror está en lo más cotidiano. Ponzoña pone su foco sobre el terror de perder a un hijo. La novela corta se estructura a base de pasajes muy cortos que saltan adelante y atrás en la línea cronológica de una Sandra que nos cuenta, desde su punto de vista, como sucede todo desde su embarazo. Un narrador mentiroso, en el que tenemos que confiar, que funciona como benefactor de piezas en un puzzle deslavazado que se arma bajo la atenta mirada del lector. 

Funciona a la perfección gracias a su brevedad e intensidad. No hay un pasaje sin su dosis de inquietud, perturbación y duda. El ritmo de los microcapítulos es trepidante y voraz, dado qué este narrador mentiroso nos deja de plantear una y otra vez si todo esto es real. Si no son invenciones de la propia Sandra. Y nosotros, como lectores, solo queremos descubrirlo. Vivimos de forma visceral y dolorosa, en nuestras propias carnes podría decirse, la desasosegante duda de la realidad que la propia protagonista vive día tras día, noche tras noche: ¿son reales esos extraños sucesos? o ¿es mi hija la que hace esos extraños ronquidos?

arte hombre pensante
Imagen extraída de Poets Unlimited

La huella sobrenatural en la realidad
Ponzoña es uno de esos ejemplos donde la línea entre ficción y realidad se acercan tanto que a veces asusta. Es, por ejemplo, algo como lo que hace Ismael Martínez Biurrun en la colección Invasiones (Valdemar, 2017). Nos situamos en la más que absoluta realidad, en este caso junto a un matrimonio okupa -malviviendo en precarias condiciones- que va a tener una hija y como una serie de fenómenos sobrenaturales empiezan a alterar sus vidas. Pero no son esos fenómenos el mayor terror que experimenta nuestra protagonista, si no que es el miedo interior a perder lo que nos une de sangre: los hijos. Como reza la sinopsis de la novela: «¿Qué no haría una madre por salvar a su hija?».

Sandra vive ese terror a perder lo que más ama de forma continua. Nada más le importa. Ni su marido ni su madre. Están ahí claro, pero son meros títeres. El delirio de los extraños sucesos le hace sucumbir a la irrealidad hasta llevarla a un extremo en el que casi no quedan alternativas. Ponzoña se mueve por un hilo de extraña ambigüedad en constante crecimiento que nos mantiene expectantes hasta el final. Las respuestas van llegando, por supuesto, pero la gran mayoría de ellas quedan escondidas a la pura interpretación del lector. Sobre todo, el final, uno de esos en el que te preguntas si todo lo que has leído ha sido real o solo las paranoias de una joven okupa.

Ponzoña es una novela corta adictiva, intensa y de las que se leen de una sentada. Sus frenéticos microcapítulos, la ambigüedad de toda la historia y su identificación con la cruda realidad, son un arma letal contra el efecto gravitacional de tener que soltar el libro. Y es que una vez estás metido en toda la Ponzoña, es imposible salir indemne de ella.

Comentarios

  1. Este es uno de esos autores que llevo tiempo queriendo leer. La portada y la propia premisa de la que parte la historia ya atraen. Aunque, igualmente, algunos de sus otros libros también me producen curiosidad.

    Un abrazo ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues si quieres algo cortito y que se lee del tirón, Ponzoña es la opción perfecta :)

      Eliminar
  2. No había leído tu reseña, porque ya tenía la mía en la cabeza para esta semana. Veo que coincidimos bastante. ¡Un abrazote!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Lo primero de todo, GRACIAS por comentarme, asi me haces un poco más feliz. Lo segundo, si vas a comentar espero que sea desde el respeto a los demás y con este blog.
Gracias por tu comentario y visitarme :)